Cuando Juan Manuel Santos llegó al gobierno la política de vivienda no pasaba por un buen momento. A dos meses y medio de terminar su cuatrenio, puede cantar victoria: logró que el sector se moviera casi al doble de velocidad de la que tenía en el gobierno de Álvaro Uribe, alcanzó (esta vez sí) récords históricos y está cerca de cumplir sus principales metas.
La locomotora de mostrar de Santos
Cuando Juan Manuel Santos llegó al gobierno la política de vivienda no pasaba por un buen momento. A dos meses y medio de terminar su cuatrenio, puede cantar victoria: logró que el sector se moviera casi al doble de velocidad de la que tenía en el gobierno de Álvaro Uribe, alcanzó (esta vez sí) récords históricos y está cerca de cumplir sus principales metas.
Ese logro se debe en buena medida a que en 2012 Germán Vargas Lleras se pidió liderar esa política y consiguió que Santos le diera un presupuesto generoso y que el Congreso le diera mucha libertad para contratar, con lo que le metió el acelerador a la locomotora.
Y la locomotora despegó.
Esos avances son evidentes en la cantidad de viviendas construidas. Entre 2006 y 2010 se hicieron 560 mil viviendas en el país y en este cuatrenio van a ser unas 920 mil (la cifra oficial más reciente es de 740 mil construidas a 31 diciembre de 2013), lo que muestra que la locomotora está andando casi al doble de velocidad.
Otra manera de ver los logros es la cifra de iniciación de vivienda urbana, que mide cuántas casas se empiezan a construir cada año en las zonas urbanas. En 2009, el último año del gobierno Uribe, fueron unas 120 mil, una cifra que venía en caída desde el récord de 170 mil en 2007, mientras que entre 2010 y 2014 el promedio está alrededor de 200 mil, con un pico en 2013 de casi 250 mil , una cifra récord. Además, por primera vez se están construyendo más Vivienda de interés social (que es donde hay más déficit) que No VIS
Y una tercera manera de verlo es la reducción del déficit de vivienda, es decir, de las viviendas que falta por construir para que todos los colombianos tengan casa. El déficit cuantitativo (en las que se cuentan como déficit las viviendas de materiales precarios o en las que viven cinco o más personas por habitación) bajó de 1 millón de viviendas en 2010 a menos de 500 mil a fines de 2013.
Los rieles: incentivar la demanda, no la oferta
El cambio clave de la política de vivienda fue cambiar el foco. Antes el eje era ayudar a los constructores a que tuvieran facilidades para construir (incentivar la oferta), y ahora se centra en facilitar que los compradores tengan cómo adquirir esa vivienda (incentivar la demanda).
Eso se debió a que hasta 2012 el incentivo a la demanda no funcionaba bien. Los recursos se iban a familias necesitadas (como familias desplazadas o en condición de pobreza), pero el 44 por ciento de los subsidios de 2011 no fueron desembolsados porque los beneficiarios no podían cumplir con los requisitos para usarlos, como tener suficiente dinero ahorrado o tener ingresos fijos.
Cuando Vargas Lleras llegó al Ministerio a jugarse su futuro político, creó tres programas para fortalecer esos incentivos.
El primero es el famoso programa de las 100 mil viviendas gratis, que busca darle casa propia a la población más vulnerable. A 29 de mayo ese programa solo había terminado de construir 55 mil viviendas y aún no había empezado a construir todas, aunque el Estado sí había contratado poco más de 103 mil.
Ese programa es un aporte fundamental porque reduce el déficit más estructural. Como no es Minvivienda sino el Departamento Administrativo de Prosperidad Social DPS el que asigna las casas, y son para desplazados, miembros de Red Unidos y víctimas de la ola invernal de 2010, el programa le da vivienda a las personas que les quedaba más difícil conseguir una por otras vías. Según los registros del Ministerio, el 69 por ciento de los beneficiarios vienen de vivir en piso de tierra y más de la mitad no tenían baños.
El segundo es el programa de vivienda para ahorradores, Vipa, que consiste en un subsidio del Estado a familias que ganan entre 1 y 2 salarios mínimos. El subsidio les reduce la cuota inicial de entre 13,5 y 15,4 millones de pesos, lo que equivale a un año o más de ingresos de la familia. Como eso puede no ser suficiente, el Estado también subsidia parte de los intereses.
Aunque el Vipa ha mojado menos prensa, ayuda a construir viviendas casi tanto como el de vivienda gratis. De 86 mil cupos, se han adjudicado 70 mil.
El tercero es el de subsidio a la tasa de interés, a través del Fondo de Estabilización de la Cartera Hipotecaria (“Frech”), que es para hogares de clase media que tienen capacidad de ahorro y de acceder a créditos del sistema financiero. Como se trata de personas que sí pueden conseguir para la cuota inicial, en este caso el Estado solo subsidia parte de los intereses del crédito y la vivienda no puede costar más de 135 salarios mínimos mensuales (unos 80 millones de pesos).
Con este programa, hasta el 30 de mayo el Estado ha ayudado a financiar otras 173 mil casas.
Con esas tres grandes apuestas la locomotora despegó porque a finales del cuatrenio habrá financiado unas 320 mil viviendas, que son un tercio de las 920 mil que se habrán construido. Y eso sin contar con las de los 12 macroproyectos de vivienda que tienen plata del Estado y que en su mayoría vienen del gobierno Uribe.
El secreto está en la plata
En total, para los programas de vivienda gratuita, vivienda para ahorradores y cobertura de tasa de interés, se destinaron más de 9 billones de pesos. Más de la mitad, 4,7 billones, se fueron al programa de subsidio para la clase media, y ayudaron a mover compras de vivienda por 7,8 millones de pesos. A las viviendas gratis se han ido otros 4 billones (que no se han pagado en buena medida, porque el gobierno paga cuando los constructores entregan las viviendas).
Ese es un salto enorme de los 721 mil millones del sector vivienda en 2009, los 635 mil de 2010 y el 1,1 billones de 2011. En 2012 saltó a más de 3 billones y en 2013 llegó a 3,6 billones. Este año es un poco más.
Además, el Ministerio y las demás entidades del sector, como Fonvivienda (quien maneja el dinero de las viviendas gratis), ahora sí ejecutan el presupuesto. Mientras en 2009 solo ejecutaron el 91 por ciento, en 2010 el 49,6 y en 2011 el 83,8; en 2012 ya se ejecutó el 97,8 por ciento, y a mayo de este año llevan casi el 63 por ciento.
Lo logrado
El salto en la ejecución se logró gracias a que la Ley de Vivienda que Vargas Lleras tramitó como Ministro de Interior, permite que la contratación de las viviendas gratis se haga sin someterse a la contratación pública.
El programa de las casas le ha dado réditos políticos a Vargas Lleras , que es ahora la fórmula vicepresidencial de Santos y también le sirvió de bandera de campaña a varios de los miembros de su partido Cambio Radical - aunque a Santos no le fue mejor en los municipios donde hay casas gratis que en los demás y Vargas Lleras ya se ha estrellado con afiches de Óscar Iván Zuluaga en urbanizaciones de casas gratis:
También ha sido una excelente oportunidad de negocio para los grandes constructores como Constructora Bolívar, Cemex o Valores y Contratos, la empresa del hermano del senador Roberto Gerlein, y para el banquero Luis Carlos Sarmiento, donde está consignad gran parte de la plata que no se ha desembolsado.
Pero el mayor beneficiario ha sido la economía. Según las cifras oficiales del Dane, de enero a diciembre de 2013 la construcción fue el sector económico que más creció con 9,8 por ciento frente al 4,3 por ciento de toda la economía.
En términos de empleo, según el mismo Dane, en diciembre de 2013 había casi 1,4 millones de personas trabajando en construcción, la cifra más alta desde 2001. En el corte más reciente, a marzo, el número de empleados en la construcción creció 10,1 frente a marzo de 2013, y se ubicó en 1.225.849, lo que representa 113 mil nuevos puestos de trabajo en el sector.
Comparando el promedio de personas trabajando en la construcción durante la administración Santos, que son 1,2 millones en promedio, ha crecido un tercio frente al del segundo gobierno Uribe (900 mil personas) y un 50 por ciento más del primer gobierno Uribe (800 mil).
El programa también ha ayudado en la lucha contra la pobreza. Como ahora hay más personas con vivienda con acceso a agua y alcantarillado, eso ayudó a que la proporción de personas en pobreza multidimensional disminuyera del 30,4 por ciento en 2010 al 24,8 por ciento en 2013. Tener una vivienda sin esos servicios es uno de los criterios para que alguien aparezca como pobre en esa medición.
Sin embargo, este es el punto en que más le falta a la locomotora: el déficit cualitativo (las viviendas con deficiencias como pisos en tierra, cocina no separada o falta de servicios públicos) que solo bajó de 1,2 millones en 2010 a 1,1, en 2013.
Para eso, el Ministerio tiene pensado meterle la ficha al programa de mejoramiento integral de barrios. Si son reelegidos.