La candidatura de Cárdenas está en la lona

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Ayer se supo que la Fiscalía le abrió una investigación al ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, por la venta de Isagen y la Procuraduría otra por los sobrecostos de Reficar. Esa doble noticia es apenas el más reciente de los golpes que tienen en la lona la aspiración presidencial del ministro conservador.

Paradójicamente, ahora sus aspiraciones dependen casi totalmente de su habilidad para sacar adelante la economía colombiana en un momento muy difícil. Y para lograrlo, tendrá que tomar medidas impopulares.

Ayer se supo que la Fiscalía le abrió una investigación al ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, por la venta de Isagen y la Procuraduría otra por los sobrecostos de Reficar. Esa doble noticia es apenas el más reciente de los golpes que tienen en la lona la aspiración presidencial del ministro conservador.

Paradójicamente, ahora sus aspiraciones dependen casi totalmente de su habilidad para sacar adelante la economía colombiana en un momento muy difícil. Y para lograrlo, tendrá que tomar medidas impopulares.

Aunque Cárdenas siempre ha negado que tenga aspiraciones para el 2018, como le dijo a La Silla a mediados del año pasado, nadie le cree. En el conservatismo es visto como una de sus pocas figuras presidenciales e incluso en La U le están dando pista.

Por lo menos hasta ayer.

El nuevo inri

Si bien en principio la polémica sobre la venta Isagén es política (y de entrada la defensa de Cárdenas de hacerlo le valió duras críticas de la izquierda, el uribismo y buena parte de la bancada liberal), desde antes de que se cerrara el negocio el procurador Alejandro Ordóñez le envió una carta al Gobierno advirtiendo que podía producirse un detrimento patrimonial.

Ahora, la Fiscalía recibió una denuncia de la Red de Veedurías según la cual la venta podría constituir varios delitos, debido a que hubo una subasta de un solo oferente. Si bien ese es solo el primer paso de un proceso largo, en el que pueden pasar muchas cosas, desde hoy cargará el lastre de tener una investigación penal abierta.

En el caso de Reficar, la Procuraduría decidió investigar formalmente a los miembros de la junta de Ecopetrol de los años 2012 a 2016 y a los ministros de Hacienda y Minas de esos años, para determinar si fueron suficientemente diligentes para evitar los sobrecostos y demoras en la obra de la refinería.

Ese proceso puede incluso ser más complicado para Cárdenas que el de Isagén porque los procesos disciplinarios son más cortos que los penales; en ellos la defensa tiene menos juego; y, lo más riesgoso para Cárdenas, es que como los ministros tienen un fuero, la investigación la está adelantando directamente Alejandro Ordóñez, quien es un potencial rival presidencial suyo en el conservatismo.

En los meses que vienen, esas investigaciones podrán avanzar, cerrarse o languidecer. Pero, en cualquier caso, golpean la imagen de tecnócrata que Cárdenas ha cultivado.

Es la economía, estúpido

Independientemente de las investigaciones, un año de vacas flacas, con la economía en desaceleración, recortes presupuestales y una reforma tributaria en ciernes es un momento malo para una aspiración política de un ministro de Hacienda.

Por eso, tres congresistas conservadores que hablaron con La Silla pronosticaron que Cárdenas renunciará hacia mediados de año para dedicarse a armar en serio su campaña presidencial. Pero el Ministro le dijo a la Silla que no ha pensado en esa posibilidad: “Tengo una enorme responsabilidad. En medio de la turbulencia económica hay que estar totalmente concentrado en mis tareas como ministro de Hacienda. No tengo ningún otro objetivo que llevar la economía a buen puerto."

Por el riesgo de que si se va antes su salida sea percibida como una lavada de manos de un ministro que dejó una reforma tributaria a mitad de camino y la economía en una situación difícil, y porque si logra que la economía evite una crisis puede reforzar sus posibilidad políticas, lo más probable es que se quede. Pero eso también le puede costar gran parte de su capital político, por lo menos en el corto plazo.

Frente a los políticos, porque los recortes presupuestales que ya empezó a hacer no son populares ni entre sus colegas del gabinete, que quedan con menos plata para gastar, ni entre los congresistas, que ven como el tarro de la mermelada es cada vez más pequeño.

Y frente a los ciudadanos, porque una reforma tributaria suele ser muy dura de vender y la que se está cocinando no será la excepción. Sobre todo si acogen la recomendación de subir el IVA del 16 al 19 por ciento, que hizo la comisión de expertos que nombró el mismo gobierno.

Además, con la actual situación económica, no será solo una reforma estructural que equilibre las cargas de impuestos, sino que también tendrá que buscar más recursos para el Estado, lo que podría incluso voltear en su contra a los empresarios, que llevan dos años pidiendo una reforma de otro tipo.

Con ese compromiso y esa necesidad de mostrar mejoras en la economía, el resto del año probablemente será duro para Cárdenas. Al fin y al cabo, está en juego ya no solo su carrera política sino también su prestigio como economista.

Lo coqueteos

Pero Cárdenas no ha dejado de mantener buenas relaciones con los políticos, lo que mantiene su aspiración en la mente de algunos de sus copartidarios.

“Mauricio Cárdenas es una carta presidencial fuerte “, dice el representante por el Valle Heriberto Sanabria. “Es la figura más notoria, y tiene apoyo entre los congresistas”, le dijo a La Silla Arturo Yepes, de Caldas. “Sigue siendo un firme candidato del partido”, dice el senador Juan Diego Gómez, reconocido cardenista.

Pero no todos opinan lo mismo. Otro senador le dijo a la Silla que a su juicio el escándalo de Reficar y la venta de Isagén dejaron su aspiración viva “pero en el otro mundo”. Y un conocedor del partido por dentro explica la existencia de las dos posiciones por el hecho de que muchos congresistas se le seguirán acercando mientras sea Ministro, pero que una vez salga esa gasolina se le va a acabar.

En todo caso, siguen vivos los coqueteos de Cárdenas con el partido de La U, que no tiene muchas figuras de peso presidencial: hace apenas tres semanas fue a una reunión de bancada por invitación del senador Roy Barreras, algo que produjo sorpresa o molestia entre algunos miembros de La U.

Con los conservadores tampoco se ha distanciado, aunque no se ha reunido recientemente. En diciembre, en uno de los últimos encuentros con la bancada, les presentó a Juan Bautista Pérez Hidalgo como su candidato para ser el nuevo director de Coljuegos, una entidad que depende de su Ministerio, que maneja los grandes juegos de apuestas nacionales, como el Baloto y el Super Astro.

 

Según el representante Arturo Yepes ese fue un gesto de cortesía con la bancada, porque Cárdenas no estaba pidiendo permiso ni aval para Pérez. “Ha pedaleado duro en el gobierno y se merece un cargo directivo pues tiene el perfil. Lo postulé porque lo conozc.”, dice Cárdenas.

El futuro presidente de Coljuegos (su hoja de vida ya está publicada en la página de Presidencia, y por lo tanto seguramente será nombrado en los próximos días) ya había sido asesor de Cárdenas en el Ministerio de Minas y se quedó en ese cargo, manejando regalías, con el actual ministro Tomás González. Y, según dos fuentes de ese ministerio, es una persona competente y trabajadora.

Pero la presentación que hizo Cárdenas de Pérez también fue un gesto dirigido a los conservadores. Pérez ha sido dos veces candidato a la cámara azul en Boyacá y, aunque nunca ha salido elegido, es claramente de sangre azul: su papá fue senador conservador durante los años ochenta y noventa, y luego presidente del Banco Agrario durante el gobierno de Álvaro Uribe.

Por eso, según una fuente que estuvo en la reunión de bancada y otra que lo oyó directamente de uno de los protagonistas, Cárdenas presentó la designación de Pérez como un gesto hacia los azules.

Pero una cosa eran esos coqueteos hace un par de meses y otra ahora, con dos episodios negativos nuevos a cuestas y el optimismo en la economía en un mal momento.

En enero la Silla preguntó en La Movida si la situación económica sacaba a Cárdenas de la carrera. Solo uno de los intervinientes dijo que no.

Para Horacio Brieva, director de Protransparencia, ya se “sepultó sus ambiciones presidenciales”; para Luis Eduardo Celis, de la Fundación Paz y Reconociliación, la candidatura sería “un enorme reto en un clima tan adverso para la economía colombiana, lo cual puede terminar con cualquier aspiración presidencial”; y la economista Marcela Meléndez, directora de Econ Estudio, dijo que “prefiero creer que el Ministro está concentrado en defender la economía colombiana y no en cultivar aspiraciones presidenciales desde el Ministerio, dos cosas en tantas dimensiones incompatibles”.

Eso fue antes de que dos de los temas más polémicos del momento le estuvieran golpeando a la puerta. Ahora, sin duda, la cosa le queda más dura a Cárdenas. Pero, a diferencia de otros funcionarios con aspiraciones políticas, como la única forma de que siga siendo presidenciable es que logre sacar la economía adelante, sus intereses y los del país están alineados.

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