Lo que hay detrás de la pelea por la Junta Directiva de la Cámara de Comercio

Imagen

El jueves están programadas las elecciones para las juntas directivas de las Cámaras de Comercio del país y la pelea política está muy caliente. En la de Bogotá, las dificultades han llegado hasta el punto de que hoy su presidenta ejecutiva, Consuelo Caldas, está hablando con la Presidencia de la República para definir si aplazan las elecciones.

La pugna en Bogotá es entre los dos grupos que tradicionalmente se han disputado el poder de esta poderosa institución, que maneja un presupuesto de más de 300 mil millones, una base de datos con la información de todas las empresas de la ciudad, tiene a Corferias, maneja el centro de arbitraje más prestigioso de Colombia y tiene varios programas que monitorean las políticas públicas de la ciudad (a través de ellas, por ejemplo, fue quien propuso políticas como la línea de emergencias 123 y la vigilancia por cuadrantes). Además, a través del dinero que cobra por varios servicios que le delegó el Estado, maneja recursos públicos.

Pero curiosamente, más allá de todo lo que lo separa, estos dos grupos han hecho un frente común para resistir un enemigo mayor: la toma del poder por parte de los pequeños comerciantes. Por ahora, a diferencia de las Cámaras de Comercio de otras ciudades, esta pelea la van ganando.

La pelea interna

La junta directiva de la Cámara, que tiene 12 miembros (cuatro designados por el presidente de la República y ocho elegidos por los comercientes) está partida en dos grupos, que algunos identifican con partidos políticos, aunque ambos tengan empresarios sin conexiones con la política.

En el primer grupo, que Dinero.com llamó el de los "políticos", sobre todo por su cercanía con el Ministro Germán Vargas Lleras y su partido Cambio Radical, están la ex gobernadora y empresaria avícola Leonor Serrano, el ex senador liberal José Blackburn, Carlos Augusto Ramírez y Efrén Cardona, un hombre hecho a pulso y uno de los más grandes ferreteros del país.

Por otro lado, está un grupo más tradicional y con algunos vínculos al Partido Conservador. En ese bloque están Francisco Durán Casas, Gonzalo Echeverry (hermano del ministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry e industrial del transporte), Jaime Mantilla, el empresario agroindustrial Carlos Antonio Espinosa, el presidente de Fenalco Guillermo Botero (quien está en la junta como delegado del presidente), Juan Diego Trujillo (presidente de la junta) y Alberto Velásquez.

Es decir, están siete a cinco. Pero como Cardona se acaba de retirar de la carrera por una investigación que detectó que él habría estado detrás de la inscripción de comerciantes "de papel" para las elecciones de la junta, este grupo está políticamente golpeado.

Sin embargo, con las elecciones todo cambia. No solo los ocho miembros que elijen los empresarios pues, aunque los delegados del Presidente de la República cambian cuando éste disponga, normalmente lo hace cuando hay una nueva junta. Hoy en día, entre sus delegados están Enrique Vargas Lleras, hermano del Ministro de Vivienda, y el ex secretario general de Álvaro Uribe Alberto Velásquez.

La rivalidad entre ambos grupos viene de tiempo atrás y periódicamente se convierte en objeto de fuertes peleas, como ocurrió cuando la actual Ministra de Educación María Fernanda Campo era presidente de la Cámara y se decía que Enrique Vargas Lleras la quería tumbar.

En los últimos años las relaciones han sido mucho menos tensas porque la actual presidente ejecutiva, Consuelo Caldas, ha ayudado a que la mayoría de las decisiones se tomen por unanimidad. Pero las posiciones sí se notan cuando hay elecciones de mesas directivas de la junta y cuando se votan por las juntas directivas de las filiales de la Cámara – es decir, cuando se reparte internamente el poder.

El presidente Juan Manuel Santos tiene en sus manos la decisión de aplazar o no las elecciones de las juntas directivas de las Cámaras de Comcerio del país.

Foto: Juan Pablo Pino

El Superintendente de Industria y Comercio, José Miguel de La Calle, tomó medidas para buscar mayor transparencia en las elecciones de las juntas directivas, de las que ha habido mcuhas quejas. En Barranquilla se revocó la inscripción de varios candidatos; en Villavicencio se ha hablado de gastos excesivos para las elecciones; en Ibagué hay temores de que empresarios de papel se tomen la Cámara de Comercio.

La presidenta ejecutiva de la Cámara, Consuelo Caldas, es la encargada de hacer las elecciones para la junta directiva. 
Enrique Vargas Lleras es delegado del presidente en la junta directiva y es uno de los ejemplos que se señalan cuando se habla de politización de la Cámara.

No todos pueden votar

Además de pagar la matrícula mercantil, que es obligatoria, los comerciantes tienen la posibilidad de afiliarse a la Cámara de Comercio para, entre otras cosas, recibir publicaciones gratis, sacar cierto número de certificados gratis y poder formar parte de la junta.

La ley establece que si los afiliados son por lo menos el diez por ciento de todos los comerciantes matriculados y activos (es decir, que hayan pagado su matrícula en los años recientes), solo los afiliados pueden votar por la junta directiva. Si son menos del diez por ciento, votan todos los comerciantes matriculados.

Esta aritmética se ha vuelto un punto fundamental porque de esa proporción entre afiliados y matriculados está dependiendo que se conserve el prestigio de pertenecer a la junta directiva de una Cámara de Comercio, que aunque es un encargo ad honorem da mucho prestigio.

En la Cámara de Comercio de Bogotá hay más de 300 mil empresarios matriculados y activos y unos 35 mil afiliados. En su mayoría, los afiliados son empresas sólidas y reconocidas, lo que ha hecho que la junta directiva haya funcionado por mucho tiempo como un círculo de le élite empresarial.

Si votaran todos los comerciantes -como ha comenzado a suceder en otras ciudades como Cartagena y Barranquilla- esa realidad podría cambiar: la Cámara se democratizaría, pero correría el riesgo de que terminara tomada por redes mafiosas, como ha pasado en otros lugares del país.

"Imagínese si se unieran todos los comerciantes de sanadresito, de Corabastos, y pusieran la junta directiva. Sería un peligro, no por ser pequeños comerciantes, sino porque detrás de ellos podrían llegar los paramilitares o las mafias", le dijo a La Silla Vacía una fuente cercana a la junta directiva de la Cámara de Comercio.

Hasta ahora, los electores de la junta directiva de la Cámara seguirán siendo solo los afiliados. Pero no por eso las cosas han sido pacíficas.

Los líos de la elección

Hace tres semanas, la Superintendencia de Industria y Comercio, quien vigila a las Cámaras de Comercio, detectó problemas en la afiliación de empresas y está haciendo seguimiento a las elecciones, especialmente revisando si hay empresarios “de papel”, creados solo para apoyar alguna lista.

Acatando esa decisión, la Cámara de Comercio eligió dos empresas de seguridad que revisaron más de 400 nuevas afiliaciones que se hicieron este año y de las que se sospechaba podrían beneficiar a algunos de los candidatos a la junta.

Ese estudio arrojó que había afiliaciones de personas que no eran realmente comerciantes. Es más, esas pruebas llevaron a que Efrén Cardona renunciara a su aspiración pues se comprobó que se estaba beneficiento de esas afiliaciones. Según supo La Silla Vacía, Cardona le pidió disculpas a los demás miembros de la junta y a quienes lo acompañaban en su lista.

Pero con el retiro de Cardona el problema no se erradicó, porque hay más afiliaciones llamativas, y no se revisaron todos los afiliados. Lo que quieren los actuales miembros de la junta directiva, según pudo saber La Silla Vacía, es que se revise más a fondo.

"Lo ideal sería contratar una revisión de todos los afiliados, pero no hay tiempo para hacerlo ahora", dijo otra fuente. Agregó que la idea sería concentrarse en las personas naturales y no en las empresas.

Por una parte, es mucho más sencillo inscribirse y retirarse como persona natural (basta con ir con la cédula y pagar) que hacerlo con una empresa que tiene que ser liquidada. Además, porque la ley antitrámites y las normas tributarias le hacen la vida más fáciles a los comerciantes individuales, a los que les exigen menos requisitos que a las grandes empresas, y por eso es más difícil comprobar si una persona realmente debería estar matriculado en la Cámara. El segundo, que desde 2008 la cantidad de personas naturales afiliadas a la Cámara ha crecido en más del 50 por ciento cada elección, y eso ha llamado mucho la atención.

En cualquier caso, la intención es hacer una limpieza que haría más transparente la elección. Por eso es que en la junta directiva de anoche se decidió consultar al Gobierno sobre la posibilidad de aplazar las elecciones. La idea es hacerlas dentro de un mes y no el jueves, para que, mientras tanto, se hagan unas investigaciones a fondo sobre quiénes son los que van a votar en las elecciones: se revisaría en detalle la afiliación de unas 1800 personas. Y eso podría cambiar toda la relación de poder dentro de la Cámara.

Hace dos años para elegir la junta votaron unos 3.700 comerciantes. Aunque para este año se prevé que el número crezca y pueda llegar a 5 mil, la abstención seguiría siendo muy alta y la revisión de las 1.800 personas naturales puede cambiar el panorama. Con 5 mil votos, para quedar en la junta una lista necesitaría 625 votos, y en las elecciones pasadas hubo listas que se quedaron por fuera por menos de 50 votos. Por eso, si finalmente las elecciones se suspenden y se revisan esas afiliaciones, podría haber sorpresas en la Cámara de Comercio de Bogotá.

Compartir
0