Cuando comenzó su mandato, Terán nombró a varias personas cercanas a los García, como por ejemplo la misma Rosario Ricardo, a quien designó como su secretaria de Educación. De hecho, Ricardo fue suspendida al tiempo que Terán por el mismo caso que investiga la Contraloría: supuestas irregularidades en la ejecución de un contrato con la firma Chemical Products.
Terán también nombró como gerente de Transcaribe a José López Amarís, hijo del exrepresentante a la Cámara y condenado ‘parapolítico’ Alfonso López Cossio, cercano a la casa García. Y a Clara Calderón como su directora de Valorización. Ella fue candidata al Concejo por la ASI, pero en la ciudad es vóx pópuli que contó con el apoyo de Piedad Zuccardi, y finalmente no obtuvo su curul sino el puesto en la Administración.
Sin embargo, la feria de nombramientos a los García, y por lo tanto el aumento de su poder en Cartagena, vino después: cuando Terán estaba incapacitado y pocos creían que fuera a volver. El presidente Santos designó a Carlos Otero, quien es cercano a los García Zuccardi, que fueron muy importantes en la elección de Santos en 2010, como contó La Silla.
Otero siempre ha dicho que es amigo de ellos y el clan García lo postuló a la gerencia de Transcaribe en su momento. También fue el coordinador de la campaña presidencial de Santos en la ciudad, por encargo de Zuccardi. Una vez en el cargo, como lo denunció Semana, Otero nombró a gente cercana a ellos en 13 altos cargos del Distrito, aunque Otero negó ayer esos señalamientos.
Otero, poco a poco, también ha ido sacando a la gente de Campo Elías, como por ejemplo a Nausícrates Pérez, su secretario del Interior, y a su tesorero Amaury Padilla.
Con la detención de Zuccardi y las críticas que han arreciado contra Otero, el poder de los García en la ciudad tambalea. Sin embargo, Otero y los García seguirán reinando mientras Terán no regrese o, ante su vacancia definitiva, se convoque a elecciones atípicas en la ciudad.