Hay dos candidatos en la circunscripción de Caquetá y Huila y otros dos en Putumayo listos para hacer campaña.
En el Sur los políticos le madrugan a las circunscripciones
El proyecto de ley que crea las circunscripciones especiales de paz para que en 16 zonas del país que no habían tenido representación política por el conflicto se elija un representante adicional a la Cámara de listas de organizaciones sociales y de víctimas, resguardos o consejos comunitarios, va ser el primero que pasará por el Congreso tras el golpe que la Corte Constitucional le dio al fast-track.
Eso quiere decir que como ahora los congresistas pueden presentar modificaciones a los proyectos sin el visto bueno del Gobierno y además pueden aprobar o rechazar artículo por artículo, el mapa de esas 16 zonas puede cambiar para que entren los lugares donde tienen posibilidad de influir.
“Todos van querer sacar o meter municipios y va ser la prueba de fuego para ver qué tanto este golpe al fast-track puede poner en riesgo la implementación de los acuerdos”, dijo a La Silla Vacía el senador de la U Roy Barreras, que es uno de los ponentes de ese proyecto y que además nos confirmó que este martes se reunirá con los demás ponentes para darle paso al debate.
La Silla hizo un barrido en las regiones para ver si ya hay organizaciones sociales o políticos locales o tradicionales moviéndose para poner candidatos en esas curules extra en las elecciones de 2018 y 2022.
Encontramos que mientras en algunas regiones como en Catatumbo, Norte de Santander o Arauca, las organizaciones sociales y políticos están moviéndose más despacio, en el Caribe algunos políticos tradicionales comienzan a hacerle ojitos a estas curules, aunque allí los grupos sociales tampoco han concretado aún sus candidatos.
En el Pacífico, los que más se están moviendo por ahora son los consejos comunitarios afros y en el Sur ya hay candidatos haciendo campaña, entre líderes de organizaciones sociales y políticos locales.
Lo que tienen en común varias regiones que investigamos es que las Farc tienen miedo de que ahí queden candidatos que no son afines a ellos aunque en el Acuerdo quedó que la guerrilla no podría participar en esas circunscripciones. Concretamente que vengan de organizaciones de derecha.
Así se mueven en el Sur
En el Sur hay dos circunscripciones. La 5, que agrupa todo el departamento de Caquetá (menos el casco urbano de Florencia) y el municipio de Algeciras en Huila y la 11, que reúne a 8 de los 13 municipios de Putumayo.
Sobre la primera, La Silla Sur confirmó que en Caquetá hay ya una Coordinadora pensando poner candidato, pero aún no hay nombres concretos.
Se llama ‘Coordinadora Departamental de Organizaciones Sociales, Ambientales y Campesinas del Caquetá’ (Coordosac), una asociación que agrupa a 85 juntas de acción comunal del departamento y que según dos fuentes consultadas para esta historia tiene cercanía con la Unión Patriótica y por esa vía, con las Farc.
“Nosotros estamos ayudándolos en ese proceso para ver si definimos un candidato propio” dijo a La Silla Octavio Collazos, dirigente de la Unión Patriótica de Caquetá. “La idea es sentarnos también con los compañeros de Algeciras para que haya consenso”, agregó.
Pero en ese pueblo de 24 mil habitantes a una hora larga de Neiva tienen claro que quieren competirle a Caquetá en vez de sumarse a ellos.
La Silla Sur viajó hasta allá y los siete líderes con los que hablamos (entre concejales, exalcaldes, presidentes de asociaciones y voceros campesinos) nos dijeron por aparte que están a la espera de cómo se va reglamentar el proyecto de las circunscripciones en el Congreso y que lo clave es organizarse e ir en bloque para hacer contrapeso a sus vecinos y tener por primera vez un representante a la Cámara.
Todos coinciden que pese a que son minoría (tienen un censo electoral de 14.296 personas frente a 160.423 sin contar Florencia, donde solo podrá votar la zona rural) esa desventaja no impide que quieran presentar un candidato propio.
De hecho ya tienen dos: John Fredy Tapia y Carlos Polo.
John Fredy Tapia fue concejal de Algeciras y después candidato a la Asamblea del Huila por el Polo Democrático en las elecciones de 2015. Sacó 4640 votos, 2885 en Algeciras, la mayor votación del municipio. Dice que tiene un trabajo reconocido en el sector campesino. “Me la paso por allá, no mandando razones”, dijo a La Silla Sur.
Está buscando ser el candidato de la Asociación de Trabajadores Campesinos de Algeciras, una agrupación que mostró su fuerza durante el paro agrario de 2014, en el que movilizó a más de 5 mil personas. Agrupa a las 95 juntas de acción comunal del municipio y a varias cooperativas de allí.
El otro candidato es Carlos Polo, presidente del grupo asociativo Villa Líbano, que tiene presencia en 32 veredas y está integrado por 374 familias de campesinos, la mayoría cafeteros.
Polo, como contamos en La Silla Sur fue uno de los que le acercó durante un evento en Bogotá al miembro del secretariado de las Farc, Iván Márquez, a presentarle un proyecto para hacer una secadora de café en la región.
En la otra circunscripción, la de Putumayo, políticos locales le madrugaron a las circunscripciones.
Desde marzo, dos meses antes de que se conociera el borrador del Acto Legislativo, Franco Armando Barrero viene haciendo campaña por esta curul especial.
Barrero fue candidato a la Cámara de Representantes en 2014 por el Partido Liberal. Está buscando aval y respaldo en movimientos sociales como la Federación Comunal de Putumayo, Asojuntas o Dignidad por Mocoa, de las que ha hecho parte.
Ha militado en el Partido Liberal, y el movimiento Apertura Liberal. Barrero, economista de profesión, hizo parte del movimiento social que se formó en Putumayo en contra del gobierno de Álvaro Uribe Vélez por el cierre de la captadora DMG (Diego Murcia Guzmán).
Fuera de Barrero, está la Mesa Regional de Organizaciones Sociales, Indígenas, Campesinas y Afros del Putumayo, Baja Bota Caucana, Jardínes de Sucumbíos, (Meros), la organización que concentra la mayoría de los procesos sociales del Putumayo y que ya está barajando nombres.
Una integrante de la Meros le dijo a La Silla Sur que la organización está adelantando reuniones municipales y regionales para tomar decisiones en torno a la circunscripción.
De estas asambleas han salido dos nombres de posibles aspirantes. Uno es Yule Anzueta, vocero de los campesinos cocaleros e integrante de la Mesa de Intermediación y Acuerdo (MIA) del Movimiento Campesino Colombiano.
Anzueta también es integrante de la Coordinadora de Organizaciones de Cultivadores de Coca, Amapola y Marihuana, o Coccam (los cultivadores han sido una base social tradicional de las Farc). Para una diputada de Putumayo, él puede ser el que lidere una candidatura de la Meros, porque representaría a los cultivadores de coca, en un departamento que está entre los cinco con más coca en el país: en total tiene 19956 hectáreas cultivadas.
El otro que ha mostrado interés es Fabio Andrés Bastidas, un líder juvenil que hace parte de la Red de Derechos Humanos del movimiento político Marcha Patriótica.
En todo caso, las organizaciones sociales en ambas circunscripciones son conscientes que en este juego por definir a los candidatos entra también las Farc.
El factor Farc
El Acuerdo de La Habana dice que esas curules son para organizaciones sociales o de víctimas que representen a las zonas más afectadas por la guerra. No son para ningún partido, incluído el de las Farc.
Pero eso no significa que la guerrilla se desentienda de quién quede ahí.
Eso se lo confirmó a La Silla Sur el coordinador político de las Farc en Putumayo, Ramiro Durán. “No podemos permitir que llegue gente que estuvo por el No, por ejemplo”, nos dijo.
Según él, eso lo van a lograr en la medida en que pueblos como Algeciras, por ejemplo, puedan conocer los alcances de los acuerdos y entender cómo una curul en la Cámara de Representantes les puede dar visibilidad y representatividad a ellos, los campesinos, y a nadie más.
En Algeciras tres personas consultadas por La Silla Sur dijeron que estas candidaturas a las circunscripciones deberán indudablemente tener la bendición de las Farc.
“Las Farc deben estar tratando de dejar algo amarrado en el Congreso para que esas 16 curules sean exclusivas para sus amigos, de resto no tendría sentido que cualquier persona que cumpla se les meta y se quede con esas curules”, nos dijo fuera de micrófonos un exalcalde.
Lo mismo pasa en Caquetá.
Federico Montes, el comandante político de las Farc en ese departamento, nos dijo que la idea definitivamente es pelear “porque en esas curules quede gente comprometida con la implementación y con los acuerdos. Con ellos queremos conformar un bloque mayoritario en el Congreso”.
Si quiere enterarse como se están moviendo los políticos y organizaciones sociales en otras regiones, aquí están.