Parapolíticos, de vuelta al ruedo

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Las campañas electorales en Antioquia, Santander y Magdalena tienen algo en común: en ellas juega un papel importante algún ex senador condenado por parapolítica y que, ya libre, está haciendo campaña pública. Los tres quedaron en libertad condicional en los últimos meses y, aún sin terminar de pagar su pena, se metieron de cabeza en las campañas que vienen. Y gracias a eso su poder puede no solo mantenerse sino volver a crecer.

Las campañas electorales en Antioquia, Santander y Magdalena tienen algo en común: en ellas juega un papel importante algún barón electoral condenado por parapolítica y que, ya libre, está haciendo campaña pública. Los tres quedaron en libertad condicional en los últimos meses y, aún sin terminar de pagar su pena, se metieron de cabeza en las campañas que vienen. Y gracias a eso su poder puede no solo mantenerse sino volver a crecer.

Estos son los tres casos:

 

El caso menos conocido hasta ahora es el de Óscar Suárez Mira, quien quedó libre el 15 de diciembre pasado, justo a tiempo para las novenas navideñas y tras cumplir tres quintas partes de la condena de nueve años de cárcel que le impuso la Corte Suprema de Justicia.

Suárez fue capturado en enero de 2011 y condenado en julio de 2013 porque recibió apoyo de los jefes paramilitares alias “Don Berna” y “el Alemán” para las elecciones de 2006. Estuvo en la cárcel durante 47 meses, primero en la Picota de Bogotá y desde noviembre de 2013 en Yarumito (Antioquia).

En ese tiempo Suárez perdió poder.

En 2010 decidió no buscar la reelección al senado porque aspiraba a ser el candidato de continuidad a la Gobernación, y por eso impulsó a su hermana Olga, quien llegó tranquilamente al Senado.

En 2011 su estrella pareció apagarse: en enero se cegó su aspiración a la Gobernación por cuenta de la captura, en octubre el ramismo (con los votos de Suárez) perdió las elecciones frente a la avalancha que eligió a Sergio Fajardo, y en su fortín de Bello ganó el voto en blanco.

Sin embargo, su grupo se había quedado con una veintena de alcaldías de municipios más pequeños y en las elecciones atípicas para la alcaldía de Bello de 2012, en las que no podían repetir candidatos pero se movieron los mismos grupos políticos, ganó su ficha Carlos Muñoz.

Para el 2014 el suarismo se subió al bus reeleccionista y Olga se reeligió sin mayores problemas. Ya se veía venir la libertad del ex senador, quien en octubre pasado se reunió con al menos 14 alcaldes de su grupo político y ahora está a punto de poner candidato propio a la gobernación en la convención azul del viernes.

Como contó La Silla, Suárez ha hecho por lo menos una reunión pública en Apartadó para impulsar a Eva Inés Sánchez, ex contralora de Bello y quien es parte del grupo político de Suárez por lo menos desde el 2011, cuando llegó al Instituto de Desarrollo de Antioquia como cuota de Suárez.

Aunque Sánchez no ha hecho política electoral hasta ahora, no es conocida y arrancó campaña apenas hace dos semanas, su jefe político tiene tanta fuerza que en ese corto lapso cambió todo el panorama para elegir candidato azul, como contó La Silla e incluso llevó a que el ex director del área Metropolitana Carlos Mario Montoya, perdiera la camiseta de favorito frente a ella, pues la senadora Nidia Marcela Osorio y el respresentante Horacio Gallón, dos sus soportes, se fueron con Suárez y Sánchez.

Aunque no es fácil prever el resultado del viernes, cinco fuentes consultadas por la Silla (tres políticos conservadores y dos analista conocedores) coinciden en que Suárez seguramente va a ganar, lo que muestra que su regreso tiene efectos políticos inmediatos.

Y también dicen que lo más probable es que, con una candidata de bolsillo y desconocida, y ante un partido que seguramente no se va a mover unido para apoyarla, se lleve el aval a la campaña de Luis Pérez. Es decir, su jugada sería evitar que el conservatismo tenga candidato propio o se vaya al uribismo y, en cambio, convertirse en uno de los bastiones de una campaña de Unidad Nacional.

 
 

El coronel Hugo Aguilar juega con candidato propio a la gobernación de Santander. Su participación en la campaña sirve no solo para unificar su grupo político, que estaba dividido, sino incluso para aventurarse a jugar en otros departamentos.

Aguilar fue capturado en julio de 2011, poco antes de las elecciones regionales en las que estaba impulsando a su hijo Richard a la Gobernación, pues una sanción de la Procuraduría le impedía buscar directamente la reelección. Pero, a pesar del golpe de la captura, no perdió poder: ya había dejado a otro hijo en el Senado y Richard ganó las elecciones.

Condenado en enero de 2012  a 90 meses de prisión, Aguilar salió hace tres semanas tras durar 54 meses en la cárcel. Primero estuvo en La Picota, pero desde diciembre de 2013 fue trasladado a la cárcel de San Gil y ahí empezó a manejar los hilos políticos locales (en abril ya había hablado con su candidato a la Gobernación sobre estrategia política) y a ambientar su regreso a la libertad y la política en público.

Lo que no había alcanzado a hacer era a poner a sus hijos de acuerdo y a reorganizar su grupo político pero, como contó La Silla, tan pronto salió empezó en forma esa reorganización.

La gran manifestación con la que fue recibido el jueves pasado en Bucaramanga fue la primera prueba fehaciente de que retomó las riendas, y de que las fuerzas quedaron reunidas alrededor de la candidatura de Carlos Fernando Sánchez, ex cabeza de Panachi, para la Gobernación.

Con el grupo político reunido y el popular coronel en plaza pública, la campaña de Sánchez pinta fuerte.

Y también juega afuera de Santander. Según cuenta La Fm, hizo una alianza con el también parapolítico Ramiro Suárez Corzo para impulsar a mutuamente sus candidatos en los dos departamentos.

Pero la movida más fuerte por fuera es la candidatura de Melecio Quinto Arias, su ex asesor en la Gobernación, a la Gobernación del Chocó con el aval del Centro Democrático.

Aguilar ha sido cercano a Uribe desde hace varios años, y ahora impulsa a una de sus personas de mayor confianza. El coronel conoció al chocoano Arias a mediados de los noventa, cuando los dos trabajaban en la Policía (Aguilar como coronel y Arias como sargento) y en 2004, cuando el hoy candidato trabajaba en la secretaría de Seguridad de la Casa de Nariño y Aguilar llegó a la Gobernación, se lo llevó a Bucaramanga.

Melecio luego fue contratista de dos corporaciones autónomas de Santander (de la CAS en 2013, cuando la manejaba Flor María Rangel, ficha de los Aguilar; y de la CDMB entre 203 y 2015, bajo la administración de otro apadrinado del coronel, Arley Anaya) y de la gobernación entre 2013 y el día de hoy, cuando sigue teniendo un contrato vigente en la Secretaría General.

Si todo le sale bien, Aguilar podría terminar convertido en un cacique aún más grande, con dos gobernadores y un senador. 

 
 

A diferencia de Suárez y Aguilar, Pinedo fue capturado cuando ya había perdido buena parte de su poder político. Su regreso abre la puerta, más que nada, a empezar a recuperarlo con un candidato propio a la alcaldía de Santa Marta y participación directa en las campañas a las gobernaciones de Magdalena y La Guajira y la alcaldía de Riohacha.

Pinedo, que llegó al Senado en 1986 (con una interrupción entre 1991 y12994, cuando fue Gobernador), renunció a su curul en 2008, después de haber sido capturado por parapolítica.

Condenado en 2012 a 108 meses de prisión por haberse aliado con los paramilitares para que éstos obligaran a votar por Pinedo en las elecciones a Senado de 2002, estuvo en La Picota hasta fines del año pasado, cuando salió libre.

En estos años, su grupo político se ha marchitado notablemente. Su hijo José Luis perdió las elecciones a la Gobernación en 2011 frente a Luis Miguel ‘Mello’ Cotes y en 2014 no alcanzó a clasificar a la lista de Cambio Radical al Senado y se quemó a la Cámara.

Entre fines del año pasado y principios de éste, logró poner en un buen cargo a uno de sus hijos. Primero su hijo José Luis casi es nombrado viceministro de agua, un cargo que depende del Ministerio de Vivienda, uno de los que maneja Cambio Radical, pero su falta de experiencia dio al traste con la designación.

En marzo pasado, ya con el ex senador en libertad, su hijo Miguel Alfredo fue nombrado director de la Superintendencia de Notariado para todo el Caribe, encargado de manejar el la planta de personal y el presupuesto de las oficinas de registro en ocho departamentos.

Esa primera muestra de que la presencia del senador puede replicarse ahora, con Pinedo como una de las voces más fuertes de Cambio Radical en el departamento, y tirando línea desde los micrófonos radiales.

Para eso, al salir de la cárcel Pinedo selló alianza con el Mello Cotes para quedar con participación política en la próxima gobernación, en la que Rosa Cotes de Zúñiga, tía del actual gobernador, va con el aval de Cambio Radical. Y recibió, de entrada, la Secretaría de Educación departamental.

Su candidato a la alcaldía de Santa Marta es la concejal de Cambio Ana María Muelle, que ya pidió el aval y quien, aunque ha dicho que no aspira como ficha de ningún cacique, sí tiene el claro respaldo de Pinedo.

El ex senador tuvo en parte la alcaldía entre 2007 y 2011, cuando fue uno de los soportes de la elección de Juan Pablo Diazgranados Pinedo. Éste fue fórmula de José Luis Pinedo Campo, quien perdió la elección a la Gobernación pero recaló como secretario de Hacienda de Santa Marta. Ahora, con el regreso del ex senador, su grupo político vuelve a jugar fuerte a ese cargo, ahora en alianza con los Cotes.

Y eso no es todo. También está metido en la campaña en La Guajira, como contó La Silla: acompañó a Oneida Pinto, la criticada candidata avalada por Cambio Radical que fue aliada del destituido y condenado Kiko Gómez, a pedir el aval, y apoya a Fabio Velásquez a la alcaldía de Riohacha.

Al final, aunque en los cuatro casos aún hay dudas de si va a lograr poner sus fichas y a concretar las alianzas, ya dejó claro que su regreso es en serio.

 
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