Para estas elecciones, dos influyentes pero condenados dirigentes de la política santandereana, el ex senador Luis Alberto Gil y el ex alcalde Ramiro Suarez Corzo, pactaron y podrían poner al próximo Alcalde de Cúcuta
Alianza entre condenados quiere y podría reinar en Cúcuta
Exsenador Luis Alberto Gil y excalde de Cúcuta, Ramiro Ramírez
Para estas elecciones, dos influyentes pero condenados dirigentes de la política santandereana, el ex senador Luis Alberto Gil y el ex alcalde Ramiro Suarez Corzo, pactaron y podrían poner al próximo Alcalde de Cúcuta. Gil como súper poderoso del partido Opción Ciudadana y Suarez Corzo como cacique electoral de la capital de la frontera.
En la más reciente encuesta del Centro Nacional de Consultoría, publicada anoche, Cesar Rojas, el candidato a la Alcaldía de la llave Gil – Suárez, suma 20 puntos y logra un empate técnico en el primer lugar con el candidato de Cambio Radical, Jorge Acevedo, quien recoge un 23 por ciento de la intención de voto.
La alianza
Hasta finales de marzo de este año, el candidato de Opción Ciudadana, y de sus antiguos candidatos al concejo, para la Alcaldía de Cúcuta, era, precisamente, el ex secretario de Bienestar Social del municipio y ex candidato a la Cámara por el Centro Democrático, Jorge Acevedo.
Acevedo era cercano a Opción Ciudadana pues, un año antes, según le confirmaron a La Silla dos fuentes que estuvieron en la correría, parte de su estructura había servido a la campaña de la senadora Doris Vega, esposa y heredera electoral de Luis Alberto Gil
En cuestión de días, sin embargo, Opción Ciudadana (el viejo PIN) saltó de Acevedo a Cesar Rojas, el candidato del ex alcalde Ramiro Suárez, hasta entonces huérfano de aval.
Rojas había buscado fallidamente el aval del Partido Liberal que terminó avalando a Carlos Luna, candidato también de La U y de los empresarios.
Así, el ex alcalde Suárez terminaba de alejarse definitivamente del clan de los hermanos Cristo, el ministro Juan Fernando y el senador Andrés; a quienes había respaldado hace cuatro años, antes de que los capturaran.
Una alta fuente de Opción le dijo a La Silla que la movida para avalar a Rojas la selló directamente Suarez con Gil, el amo y señor del partido, y que alrededor del acuerdo se rumoró sobre “asuntos mercantiles”.
Otra fuente local, que trabajó con el viejo PIN por años y habló con La Silla con la condición de no revelar su nombre, nos dijo que Suárez le compró a Gil el aval por 1000 millones de pesos y una serie de compromisos burocráticos.
Según esta fuente, el propio ex alcalde, vía Skype y desde la cárcel, así se lo aceptó.
Gil ha sido acusado de manejar a Opción a su antojo y de vender los avales al que más plata le dé, como lo sostuvo la Revista Semana en una historia de agosto.
Fuentes le han sostenido lo mismo a La Silla Caribe, a propósito del poder que le transfirió Gil a Yahir Acuña para repartir avales en el Caribe. Y curiosamente, allá en Sucre, en la tierra de Yahir, también se habla de la tarifa de 1000 millones.
La Silla, sin embargo, no lo pudo confirmar y otra persona que conoce la política regional, al contrario, considera que el acuerdo es más fruto de una vieja cercanía entre el ex senador santandereano y el ex mandatario cucuteño. Cercanía que, además, según esta versión, se fortaleció en La Picota cuando coincidieron pagando sus penas.
Gil, quien ya está libre, terminó en la cárcel condenado por parapolítica. Y Suárez, todavía tras las rejas, por determinar el homicidio de asesor jurídico de la Alcaldía de Cúcuta, Alfredo Enrique Florez, en el año 2003.
La alianza entre los dos, en cualquier caso, sí se dio y hoy Opción Ciudadana – en Norte de Santander – está en manos de Ramiro Suárez y sus fichas.
Muchos pre-candidatos del viejo PIN, que llevaban años en el partido haciéndole campaña a Gil y a su esposa, y que hoy apoyan a Jorge Acevedo (el candidato de Cambio Radical a la Alcaldía), terminaron en otras colectividades y el “Ramirismo” asumió sus puestos.
Hasta la sede de Opción Ciudadana ahora ocupa las antiguas oficinas del Cúcuta Deportivo, en una casa que según varias fuentes consultadas es propiedad del cuestionado ex alcalde.
La campaña y la apuesta
Ramiro Suárez fue famoso por populista. Por recibir a la gente en su despacho y resolverle los problemas diarios con plata, regalos y contratos de trabajo en la administración.
En la campaña de su candidato a la Alcaldía, César Rojas, le apuestan a un estilo parecido. Reparten mercados, rifan ciclas y utensilios para el hogar. Todos los domingos, según un periodista local, celebran múltiples bazares por los barrios populares con sancocho para los asistentes.
La sede, donde La Silla estuvo, es también una recepción de gente necesitada pidiendo ayuda, como se la pedían a Suarez cuando mandaba en el municipio.
“Él está ahí como con el pajarito de Chávez, que es Ramiro, que dice qué hacer”, aseguró un periodista de la región. Algo parecido le dijo a La Silla un integrante de la propia campaña.
De hecho, en Cúcuta nos contaron que vía Skype, desde La Picota, el condenado ex mandatario se reúne con los simpatizantes de la campaña para hacerle barra a su ficha.
Una fuente que estuvo en una de esas reuniones virtuales, le explicó a La Silla que el discurso de Suárez, en resumen, está enfocado en decirle a la gente que “Rojas es como si fuera él” y que “les va a ayudar cómo el los ayudó”.
En línea con esta idea, en mucha de la publicidad de la campaña de Rojas aparece la imagen del cuestionado ex mandatario.
El candidato, según un periodista que conoce la movida política, no tiene una estructura electoral propia y depende completamente de Suárez, fuera de que sus familias mantienen una cercana amistad.
Para una fuente experta en los temas locales, Rojas surgió como una “garantía” para el preso, porque, como es de su círculo más cercano y no tiene vuelo propio, no se le va a voltear.
Además de jugar con Rojas por la Alcaldía, con los avales de Gil el ex alcalde Suarez también le está apostando al concejo de Cúcuta.
La lista, de acuerdo a varias fuentes locales, quedó conformada en su mayoría por candidatos sin mucha trayectoria pero que como el aspirante a la Alcaldía son 100 por ciento del Ramirismo. Básicamente líderes comunales con nichos electorales en los barrios populares que siguen a Suárez desde hace años.
Con todo esto, queda claro que el viejo PIN de Gil tiene dueños en Norte de Santander, Suárez y su combo.
En octubre se sabrá si también se adueñan de la Alcaldía, para lo que cuentan además con el apoyo del AICO (donde el ex alcalde metió otras fichas al concejo) y de sectores del Partido Conservador y el Centro Democrático.