El ‘kínder’ de Gaviria se reedita con Santos
Hoy, en la hacienda de Hato Grande, hay una cumbre de ministros y altos consejeros presidenciales para definir la agenda legislativa y revisar cómo va la ejecución de las carteras. Uno de los temas es la estrategia de comunicaciones del gobierno, y para ayudarles en eso, gratis y como consejero ad-hoc, está Miguel Silva, ex secretario privado de César Gaviria. Aunque Santos tiene consejeros de planta, el llamado de Silva en medio de un viraje a las comunicaciones del gobierno muestra que el ‘kínder’ de Gaviria volvió a hablarle al oído a un presidente.
El ‘kínder’ era un grupo de jóvenes de menos de 40 años que tuvieron cargos altos durante el gobierno de César Gaviria. En general son de extracción liberal, tienen una visión reformista y de centro derecha del Estado y son reconocidos técnicos en sus áreas, rasgos que se han ido convirtiendo en el sello del gobierno Santos.
Aunque faltan algunos miembros claves del kínder, como Fabio Villegas (presidente de Avianca Taca), Mauricio Vargas (periodista), Eduardo Mendoza o Ricardo Ávila (director de Portafolio), están la mayoría de sus principales miembros. Y hay otros altos miembros del gobierno, como Mauricio Cárdenas, que aunque trabajaron con Gaviria no eran parte del 'kínder'.
Esos son los miembros del 'kínder' que están muy cerca de Santos:
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Dejó de ser editor político del periódico La Prensa para ser asesor de imagen de la campaña presidencial de Gaviria. Después de la victoria fue su secretario privado, primero, y luego secretario general de Presidencia. En esos cargos trabajó muy cerca de Rafael Pardo y de Humberto de La Calle, que eran otros de los hombres de confianza de Gaviria. Se fue con Gaviria a La OEA, donde fue jefe de gabinete.
En 1995 se salió de la OEA para empezar su carrera en el área de comunicaciones estratégicas. a Washington a trabajar en Shephardson, Stern & Kaminsky y Weber Shandwick, dos firma de ese área. En 1999 regresó a Colombia a trabajar de nuevo en la orilla del periodismo, como presidente de Publicaciones Semana, y fundó la revista Gatopardo, que editó hasta 2006. Después creó una de las principales agencias de comunicaciones estratégicas, inicialmente llamada primero Grávitas y hoy FTI.
Ahora Silva se va a convertir en pieza fundamental de las comunicaciones de un gobierno preocupado por mostrar resultados y por defender la imagen de Santos. Según Semana , la semana pasada se reunió con Santos para discutir los resultados de las encuestas y la estrategia a seguir. Pero, como le dijo a La Silla “Sigo en FTI, no cobro un peso y lo hago cuando puedo”.
Conoció a Gaviria antes de las elecciones de 1990, cuando era una de las cabezas del movimiento por la Séptima Papeleta. Gaviria lo nombró Ministro de justicia en junio de 1991, y estuvo en ese cargo por un año. Después de su renuncia estalló el escándalo por los lujos y libertades que tenía Pablo Escobar en La Catedral, lo que le valió fuertes críticas a pesar de estar ya fuera del gobierno.
Carrillo reapareció en el escenario público en 2010, después de trabajar en el BID en Estados Unidos, Francia y Brasil desde 1994, cuando Santos lo nombró coordinador del comité de empalme con el gobierno Uribe. Luego lo designó director de la naciente Agencia de Defensa Jurídica del Estado, donde estuvo entre marzo y agosto de 2012, cuando pasó a ocupar el Ministerio de Interior.
.Silva fue otro de los que llegaron al kínder de Gaviria desde la administración Barco, en la que fue asesor político. Cuando llegó Gaviria, lo nombró consejero de asuntos internacionales . En 1993 pasó a ser embajador en Washington, una decisión que sorprendió pues solía ser un cargo para figuras de trayectoria más larga, pero como asesor y consejero Silva se había enfocado en las relaciones con Estados Unidos. Estuvo en ese cargo hasta el cambio de gobierno, pero luego pasó a ser asesor especial de Gaviria en la OEA.
Desde entonces es cercano a Santos: en 1997 sonó como posible asesor ante una eventual precandidatura presidencial de éste; en 2002 Santos, Ministro de Hacienda de Pastrana, lo impulsó para ser gerente de la Federación Nacional de Cafeteros; en 2009 lo reemplazó como Ministro de Defensa. Ya como presidente, Santos lo nombró embajador en Washington, donde estuvo entre 2010 y 2012. A su regreso recibió una columna semanal en El Tiempo, desde la que se ha convertido en uno de los más férreos defensores del gobierno en los medios.
Santamaría es quizás el menos visible de los miembros del kínder, pero tiene un papel clave. Fue asesor de Rafael Pardo en la consejería de paz durante el gobierno Barco, y se convirtió en su mano derecha durante las negociaciones de paz con el M-19. En el gobierno Gaviria fue coordinador ejecutivo de la Asamblea Nacional Constituyente, consejero de seguridad en reemplazo de Rafael Pardo y luego embajador en Cuba, una representación que Colombia había cerrado más de una década antes. Después de algunos años en el periodismo, en 1998 volvió a trabajar con Gaviria como su asesor en el OEA durante un año. Después regresó al periodismo y fundó Grávitas, hoy FTI, con Miguel Silva y Camilo Granada.
Santamaría ha sido fundamental en las negociaciones con las Farc, de cuyas comunicaciones está encargado. Tras renunciar a FIT, según el Espectador . Como conoce el funcionamiento del gobierno cubano, tiene experiencia en negociaciones de paz y ha trabajado en el Estado, su papel en los acercamientos fue tan importante que algunos medios, como el Excélsior de México, lo dieron como negociador del gobierno. Estuvo presente en eventos como la apertura de las negociaciones en Oslo, no como negociador principal pero sí como miembro del equipo de negociadores.
Fue uno de los miembros del kínder que llegó desde el gobierno Barco, de quien había sido asesor jurídico. Fue impulsor de la séptima papeleta pero siempre desde el gobierno, donde fue el encargado de estructurar la posición del gobierno sobre la nueva constitución, de la que se convirtió en uno de los cerebros. Impulsó particularmente la tutela. Y todo eso antes de cumplir 30 años.
A finales del gobierno Gaviria lo envió como embajador ante la Unesco, en París, y luego lo fue en Suiza. En 2001 Andrés Pastrana lo ternó a la Corte Constitucional, cargo para el que fue elegido por el Senado y en el que estuvo hasta 2009. A su retiró se dedicó a la asesoría jurídica, de forma independiente, pero pronto se convirtió en asesor de cabecera del gobierno, al que ha asesorado en asuntos como el fallo de La Haya, la reforma a la salud o la emergencia invernal, como contó La Silla.
.Pardo venía de trabajar en el gobierno Barco, como director del Plan Nacional de Rehabilitación y como consejero de Paz. Desde ese puesto conoció a los grupos guerrilleros y encabezó los diálogos con el M19, por lo que Gaviria lo nombró asesor de seguridad. Después Gaviria creó una consejería de defensa y seguridad, y encargó a Pardo del asunto y más adelante, en 1991, lo nombró ministro de Defensa. Fue el primer civil en ocupar ese cargo en 50 años, y estuvo en él hasta el final del gobierno. Volvió a trabajar con Gaviria en la OEA entre 1996 y 1998.
Después de apoyar a Pastrana en las elecciones de 1998 y de ser director de CM& y de Noticias RCN, en 2001 volvió a la política. Apoyó a Álvaro Uribe para las elecciones de 2002 y llegó al Senado, pero en 2005 rompió con Uribe por cuenta de la negociación con los paramilitares.
y fue precandidato liberal a la presidencia. En 2009 repitió en ese intento, ganó la consulta y fue candidato presidencial, pero quedó en el sexto lugar.Sin embargo, Santos le ofreció el Ministerio de Trabajo como parte de su estrategia de conformar un “equipo de rivales” y crear una amplia coalición de gobierno. Pardo exigió que, a cambio, Santos apoyara las leyes de Víctimas y de Primer Empleo, como efectivamente ocurrió.