La obsesión pública de Juan Manuel Santos es firmar la paz, pero no es su única ambición. Lograr que Colombia sea aceptada en la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (Ocde), es el otro hilo conductor de su gobierno, y sobre el cual hay muy poco debate público.
La hoja de ruta de Santos que pasa bajo el radar
La obsesión pública de Juan Manuel Santos es firmar la paz, pero no es su única ambición. Lograr que Colombia sea aceptada en la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (Ocde), es el otro hilo conductor de su gobierno, y sobre el cual hay muy poco debate público.
Santos ha dicho que entrar a esta cofradía de países ricos (o "países que hacen las cosas bien", como lo describe el Presidente) es motivo de orgullo y que sirve para medirse con países que están haciendo las cosas bien . “Es como una auditoría buena y externa” le explicó a La Silla el funcionario encargado del proceso de la Ocde en una entidad del Estado.
La Ocde es un club de países que fundaron, hace medio siglo, los Estados ricos de Occidente como un espacio para discutir políticas que se aplicaron con éxito en un país y que se pueden replicar en los demás. Por eso ser miembro implica que un país es aceptado como exitoso, por lo menos en algunas áreas por la mayoría de las potencias económicas lideradas por los países europeos, Estados Unidos y Japón,.
El proceso para ingresar a este prestigioso grupo arrancó en enero de 2011, cuando Colombia mostró el interés de ser admitido. En mayo de 2013 el Consejo de la Ocde, su instancia suprema, dio el visto bueno y en septiembre pasado la organización emitió la hoja de ruta para el ingreso.
Esa hoja de ruta se ha convertido en la hoja de ruta del gobierno que pasa bajo el radar de los medios.
La Ocde creó 23 comités temáticos, en asuntos que van desde la pesca y la política de protección al consumidor, hasta la salud y la educación, que están trabajando desde entonces, primero visitando el país y luego redactando un informe con recomendaciones de ajustes que debe hacer Colombia.
Ya hay más de 15 informes listos (algunos no se han publicado y por lo tanto no es fácil saber su estado actual) y los demás (como los de agricultura, pesquería y acuicultura, pensiones, comercio, y transparencia) llegarán en los próximos meses.
Para seguir avanzando en el proceso de admisión al Club, Colombia tiene que empezar a adoptar las recomendaciones. Los comités luego revisan qué se ha hecho y, cuando consideran que son suficientes y van en el camino correcto, emiten una “opinión final” que va al Consejo de la Ocde, que solo entrará a discutir formalmente la posibilidad de aceptar a Colombia cuando tenga las 23 opiniones finales.
Coordinado desde Presidencia (hasta hace algunos meses en cabeza de Catalina Crane, y desde que ésta se fue a París en la de María Lorena Gutiérrez) y con un doliente en cada entidad que está en examen, la candidatura ha arrojado varios resultados.
Los ajustes que ya se han hecho
La creación de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap), el cambio del Inco a la ANI o los ajustes a los procesos de contratación en la Ley de Infraestructura son reformas que hizo Santos I y que se deben, por lo menos en parte, a la candidatura a la Ocde.
De hecho, varios de los ajustes de la reforma tributaria de 2012, como simplificar la estructura del IVA o eliminar los parafiscales, aunque tenían apoyo en el país, se impulsaron porque una asesoría de la Ocde de 2010 los recomendó incluso antes de que comenzara formalmente el proceso de ingreso.
Y es que muchas veces lo que recomiendan los expertos es algo que ya han indicado técnicos acá, pero que no tienen la suficiente fuerza para sacarlo adelante. Con la recomendación de los expertos de la Ocde, la propuesta se vuelve casi obligatoria para el gobierno y se ejecuta.
“A veces un viceministro u otro funcionario técnico sabe que hay que hacer un ajuste pero que no es fácil convencer al Ministro o conseguir que Hacienda entregue la plata. Entonces lo que hace es buscar que los expertos de la Ocde saquen un documento recomendándolo. Con ese papel va a donde el Ministro o a Hacienda y, como entrar a la Ocde es una prioridad del presidente, consigue lo que necesita” le explicó a La Silla un alto funcionario de un Ministerio.
Las bombas que vienen
Aunque algunas recomendaciones ya se han implementado y otras son relativamente sencillas, hay varias que podrían traer cambios significativos a diversos sectores.
Por ejemplo, el informe del comité de gobernanza pública que aparece en el estudio sobre política regulatoria recomienda crear un procedimiento más complejo y más transparente para sacar regulaciones como decretos o circulares.
Hoy un Ministerio puede sacarse un decreto de la manga, si así quiere. Aunque en algunos casos las entidades hacen públicos borradores de resoluciones para que los interesados los comenten, la propuesta de la Ocde es que eso se convierta en una obligación. De hacerlo, revolucionaría todo el sistema.
La idea es crear una instancia (que puede ser una entidad dedicada solo a eso, como en México, o un grupo de expertos de varios ministerios) que revise si la entidad agotó un procedimiento en el que se hizo pública la intención de sacar una norma, se discutió públicamente y se hicieron análisis de costos y de alternativas. Solo cuando esa entidad verifique que se hizo eso se podría emitir el decreto.
Otra recomendación, que está en el estudio del gobierno corporativo en empresas de propiedad estatal, es prohibir que los ministros estén en las juntas directivas de esas empresas y obligar a que empresas cazatalentos participen del proceso para definir quién va a esas juntas y quienes las administran. Eso tendría impactos importantes en el manejo de todo tipo de compañías, desde Ecopetrol hasta otras más pequeñas como Artesanías de Colombia.
En Ecopetrol, por ejemplo, la mitad de la junta está compuesta por funcionarios públicos (los ministros de Hacienda y Minas, un delegado de los gobernadores, dos viceministros y delegados del Presidente). Si salieran ellos, podría haber un cambio en la presidencia de la empresa, y de ahí apra abajo un efecto dominó.
Un tercer ejemplo es que la Ocde ha pedido que se reformen las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR), una de las reformas fallidas de Santos I. En su reporte sobre medio ambiente los expertos recomiendan “reforzar el papel del Ministerio de Ambiente como la principal entidad para dirigir y supervisar el sistema nacional ambiental” y “proveer al Ministerio de Ambiente con los medios para supervisar y dirigir el trabajo de las CAR de manera más eficiente”
Y ésas son solo algunas que se pueden señalar con los informes que ya se conocen.
Aunque para ser aceptada en la Ocde, Colombia no necesariamente tiene que aceptar todas las recomendaciones de los comités, sí debería aceptar una buena parte y mostrar que se está moviendo en el camino que recomienda la entidad.
Por eso, quizás una forma de saber para dónde va el gobierno de Santos -fuera de mirar lo pactado en La Habana- sea leer las recomendaciones de estos comites del club de los "que hacen las cosas bien".