Por cuenta de la reventada del Partido de La U en Córdoba, Cambio Radical podría pasar de los escasos 14 mil apoyos que sacó ahí a Senado (frente a 274 mil de La U o 132 mil de los conservadores) a tener la Gobernación del departamento del Caribe que más votos puso a Congreso el año pasado, y engordar con ello su proyecto presidencial de 2018.
En pelea de ñoños, Vargas Lleras es rey
Por cuenta de la reventada del Partido de La U en Córdoba, Cambio Radical podría pasar de los escasos 14 mil apoyos que sacó ahí a Senado (frente a 274 mil de La U o 132 mil de los conservadores) a tener la Gobernación del departamento del Caribe que más votos puso a Congreso el año pasado, y engordar con ello su proyecto presidencial de 2018.
El viernes pasado, el cacique del Atlántico Fuad Char le entregó el aval -firmado por su hijo, el exalcalde de Barranquilla Álex Char- a Carlos Gómez Espitia para que aspire a ser gobernador de Córdoba a nombre de Cambio.
Con esa movida, la colectividad del vicepresidente Germán Vargas Lleras le puso una sombrilla encima al gobernador Alejandro Lyons, quien perdió la pelea por ese aval dentro de su partido La U con el grupo de los ñoños: Bernardo ‘Ñoño’ Elías y Musa Besaile, los dos senadores más votados del país después de Jorge Enrique Robledo, quienes llevan de candidato a Edwin Besaile (hermano de Musa).
Lyons se eligió hace cuatro años como un ‘ñoño’, con el apoyo de esos dos poderosos congresistas. Después se ‘independizó’ y montó un grupo político propio que en 2014 logró la mayor votación a la Cámara en cabeza de su prima, la novata representante Sara Piedrahita Lyons.
Para las regionales de octubre próximo, el Gobernador lleva como carta para reemplazarlo a Gómez Espitia, un abogado y viejo amigo suyo desde la universidad que viene de ser secretario general de la Gobernación.
Alrededor de su pupilo, Lyons logró armar una alianza fuerte en la que están, además de la Representante Piedrahita Lyons, el senador de La U Martín Morales (de la cuerda de la exsenadora, investigada por parapolítica, Zulema Jattin), la senadora conservadora Yamina Pestana, el senador del viejo PIN Antonio Correa y el grupo de los congresistas godos no santistas: Nora García Burgos y David Barguil (quienes tienen hoy la Alcaldía de Montería). Lo único que le faltaba era el aval.
Al pescar en el río revuelto de La U, el partido de Vargas Lleras no sólo le lanza ese salvavidas al grupo del mandatario y llega en coche a la pelea por Córdoba, sino que lo hace con una apuesta con altas posibilidades de triunfo.
Y aunque muy posiblemente se echó de enemigos a los ñoños para las presidenciales de 2018 (“bonito negocio: votamos por (Juan Manuel) Santos y Vargas para que nos pongan competencia. Vargas aquí que no venga a buscar votos”, nos dijo alguien de ese grupo), Cambio Radical ganó nuevos amigos, más allá del Gobernador, que podrían significarle algún respaldo dentro de tres años.
Se trata del movimiento burgo barguilista, que busca repetir Alcaldía de Montería con Marcos Daniel Pineda García, el hijo de la senadora Nora García Burgos.
Ellos hacen parte del ala que no está con el Presidente en el Partido Conservador (en la segunda vuelta presidencial le hicieron campaña al uribista Óscar Iván Zuluaga) y son la fórmula de Carlos Gómez Espitia en las locales. La coalición de Lyons votará por Gómez a la Gobernación y por Pineda a la Alcaldía. Eso quiere decir que, así sea indirectamente, el vargasllerismo en Córdoba irá aliado con el azul uribismo.
Las campañas de Gómez Espitia y Pineda Burgos están en total sintonía. No sólo han hecho apariciones públicas juntas y están pensando que sus programas de gobierno sean similares, sino que en las toldas del candidato de Lyons están considerando pedir el co aval conservador. Si lo hacen, los conservadores se lo darían, teniendo en cuenta la ascendencia conservadora de Gómez, cuyo padre es un reconocido líder godo en el pueblo de Lorica. Así se lo aseguró a La Silla una fuente conocedora de ese partido.
La familia de Carlos Gómez Espitia es vieja conocida de los Burgos, eso facilitó su unión. Además, La Silla supo que el hecho de que la fórmula del primero fuera Pineda fue clave para que Cambio Radical se metiera al departamento con su aval. Eso porque Marcos Daniel es amigo cercano de Álex Char, el delegado de Cambio para entregar los avales en el Caribe.
“El Partido (Conservador) valora mucho el gesto de Vargas (de dar el aval a Gómez)... Mientras Uribe nos lanzó candidato, Vargas nos apoya, se la jugó con esta coalición”, nos dijo la fuente conocedora de esa colectividad con la que hablamos.
Efectivamente, los uribistas por los que los conservadores votaron el año pasado decidieron ponerles competencia a la Alcaldía. El Centro Democrático lleva como candidato a ese cargo al hijo del exdirector del INCO, Luis Carlos Ordosgoitia. Además, van con el ganadero y odontólogo Pedro Jaller a la Gobernación.
Sin embargo, como el uribismo no cuenta con la estructura de Lyons o de los ñoños, no es impensable que terminen adhiriendo a algunos de esos dos grupos. En ese caso, todo indica que podrían irse con el del Gobernador, no sólo porque ahí están los conservadores no santistas sino porque el mejor amigo del mandatario es Cristóbal Cabrales, el hermano del senador uribista de Córdoba Daniel Cabrales. La última palabra, seguramente, la tendrá el expresidente Álvaro Uribe.
En la orilla frente al Gobernador y sus aliados están los ñoños con Edwin Besaile, acompañados por los representantes de La U Raymundo Méndez Bechara y Joche Tous, y los liberales en cabeza del exsenador (condenado por parapolítica) Juan Manuel ‘Juancho’ López y su esposa la senadora Arleth Casado. Ellos dos son la fórmula de Besaile con su candidato a la Alcaldía: el concejal liberal Juan Jose Gonzalez.
Es de lejos una de las más interesantes y fuertes disputas electorales que se librarán en el Caribe dentro de cuatro meses: maquinaria vs maquinaria. Una puja que evidencia, una vez más, que la Unidad Nacional santista murió. Al menos, localmente.
Sin querer queriendo, uno de los protagonistas de esta pelea será el vargasllerismo, que en su cruzada conquistadora por el Caribe -región que tiene uno de cada tres senadores y fue clave en la reelección- ya suma apuestas fuertes en siete de sus ocho departamentos. Sólo le falta Sucre. Y aún resta camino.