A juzgar por algunas de las cartas que inscribió Yahir Acuña para jugar como parte de su proyecto político, y de los amigos de los que se ha rodeado, el Plan M de Yahir parece sobre todo un Plan G de Gata y un Plan I del ‘Indio’ Pedro Pestana. Este último es un médico -indígena, de la etnia zenú, al que llaman “el Indio”- que fue condenado por parapolítica cuyo gran poder local pasa de agache en el resto del país, como lo contó La SillaJunto a ellos quiere Yahir convertirse en el rey de Sucre. “Los mosqueteros”, les llaman en algunos corrillos políticos.
Gatos e ‘Indio’, los mosqueteros con los que Yahir quiere reinar
Parecía un fandango de corraleja. Tres señoras bandas de viento amenizaban la llegada de decenas de personas, cercadas por otro tanto de vendedores de bolsitas de agua, de diabolines, de dulces, todos muy alegres y muy sudados bajo el implacable sol de antes de mediodía en Sincelejo.
Pero la mayoría venía uniformada, lo que evidenciaba que no era un festejo sino una manifestación política. Una que por dos horas paralizó ayer el tráfico en la transitada calle 20 de esa ciudad, justo al frente de la Registraduría. ¿La razón? El cuestionado cacique de Sucre Yahir Acuña llegaba a inscribir a sus candidatos para las regionales de octubre, por el partido Opción Ciudadana o viejo PIN en el que administra los avales del Caribe. La principal aspiración: la de su esposa la exdiputada Milene Jarava a la Gobernación.
Tal y como hizo el año pasado en su campaña al Congreso, en la que logró 134 mil históricos votos a punta de repartir whiskey y billete, como lo contó La Silla con reportería en terreno; el exrepresentante investigado por parapolítica vistió a sus simpatizantes con camisetas y gorras iguales.
“Plan M (de Milene) la fuerza de un pueblo!”, se leía sobre las espaldas y las cabezas de los yahiristas atraídos a ritmo de porro y cumbia, algunos de los cuales además llevaban pancartas de apoyo a la señora “Mile” como le dicen.
A juzgar por algunas de las cartas que durante el evento se inscribieron para jugar como parte de este proyecto político, y de los amigos de los que se ha rodeado, el Plan M de Yahir parece sobre todo un Plan G de Gata y un Plan I del ‘Indio’ Pedro Pestana. Este último es un médico -indígena, de la etnia zenú, al que llaman “el Indio”- que fue condenado por parapolítica cuyo gran poder local pasa de agache en el resto del país, como lo contó La Silla.
Junto a ellos quiere Yahir convertirse en el rey de este departamento. “Los mosqueteros”, les llaman en algunos corrillos políticos.
La reconciliación con los gatos, la alianza con “el Indio” y el billete
Aunque es viejo amigo del clan de la empresaria del chance Enilce López ‘La Gata’ (condenada a 37 años por un homicidio, en juicio por otro y en un proceso por lavado de activos y enriquecimiento ilícito), Yahir Acuña llevaba años apartado de esa casa y liderando su propio proyecto político.
La separación era tal, que hasta hace pocas semanas el senador de Opción Ciudadana Antonio Correa -quien es cercano sobre todo al hijo de La Gata Jorge Luis Alfonso, condenado por el crimen de un periodista- hacía parte del ‘Todos contra Yahir’ o Toconyá que armó la Unidad Nacional para competirle a Acuña por la Gobernación. Eso a pesar de que este año, luego de perder la personería de su partido de bolsillo 100% por Colombia, Yahir entró a la misma colectividad de Correa y hoy controla la entrega de avales en la Costa.
Los llamados gatos y el exrepresentante, sin embargo, cabalgan juntos ahora y la principal evidencia es que el Senador Correa ya aparece en foto de apoyo junto a la señora Mile.
Además de eso, varios de los candidatos a Asamblea y Concejo de Sincelejo inscritos ayer de la mano de Acuña en su evento musical, son considerados cartas gatunas. Una persona importante en el viejo PIN, dos periodistas y un político, nos contaron por aparte por ejemplo que Javier Ortiz y Carlos Carrascal (actuales concejal y diputado de Opción, respectivamente) fueron elegidos con el apoyo de ese clan y ahora buscan repetir de la misma manera. Ortiz fue ubicado en el puesto 1 de la lista al Concejo, que es cerrada, lo cual le garantiza que sería el primero en obtener curul si los votos le alcanzan al partido.
Antonio Correa lleva a la Asamblea (lista abierta), con el respaldo de la misma estructura que lo eligió a él, a la comunicadora Andreína Restrepo Carrascal, según nos confirmaron otras dos fuentes que conocen bien cómo se armaron esas listas.
Pero acaso el detalle relacionado con La Gata más llamativo de esta historia, es la presencia en la manifestación de ayer frente a la Registraduría de Jorge Abisambra.
Exgerente de la empresa del chance Aposucre y hombre de la confianza de la familia Alfonso López, Abisambra fue visto allí y según alguien que conoce el grupo de Yahir por dentro estaba acompañando a Carlos Carrascal, quien de acuerdo a esa fuente es su candidato a la Asamblea.
Abisambra es de la entraña del clan de La Gata. El año pasado, Semana había dicho que supuestamente era informante de la justicia en contra de la empresaria desde Estados Unidos, pero luego él mismo negó esa información a la revista y hoy se encuentra en el país. La persona importante del viejo PIN con la que hablamos nos dijo que entre Abisambra y los gatos “no hay ningún problema” por cuenta de esa versión, y que él y Yahir son “buenos amigos”.
Como es buen amigo también el “indio” Pedro Pestana, jefe de un poderoso grupo político en Córdoba y Sucre, que fue el primero en respaldar a Yahir cuando la Unidad Nacional le dio la espalda, y ahora es uno de los “mosqueteros” de Acuña para buscar reinar en Sucre.
Pestana, condenado en 2009 por asociarse con el Bloque Héroes de Montes de María de los paramilitares y liberado en marzo del año pasado, es el fundador y dueño de la EPS indígena Manexca, que cuenta con unos 200 mil afiliados.
Con el peso de esa fortaleza, “El Indio”, que pagó su condena en una cárcel indígena en Córdoba, logró hacer de su hermana Yamina Pestana la quinta senadora más votada del Partido Conservador en el país, a pesar de no tener gran trayectoria política y ser desconocida incluso en la región. También tiene a otra hermana, llamada Sandra, como diputada de La U en Sucre y a su hermano Eligio como alcalde de Tuchín (Córdoba). Y además es aliado político del gobernador cordobés Alejandro Lyons, quien le dio representación a los Pestana con dos secretarías.
La presencia de este grupo en el evento de Yahir ayer, se sintió en la inscripción como candidato a la Asamblea por el viejo PIN del exalcalde de San Pedro, Manuel Caicedo Arrieta, quien va con el apoyo Pestana. Pero también porque hasta allá fue, para dar apoyo a los Acuña Jarava, la mano derecha del “Indio”: Antonio Martínez, quien fue condenado por los mismos hechos que el médico y pagó condena junto a él.
El efecto de esta alianza que logró armar Yahir Acuña alrededor de las candidaturas de su esposa y de aspirantes a las 26 alcaldías de Sucre, al Concejo de Sincelejo y a la Asamblea, es que por ahora su proyecto político se vea imparable frente un ‘Tonconyá’ que sigue sin definir un candidato único para apoyar. La semana pasada, el liberalismo avaló al diputado Jairo Barona, pero él aún no cuenta con el respaldo de Cambio Radical y de un sector del PIN que está contra Yahir.
Las votaciones de Antonio Correa y Yamina Pestana a Congreso el año pasado suman en Sucre casi 50 mil votos, y a eso hay que añadir el poder de manejar la EPS Manexca y la fortaleza electoral que demostró con creces Acuña en las legislativas.
En la Sincelejo política comentan que estos “mosqueteros” ya acordaron que, de alcanzar la Gobernación, Pestana se quedará con todo lo de la salud y los gatos regresarán al negocio del chance que perdieron. Estas versiones son imposibles de probar y sólo se sabrá si son ciertas en el eventual Gobierno de Milene Jarava.
Por ahora, Yahir y sus aliados arrancaron su proyecto: “Que se sienta notificado el país: el último capítulo de la vida política de Yahir Acuña no ha sido escrito y no va a ser escrito en muchos años”, dijo el exrepresentante en micrófonos ayer, durante la inscripción de su esposa.
Lo hizo minutos antes de repartir entre 300 y 500 mil pesos por cabeza a varios de los periodistas que lo estaban oyendo. Así se lo confirmaron a La Silla dos personas que estaban allí, aunque no a todos les ofrecieron y no todos aceptaron. La campaña al estilo Yahir comenzó.