El factor Daira Galvis en un instituto de Bolívar

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Una de las entidades clave de la Gobernación de Bolívar ya suma tres directores este año y detrás de esas movidas está uno de los pesos pesados de la política de ese departamento: la senadora de Cambio Radical Daira Galvis.

La dependencia con la que el actual gobernador de Bolívar Dumek Turbay construyó su capital político, porque la dirigió durante ocho años, y que fue la consentida en recursos del exgobernador Juan Carlos Gossaín hoy tiene problemas de gobernabilidad. Se trata del Instituto Departamental de Deportes y Recreación de Bolívar, Iderbol, que en menos de siete meses ya va por su tercer director. El más reciente llegó la semana pasada para reemplazar a un funcionario que solo estuvo 45 días. Una crisis que justo se da en medio del reto que tiene Bolívar de organizar los Juegos Nacionales de 2019.

Detrás de esas movidas está la presencia de la senadora de Cambio Radical Daira Galvis, dueña política de la entidad y quien respaldó a Turbay en las regionales pasadas, tan pronto las encuestas comenzaron a perfilarlo como ganador.

 

Tres políticos activos, una persona que ocupó un alto cargo en Cartagena, un funcionario de la Gobernación y una fuente conocedora de las movidas de la senadora Daira Galvis le contaron a La Silla que los últimos tres directores del Iderbol (Jaime Roa, Álvaro Redondo y el recién nombrado Jairo Osorio Leal) llegaron a la entidad con el visto bueno de ella y del diputado de su grupo político: el presidente de la Asamblea de Bolívar Jorge Redondo Suárez, también de Cambio Radical.

A través del hoy diputado Redondo, Galvis tuvo influencia en el Icbf de Bolívar porque él fue director de esa entidad hasta 2014, cuando llegó Cristina Plazas a la dirección nacional y comenzó a sacar a los directores regionales con padrinos políticos.

Tanto Jaime Roa como Álvaro Redondo dejaron la dirección del Iderbol argumentando razones personales, pero cuatro de las fuentes con las que hablamos nos aseguraron que sus renuncias obedecieron a choques frecuentes con la senadora Galvis por el manejo del Iderbol. Y una de esas fuentes nos dijo que, especialmente, por los temas de contratación relacionados con la organización de los Juegos Nacionales.

“No le caminaron como ella quería”, nos dijo la persona que conoce las movidas del grupo político de Galvis.

Y la razón por la que no le caminaron como ella quería, nos contó esa fuente, es porque los directores supuestamente le habían comenzado a copiar más al senador liberal y primo del actual gobernador Lidio García. Este congresista rojo fue uno de los principales promotores de la campaña de Dumek Turbay y es hoy uno de los pesos pesados de la Gobernación.

Mientras que otra fuente de la Cartagena política, que lo sabe de primera mano, nos contó que Álvaro Redondo renunció porque no estuvo de acuerdo con tener que rendirle cuentas a la senadora Galvis por su gestión en el Iderbol ni tener que consultar cada decisión que tomaba. De hecho, en su carta de renuncia, Redondo menciona que es un "profesional con la suficiente discrecionalidad para tomar decisiones". 

Quisimos conocer la opinión de la senadora, pero no fue posible hablar con ella. La Silla le dejó mensajes en su whatsapp que nunca respondió. Tampoco fue posible hablar con los exdirectores Roa y Redondo para conocer más detalles de sus renuncias.

Con quien sí pudimos hablar fue con el gobernador Dumek Turbay, quien nos negó influencia alguna de la senadora en el Iderbol.

“La senadora me acompañó en mi proyecto de gobierno y en estos momentos ella está atenta a que la gestión de gobierno sea admirable y dé resultados”, le dijo el gobernador a La Silla.

Los vasos comunicantes con Daira

Aunque el gobernador niegue que Galvis tenga influencia en el Iderbol, a los tres directores recientes La Silla les encontró vasos comunicantes con ella.

El primero de ellos es Jaime Roa. Él estuvo al frente del Iderbol durante ocho meses. A ese puesto llegó en septiembre del año pasado y renunció en mayo. Llegó como encargado durante la administración del exgobernador Juan Carlos Gossaín, quien es aliado político del actual gobernador, y fue ratificado por Dumek Turbay al inicio de su mandato en enero.

Roa es reconocido en Bolívar por ser del grupo político de la senadora y por haberse ganado, con el apoyo de ella y el aval del desaparecido Convergencia Ciudadana, la alcaldía del municipio de San Estanislao, entre 2008 y 2011. Por eso, con su llegada al Iderbol, el entonces gobernador Gossaín le hizo un guiño a Cambio Radical, en cuyo directorio de Bolívar manda la senadora Galvis.

Tras la salida de Roa, a la dirección del Iderbol llegó Álvaro Redondo. Su nombramiento con el visto bueno de Galvis fue una sorpresa en los corrillos políticos bolivarenses, porque Redondo es conocido allí por ser militante del partido Liberal. De hecho, con ese aval fue candidato a la Cámara de Representantes en 2014 y secretario de agricultura del gobierno de Gossaín, donde fue compañero de gabinete del actual gobernador.

Pese a ser amigo de Dumek Turbay, Redondo llegó al Iderbol recomendado por la senadora Galvis. A Galvis el nombre de Redondo se lo sugirió la notaria de Cartagena Eudenis Casas, según le contaron por separado a La Silla dos fuentes conocedoras de las movidas de la Gobernación y de Galvis.

La notaria, que es amiga de Galvis desde hace años y vota por ella al Senado, fue esposa del exalcalde de Cartagena Carlos Díaz. Él es primo de Redondo.

Y el tercero en llegar al Iderbol es Jairo Osorio Leal, más conocido como Pocho Osorio. Su relación política con Galvis se da vía su papá, Alberto Osorio Rodríguez, un reconocido dirigente deportivo que fue concejal de Cartagena entre 2008 y 2011, con el aval del extinto partido Colombia Democrática y el apoyo de Galvis.

Además, el actual director del Iderbol tiene liga política con Galvis vía el diputado de Cambio Radical Jorge Redondo, a quien apoyó en las regionales pasadas.

Está por verse cuánto tiempo durará este nuevo director y si tantos cambios no terminarán afectando a mediano plazo la organización de los Juegos, cuya sede Bolívar comenzó a pelearla desde el gobierno anterior.

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