La marcha del 1 de abril, el banderazo para la campaña de Ordóñez 

Silla Santandereana

Alejandro Ordó?ez Maldonado, exprocurador general de la Nación.

Luego de seis meses de haber sido forzado a salir de la Procuraduría, Ordóñez ya tiene casi todo listo para empezar a recorrer el país.

La marcha anticorrupción y contra el gobierno de Santos que promueven para el 1 de abril Alejandro Ordóñez y Álvaro Uribe dará el banderazo oficial a la campaña presidencial del anulado exprocurador. 

Luego de seis meses de haber sido forzado a salir de la Procuraduría  porque fue ternado por magistrados y elegido por senadores que estaban impedidos (les nombró familiares en esa entidad cuando estaba buscando reelegirse), Ordóñez ya tiene casi todo listo para empezar a recorrer el país. 

Así arranca su campaña.

La plataforma

Aunque aún están afinando varios detalles, el embrión de su candidatura ya está formado. 
Ya definieron las líneas programáticas de la campaña y han hecho los acercamientos con varias de las fichas que se encargarán de mover su aspiración en diferentes partes del país. 

 

El que por ahora está más perfilado es el comité político. Ordóñez lo está conformando con los amigos que consolidó en los últimos ocho años, y con los congresistas conservadores más allegados a él.

“Aquí la idea es agrupar a todas las bases del partido que se sienten identificadas con él. Muchos congresistas también lo ven como el candidato del Partido Conservador y las conversaciones han ido avanzando con muchos”, le dijo a La Silla una de las fuentes de adentro del círculo de Ordóñez. 

Esa fuente, y otras dos -también del primer círculo de Ordóñez-, le dijeron a La Silla que el ex senador caucano José Darío Salazar, su colega pastuso Eduardo Enríquez Maya y el exprocurador para las regiones, Carlos Augusto Mesa -un santandereano de sus entrañas-, están tirando línea en el lado político.

Mesa le dijo a La Silla que sí está dentro del equipo de Ordóñez, pero que no está haciendo las veces de articulador político porque no hay una campaña formal; y en su lugar, habló de Salazar, a quien referenció como el más visible dentro de esa línea de la campaña que arrancará el exprocurador.

Salazar, por su parte, nos dijo que él no era el coordinador político pero que sí estaba ayudando. Más adelante, en otra llamada, aclaró que lo que estaba haciendo era moviendo sus bases para la marcha del 1 de abril, porque Ordóñez aún no ha hablado formalmente de la campaña presidencial.

Enríquez Maya solo nos dijo que su partido aún no había definido candidato.

“Nadie quiere hablar de frente por ahora porque todo está en etapa de estructuración, y Alejandro aún no ha dicho formalmente que quiere ser Presidente, aunque es evidente que todo apunta hacia allá”, le dijo a La Silla una fuente que ha estado en el proceso de consolidación de la plataforma. “Los que apoyen la marcha serán del grupo del político, porque ese día es que arranca todo”.

El segundo comité al que ya le han empezado a aparecer nombres es el financiero. 

La Silla supo que Fernando Marín Valencia, quien fue embajador de Colombia en Venezuela en el segundo perÍodo de Uribe, y es hermano de Rafael y Sergio Marín Valencia -los dueños de Marval, la constructora más grande del país-, ha sido abordado para que se sume al proyecto como financiador. 

“Yo con lo que estoy comprometido no es con la campaña sino con las ideas, lo que yo llamo la defensa de la institucionalidad… sí hemos conversado con el doctor Ordóñez y también me ha dicho que busque unos amigos para cuando inicie la campaña, pero por ahora eso es muy temprano y no he estado muy pendiente”, le dijo a La Silla Marín Valencia.

El otro empresario es el paisa Calixto Nicholls, quien además de venir de una familia de tradición conservadora, es un cacao de Antioquia, consuegro del expresidente Andrés Pastrana y esposoa de la ex candidata conservadora al senado Ángela Ospina de Nicholls.

El nombre de Nicholls en esa lista envía un doble mensaje, porque además de su apoyo, ha sido visto también por algunos de los que lo conocen como un guiño del expresidente hacia Ordóñez. Esto es particularmente relevante en su caso, teniendo en cuenta que el expresidente ha asumido el rol de mediador entre el exprocurador y Marta Lucía Ramírez, quien competiría con él por el aval azul y quien apóyó la cmapaña de Ospina al senado.

A diferencia de Marín, según le dijeron a La Silla en la oficina de prensa de Ordóñez, el acercamiento de Nicholls ha sido únicamente para el apoyo a la marcha. 

El tercer comité es el administrativo, y sería el que estaría al frente de la oficina privada y de las sedes, así como de la logística de las giras que Ordóñez emprenderá por todo el país, después de la marcha del 1 de abril. 

Hasta ahora lo que el exprocurador ha hecho es asistir a cuanto evento académico lo invitan y en el marco de las visitas que lo llevan a las regiones, a pequeñas reuniones con líderes locales y empresarios.

Solo en las últimas semanas, en Santander se reunió con bases conservadoras, con retirados de la Policía y con empresarios. 

En su mismo departamento, en un foro de la Universidad de Santander, Udes, protagonizó una pelea con el también conservador Álvaro Leyva, que se volvió noticia nacional porque lo llamó “farsante”.

En Medellín, también dictó conferencia.

Y estuvo en Magangué, en conversatorios y asistiendo a festividades religiosas.

Ese comité, además, estaría encargado de otro tema estructural, la recolección de firmas que Ordóñez quiere emprender para apalancar su aspiración. 

“Esas firmas tienen el propósito de mostrarle al Partido Conservador la fortaleza y tener el mejor argumento para quedarse con la candidatura. También tantear el terreno para ver el respaldo en todo el país. Después del 1 de abril arranca la parte fuerte”, le contó a La Silla una fuente de círculo del exprocurador en Santander. 

Las bases

Además de los tres comités, que son los típicos de una campaña política, hay un cuarto que será una de sus columnas vertebrales: el doctrinal.

Para estructurarlo, Ordóñez ha hecho varios acercamientos con líderes políticos de las iglesias cristianas y del sector más conservador de los católicos que se movilizaron con la marchas de agosto del año pasado contra la inclusión de los derechos Lgbti en los manuales de convivencia escolares, y que hoy están agrupados, como lo contó La Silla, en una organización que se denominó Movimiento Nacional por la Familia. 

Ese sector es la base social con la que arranca Ordóñez. Independientemente de su color político u origen social, quienes lo integran tienen en común que no se sienten representados por las decisiones de la Corte Constitucional a favor del matrimonio igualitario y el derecho de las parejas del mismo sexo para adoptar.

Además de su oposición a los Lgbti, también están alineados con el procurador anulado en temas propios del conservatismos social como el rechazo al aborto, al consumo de drogas o a la eutanasia. 

Según las cuentas de este movimiento, tienen una base de unas 1,7 millones de personas, muchas de las cuales están comunicadas a través de grupos de whatsapp desde la marcha  de hace ya casi un año. 

“Ordóñez es el candidato por descarte, porque es el único de toda esa corriente que no va en contra de los principios de la iglesia tradicional, sea católica o no católica”, le dijo a La Silla una fuente de adentro del movimiento que pidió la reserva de su nombre porque la posición no se ha hecho oficial. “Ordóñez es casi que el católico más evangélico, y por eso aglutina a todos los sectores conservadores de base”. 

La cercanía de Ordóñez con ese movimiento que movió con fuerza la idea de que el Acuerdo de Paz movía la ideología de género es la más evidente. 

Sus líderes son Oswaldo Ortiz, un pastor cristiano que se hizo famoso por sus videos de Youtube en contra de lo que él denominó el ‘lobby gay’ en las altas esferas de poder, y la diputada de Santander por el Partido de La U, Ángela Hernández, quien se hizo famosa por ser la primera en criticar las cartillas de Gina Parody y por proponer que se crearan colegios para homosexuales. 

Desde el martes, Ordóñez y Hernández pusieron a circular en redes sociales un video en el que, vestidos igual, invitan a salir a la marcha del primero de abril.

Además de ese acercamiento, Ordóñez también ha tendido puentes con el concejal de Bogotá del viejo PIN, Marco Fidel Ramírez, cuyo caudal electoral proviene de la Iglesia Familiar Internacional.

“Hemos tenido diálogos con alguna frecuencia de carácter fraternal que se están dando a todo nivel con la expectativa presidencial de 2018. Aún tengo que esperar lo que defina mi partido en ese sentido, pero tengo la convicción de que Alejandro Ordóñez sería un gran Presidente”, aseguró Ramírez, que sacó 14 mil votos en 2015.

La fuerza de ese sector además estaría representada en que recogerán firmas para ir con listas propias al Congreso en 2018.

Una fuente que lo sabe de primera mano le contó a La Silla que planean lanzar listas cerradas en todo el país bajo la consigna de la ‘defensa de la familia’. Así no solo agruparían a cristianos sino también a todos los sectores católicos que se sienten representados con esa bandera.

“Ya ha habido reuniones con la Conferencia Episcopal, con todos los grupos Pro-vida, que son muy fuertes, con varias agrupaciones que se sienten identificadas con lo mismo. Sabemos que tenemos que ir con un presidenciable y Ordóñez es el que recoge los principios que nosotros defendemos”, le dijo a La Silla la fuente de ese movimiento.

Sin embargo, y aunque por ahora Ordóñez es el que más podría capitalizar esa derecha, le podría salir competencia. 

Como lo contó La Silla, la senadora y exfiscal general, Viviane Morales, está dentro de los planes de los cristianos para 2018; aunque ella no ha decidido nada, un líder de esas iglesias nos dijo que si se lanza o incluso si no se lanza pero se inclina por otro candidato, puede dividir ese caudal electoral de los cristianos.

La estrategia

Si bien desde cuando aún era Procurador Ordóñez ha dado señales de estar en campaña, parte de su estrategia está en no decirlo de frente.

Seis personas que han asistido a los eventos del exproducurador le dijeron a La Silla que sus discursos tienen en común que son contra el gobierno de Santos y contra la implementación de los acuerdos de paz con las Farc, y que en ninguno habla de aspiración política alguna.

Esa línea la ha mantenido en sus salidas en medios y en su propia cuenta de Twitter, donde constantemente cuelga videos suyos hablando sobre los temas coyunturales para el país (y en los que a veces han aparecido que lo proclaman Presidente). 

Por ejemplo, cuando llegó a la sede del Partido Conservador a pedirle a los directivos que se declararan en oposición a Santos, lo hizo con una comitiva que desde su llegada hasta su salida gritó: “se vive, se siente Ordóñez Presidente”. 

Con movidas como esa, Ordóñez también está tratando de captar y poner de su lado a las bases del Partido Conservador, que son en su mayoría antisantistas y están moviéndose en un sentido diferente al de los congresistas y directivos. 

Irlas alineando es clave para él porque Marta Lucía Ramírez, quien también quiere la candidatura presidencial, es la que las ha recogido y representado. 

La tercera línea en la que Ordóñez se ha movido, es la más pública y es la del uribismo. 

El anulado exprocurador ha dicho en varios medios y sus redes sociales que las fuerzas que se fueron con el No en el plebiscito deben armar una coalición para derrotar a los candidatos que se fueron con el Sí. 

Aunque esa idea no le disgusta al mismo Uribe, y en principio no tendría resistencia en las iglesias cristianas y el sector católico más conservador, el problema estaría en el nombre del candidato.

Por un lado a las iglesias les gustaría que fuera Ordóñez; por otro, los uribistas tienen una baraja de por lo menos tres precandidatos -María del Rpsario Guerra, Iván Duque y Carlos Holmes- y tienen que definir dentro de sus reglas quién los representará; y además, los conservadores quieren volver a ser protagonistas políticamente y no es claro qué tanto podrían ceder si la coalición deja a un uribista al frente de la candidatura. 

“Aquí el tema va a ser de egos, pero en los dos lados tendrán que buscar la manera de superarlos, porque no se debe perder el norte que es recuperar el país”, le dijo a La Silla la representante uribista María Fernanda Cabal.

Sin embargo, ocho fuentes entre congresistas y directivos de los dos partidos, le dijeron a La Silla que si había un nombre que los unificara sería el de Luis Alfredo Ramos, quien si es absuelto en la Corte Suprema del proceso por parapolítica que lo tuvo preso por tres años, también podría entrar a la baraja uribista. 

Aunque falta ver cómo calaría ese nombre entre las iglesias, si Ramos resucita políticamente se convertiría en el sujeto a vencer de Ordóñez. 

Por ahora, Ordóñez arranca con las bases más conservadoras del país como sus aliadas y con una imagen favorable, según la última medición de Gallup, de 22 puntos, la misma que tiene Carlos Holmes y un punto más arriba que la de Ramos, pero 9 puntos más abajo que la de Marta Lucía Ramírez.  

Después de la marcha, cuando mida nuevamente el poder de sus bases y arranque la correría, tendrá que luchar contra la desfavorable, que llega a los 35 puntos, y que es una de las más altas de los presidenciables. 

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