El todo vale de Vargas Lleras llegó a Santander

Silla Santandereana

Germán Vargas Lleras, vicepresidente, y Hugo Aguilar, exgobernador de Santander condenado por parapolítica.

Una foto con un parapolítico podría ser el primer lastre de la eventual campaña presidencial de Germán Vargas Lleras, pero también su tiquete de entrada al poder en Santander, donde su partido nunca ha podido despegar.

Ayer, en un evento público de Vicepresidencia en Santander, Germán Vargas Lleras actuó como si estuviera en campaña y expuso su alianza con el parapolítico Hugo Aguilar. En una de sus típicas giras por municipios, se tomó fotos con el condenado exgobernador, lo invitó a tarima, lo elogió, y de paso les dejó claro a los liberales de ese departamento que en 2018 seguramente se enfrentarán a esa poderosa alianza.

La precampaña

Como lo ha contado La Silla, desde que arrancó el año, el vicepresidente Germán Vargas Lleras ha aprovechado las giras en las que firma contratos y entrega obras para hacer proselitismo político o mejorar sus relaciones con los políticos en las regiones.

La Silla ha registrado al menos tres ejemplos.

El primero en Santander cuando firmó el acta de inicio de la vía Bucaramanga - Pamplona con una carpa llena de simpatizantes de Cambio que llenaron los políticos locales; el segundo fue en Bolívar, cuando en vez de asistir a la refirma de la paz, prefirió irse a entregar obras y en su helicóptero apareció el exgobernador de ese departamento Juan Carlos Gossaín, un curtido político liberal; y el tercero ayer cuando repitió la fórmula en Santander con el grupo político de Aguilar.

Aunque todo estaba dado para que Vargas Lleras llegara a ese departamento a firmar los acostumbrados convenios y a entregar casas, su visita estuvo lejos de ser un acto protocolario de Vicepresidencia. 

No solo apareció con el Clan Aguilar en pleno (Hugo el papá, Mauricio el Senador y Richard el exgobernador) como invitados especiales; sino que los montó a la tarima, se tomó fotos con ellos y los elogió. 

La carameleada fue tan de frente, que Aguilar padre le dijo a medios de San Gil (municipio en el que vive desde que salió de la cárcel con libertad condicional tras pagar una porción de la pena por parapolítica a la que fue sentenciado por la Corte Suprema de Justicia) que su casa política llegó a Cambio Radical. 

Y mientras eso pasaba, las fotos empezaron a circular. Además de las típicas de prensa que se tomaron en varios municipios en los que estuvo, hubo una en particular que llamó la atención, que fue tomada en San Gil -municipio en el que estuvo con Hugo Aguilar, que hizo más evidente el tinte político del encuentro y  que de hecho fue twitteada en la cuenta oficial del Vicepresidente.

Dos fuentes, una que estuvo en el evento y otra del grupo de los Aguilar, le contaron a La Silla por aparte que Vargas armó la foto y con ella dijo que le mandaba un mensaje al senador y cacique liberal de Santander, Horacio Serpa, con quien se ha enfrentado desde la campaña de 2015, cuando el segundo denunció al primero por haber usado su cargo para hacer campaña. 

“Él los empezó a llamar para la foto y cuando se la tomó, les dijo a varios ‘esta es para que se la envíen a Serpa y vea el nuevo equipo de Santander’”, le dijo a La Silla una de esas fuentes. La otra dio una versión casi idéntica. Sin embargo, otra fuente de Cambio dijo que la foto no era para Serpa porque Vargas y el senador liberal en las últimas semanas han recompuesto las relaciones.

El Vicepresidente no le dio su versión a La Silla al respecto. Cuando le preguntamos solo dijo: “yo no estoy haciendo política”.

Fuere como fuere, la imagen de por sí enviaba un mensaje muy fuerte porque los Aguilar posaron en pie de igualdad con el gobernador Didier Tavera, ahijado de Serpa, y eso en el evento mostró una vez más el poder del Vargas Lleras y cómo puede usarlo.

De hecho, la opacada fue tanta que Richard entregó casas al lado de Tavera y hasta en el helicóptero se sentó junto a Vargas Lleras, mientras que Tavera estaba en segundo plano.

El evento  de las casas -que fue en Bucaramanga- tuvo un componente particular. Aunque el Vicepresidente dijo que Richard Aguilar estaba allí porque como Gobernador inició el proyecto, lo cierto es que no tuvo nada que ver con él, y realmente lo gestionó el entonces alcalde de esa ciudad, quien a la postre no apareció en la entrega.

“Lo único que faltó fue que (Vargas Lleras y Richard) alzaran los brazos”, le contó a La Silla una fuente de Cambio que estuvo en la gira. 

La foto alcanzó a tener 8 retweets y 10 me gusta, pero desapareció de la cuenta del Vicepresidente más tarde.

La reorganizada de los Aguilar

Si bien y en apariencia los tres -Hugo, Mauricio y Richard- reaparecieron juntos y se tomaron fotos, aún no está clara su reunificación (se dividieron desde las presidenciales de 2014 cuando Richard siendo Gobernador llegó a La U y apoyó la reelección de Santos, y Aguilar papá se fue con Óscar Iván Zuluaga) .

El problema está en que Richard, aunque fue el que más pantalla robó ayer en la gira, es el que más distancia ha tomado de la unión a Cambio públicamente.

Solo ayer trinó dos veces diciendo que agradecía las invitaciones pero que su futuro político aún no estaba definido; además envió un comunicado de prensa en el que reforzó esa idea.

Dos fuentes de su grupo le dijeron a La Silla que la versión oficial es cierta y que él no había definido el camino que va a tomar, pero otras -una del lado de Aguilar papá y otra de Cambio- aseguran que todo está definido para que entre a ese partido.

Si eso último es verdad, la patada directa la recibiría La U que no ha podido despegar en Santander y tenía puestas sus expectativas en el grupo de los Aguilar, específicamente en el de Richard, para hacerlo en 2019.

El problema es que como lo ha contado La Silla, este año a Richard lo han desconocido, Santos lo negó en Santander, no le ha dado el cargo que le prometió y ha llegado al punto de que  si quiere reunirse con alguien en el Palacio de Nariño le toca patinar la cita.

Si no es cierto lo de que todo ya está definido y Richard está pensando su entrada a Cambio, la movida también le funciona porque lo valoriza en La U y eso le da herramientas para ejercer presión y hacer que finalmente lo reconozcan; más después del pantallazo de ayer con el Vicepresidente.

Más allá de la decisión de Richard, la reaparición de los Aguilar con Vargas generó un terremoto político en Santander, que dio para desestabilizar además de La U a Opción Ciudadana, asustar a un tercero (los liberlaes), y aclarar por lo menos parte de las movidas de Hugo Aguilar para las legislativas de 2018 y las locales de 2019 en la región. 

Precisamente con la decisión del Coronel, el tiro de gracia en Santander lo recibe Opción Ciudadana, que en los últimos 8 años había estado apalancada en la fuerza de Aguilar papá (con su apoyo el senador Mauricio obtuvo 82 mil de los 126 mil votos del partido en el departamento en las legislativas de 2014). Sin él se queda sin un poder visible para competir en 2018 en la región.

Desde el lado de Hugo eso implica que Mauricio Aguilar, hoy senador de Opción Ciudadana, terminaría su periodo y no buscaría la reelección, sino que en 2019 buscaría la Gobernación con el aval de Cambio.

La otra parte del plan, y eso depende de Richard, está en mantener esa curul con su candidatura al Senado, a la que iría con una fórmula a Cámara que está entre varios exalcaldes, Edwing Ballesteros, el exgerente de la Esant (empresa de servicios públicos que Richard creo en su administración), y Liliana de Cote (la viuda del político de Barrancabermeja Édgar Cote Gravino, un aliado de Aguilar que murió en 2012 cuando estaba investigado por parapolítica). El plan b sería Mónica Barrera, la esposa del Coronel.

Ese plan b existe, según una fuente de adentro del grupo , porque como lo hemos contado a Richard no lo convence ser congresista y le interesaría más estar en la campaña de Vargas para luego tener un cargo en Presidencia, que es lo que aún no ha logrado con Santos.

El costo y el gana-gana

Cuatro fuentes, dos de Cambio y dos del grupo Aguilar, le dijeron a La Silla que la alianza empezó a armarse desde hace varias semanas con reuniones que sostuvieron en Bogotá los Aguilar con el Vicepresidente. 

 

Según esas fuentes, los que primero se acercaron fueron Hugo y Mauricio Aguilar, quienes pactaron con Vargas Lleras los términos y condiciones de la alianza. 

“Él (Vargas Lleras) necesitaba un equipo en Santander que le pudiera competir a los liberales. Cualquiera que conozca un poquito la política aquí sabe que los Aguilar son los únicos que pueden hacerlo, entonces es el apoyo de ellos en las presidenciales a cambio de proporcionarles un partido y lanzar sus candidatos”, le dijo a La Silla una fuente que lo supo de primera mano.

Unos días más adelante, y con ese terreno abonado, Richard llegó a otra reunión. Eso es importante porque aunque ha limado asperezas políticas con su papá, sigue con la idea de fortalecer un grupo político propio. Esa presencia sustenta lo que le dijeron a La Silla tres fuentes (incluida una de Cambio), que Vargas habría terciado para acercar a padre e hijo porque él es fundamental que lleguen a Cambio los Aguilar reunificados.

“A él le sirven unidos, no separados”, dijo una de esas fuentes.

La Silla intentó corroborar esa versión con Vargas, pero no quiso responder preguntas sobre política cuando lo abordamos en Bucaramanga. Y su jefe de prensa dijo que no tenía conocimiento de reunión alguna.

Si bien como lo ha contado La Silla, Vargas Lleras no ha tenido reparos en aliarse con políticos cuestionados a lo largo de su carrera política, y solo por nombrar algunos, en La Guajira apoyó al controvertido exgobernador Kiko Gómez, en Bolívar al grupo político de ‘La Gata’, en Casanare al ‘Clan de la Casita’, y en Sucre al grupo del ‘Gordo García’, jamás había posado en fotos con un condenado.

“Vargas Lleras sabe que al Coronel (Aguilar) lo quieren, y si quiere cautivar el electorado necesita posar con él, no con sus fichas”, le dijo a La Silla un político local de Cambio.

En este punto el hecho de que aún no esté clara la llegada de Richard Aguilar a Cambio le puede jugar completamente en contra a Vagas Lleras, quien sino tiene a toda la casa Aguilar reunificada no lograría competirle con fuerza a los liberales en las presidenciales en Santander, y quien con la foto que se tomó con un parapolítico puede haber tejido el primer lastre de su campaña.

Ahora, si se trata solo de los cálculos políticos con esa alianza el partido del Vicepresidente se pega una reforzada sin precedentes en Santander. 

A Vargas Lleras le funciona porque con ese grupo por fin le da fuerza a su partido en Santander, que si bien se ha mantenido en el departamento impulsado por la fuerza de Bernabé Celis (hoy copresidente de Cambio) no ha logrado despegar.

Los Aguilar no solo han demostrado que tienen fuerza para elegir Gobernador cuando están unidos (en 2015 perdieron porque Hugo y Richard se fueron con candidatos por aparte), sino que tradicionalmente sacan a tres congresistas de su cuerda en las legislativas. Si mantienen esa fuerza  cambiaría el semblante de Cambio en una región donde no ha tenido poder, sino que le despeja el camino a Vargas Lleras para competir votos en las presidenciales 2018.

En el lado de los Aguilar los beneficios saltan a la vista. Como lo había contado La Silla, desde las locales de 2015 las relaciones entre Hugo Aguilar y su tradicional aliado, el también parapolítico y mandamás de Opción Ciudadana Luis Alberto Gil, se rompieron completamente y el primero estaba buscando cabida en un nuevo partido para su grupo político. 

Inicialmente Aguilar papá tocó puertas en La U, y en la campaña del plebiscito apareció en fotos y dio discursos que lo pusieron del lado de Santos (y lo alejaron del expresidente Álvaro Uribe, su aliado de antaño), finalmente nada cuajó en ese partido. 

Las razones para ese fracaso es que ese partido tiene tres vertientes en Santander (la del excandidato a la Alcaldía de Bucaramanga Jhan Carlos Alvernia, la de los Tamayo -liderada por el exrepresentante Gerardo Tamayo- y la de Richard), por lo que negociar el poder de dar avales o de tener un rol protagónico era complicado. Eso no le sonaba mucho a Hugo Aguilar, entre otras, porque implicaba someterse a Richard, y eso era ceder el dominio sobre su propia casa política. 

“Conciliar egos y buscar espacios así era muy complicado. El otro año es electoral y teníamos que movernos rápido. En Cambio Radical vimos la oportunidad”, le contó a La Silla una de las personas que se mueve dentro del círculo político de Aguilar.

Con esta alianza, básicamente lo que logra ese grupo es la capacidad de asegurar avales y entregarlos,  y con ello de sacar al ruedo a sus propias fichas para las legislativas de 2018 y las locales de 2019.

Así las cosas, la precampaña presidencial de 2018 quedó oficialmente encendida en Santander y con ella la advertencia a los liberales de que por lo menos parte de sus enemigos políticos más poderosos estarán con Vargas Lleras compitiendo cabeza a cabeza los votos. 

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