Peñalosa cumple su plan, pero aún no incide sobre la calidad de vida

Silla Cachaca

A pesar de estar cumpliendo la mayoría de metas de su plan de desarrollo, al alcalde de Bogotá le falta alcanzar logros más profundos para dejar huella en la gente. El informe Cómo Vamos también lanza algunas alertas.

El Informe de Calidad de Vida que cada año publica Bogotá Cómo Vamos dio a conocer ayer los resultados sobre 2016, el primer año de la administración de Enrique Peñalosa. El documento muestra que el alcalde arrancó cumpliendo la mayor parte de lo que prometió en su Plan de Desarrollo, pero que en asuntos claves como movilidad, salud y vivienda no ha mejorado sustancialmente la vida de los ciudadanos.

Aunque no toda la responsabilidad de los resultados es de Peñalosa porque su Plan de Desarrollo comenzó a regir a mediados de 2016, políticamente lo afecta porque fue su primer año de gobierno.

Estas son las conclusiones que sacó La Silla Cachaca, con una ñapa venezolana.

1

Si es por el cumplimiento del plan de desarrollo, Peñalosa tiene cómo pelear la revocatoria

Bogotá Cómo Vamos, además de analizar indicadores de calidad de vida, incluyó en el informe una muestra de 50 metas del plan de Desarrollo para verificar qué tanto ha avanzado el alcalde.

Encontró que en 26 (el 52 por ciento) hay avances significativos y en 11 (22 por ciento) hay avances relativos (tienen leves rezagos). Las 13 restantes (26 por ciento) no evidenciaron progresos.

Eso refuerza el argumentos de Peñalosa en el debate sobre su revocatoria de que está cumpliendo lo que prometió en su plan de desarrollo, y en esa medida no habría razones para tumbarlo.

Quienes quieren revocarlo recuerdan que la ley establece otra causal: el inconformismo con su gestión (el único comité que presentó firmas basa su exposición de motivos en ese sentimiento), a lo que Peñalosa y su abogado, Humberto Sierra, han respondido que eso solo es válido si el inconformismo se relaciona con el incumplimiento del Plan. Falta que el Consejo Nacional Electoral defina si revisa ese punto.

 
2

El trancón se mantiene

En 2016, la velocidad promedio de Transmilenio fue de 26 kilómetros por hora, la misma desde 2012, el primer año de Gustavo Petro.

A pesar de eso sigue siendo el medio de transporte más rápido, con el agravante de que en 2016 viajar en taxi y en carro particular fue más demorado que en 2015, pues ambos pasaron de 24 a 22 kilómetros por hora.

Está pendiente la reestructuración del sistema, que este año comenzó con los cambios en las rutas fáciles. En el informe del año entrante sobre 2017 se sabrá si tuvieron algún efecto.

 
3

La reforma a la salud no ha despegado

La mayoría de indicadores de salud pública que analiza el informe mostraron una tendencia negativa en 2016, cuando arrancó el nuevo modelo que propuso el alcalde, basado en el trabajo con cuatro redes de hospitales (y no con los 22 hospitales por separado) y en disminuir los gastos de operación.

Ese año aumentaron las tasas de mortalidad de menores de 5 años por Enfermedad Diarreica Aguda, por Infección Respiratoria Aguda, por neumonía y por desnutrición. También, la prevalencia de bajo peso al nacer, de desnutrición en menores de 5 años; y la incidencia de sífilis congénita.

Solo disminuyeron la mortalidad materna y la mortalidad perinatal (una tendencia que viene desde 2010), así como el embarazo adolescente.

Esos resultados son un campanazo para el alcalde porque prometió que su modelo de promoción y prevención en salud sería más resolutivo que el de sus antecesores de izquierda, que giraba alrededor del programa de salud en los barrios llamado Territorios saludables.

 
4

Se mantiene el “piso de cristal” de los homicidios

En general, la seguridad en Bogotá tiende a mejorar pues la gran mayoría de indicadores mejoraron de 2015 a 2016.

La tasa de homicidios pasó de 17,2 por cada 100 mil habitantes en 2015 a 16,3 en 2016. Sin embargo, es un nivel similar al que trae desde 2012 (16,9), y por eso desde hace unos años se abrió un debate sobre la posibilidad de que se haya llegado a lo que se conoce como un “piso de cristal”, que sería muy difícil de bajar.

La meta de esta Alcaldía es romper esa barrera y llegar a 12 homicidios por cada 100 mil habitantes, para lo cual comenzó a aplicar la estrategia de puntos calientes, que, como lo contó La Silla Cachaca, comenzó a dar resultados.

La intervención del Bronx y de sectores cercanos como La Estanzuela y Cinco Huecos, en esa medida, sirvió, ya que en la localidad de Los Mártires, donde se ubican, los homicidios bajaron un 30 por ciento. Falta ver si eso se mantiene y en el próximo informe se nota.

 
5

La pobreza ha aumentado, pero, al menos en una perspectiva, desde la época de Petro

Petro ha cuestionado a Peñalosa porque en 2016 la pobreza aumentó. Sin embargo, aunque eso es cierto, también lo es que el fenómeno comenzó en su administración.

El exalcalde toma como base el Índice de Pobreza Multidimensional, que no se basa solo en el ingreso monetario de la gente, sino en dimensiones como las condiciones laborales, de acceso a servicios públicos, de vivienda, entre otras.

Ese índice pasó de 4,7 por ciento a 5,9 por ciento en 2016, un aumento de 95 mil personas en condición de pobreza de un año a otro.

Sin embargo, el informe también habla de la pobreza monetaria, aquella que se basa solo en el ingreso de la gente. Y ese indicador viene en aumento desde la administración Petro en 2014, cuando fue de 10,1 por ciento; en 2015 fue de 10,4 y en 2016 de 11,6. Es una tendencia similar a la del país.

Hay que tener en cuenta, de todas formas, que este indicador depende más de factores macroeconómicos (que un alcalde no puede controlar) mientras que en el aumento o disminución de la pobreza multidimensional sí puede tener más incidencia un mandatario local, y además es el que se usa cada vez más en el mundo.

 
6

Hay un campanazo por el cambio en la política de vivienda

La meta de la Alcaldía es iniciar la construcción de 60 mil Viviendas de Interés Social en Bogotá y en 2016 hubo un aumento en el licenciamiento para construcción de viviendas (pasó de 970 mil metros cuadrados en 2015 a 1,2 millones), lo que implica que podría haber más oferta.

Sin embargo, el informe dice que la política de vivienda de Peñalosa, que abandona los subsidios de vivienda que otorgaba el Distrito (ahora los da solo la Nación) y adopta como política local un plan con el cual los beneficiarios van pagando su casa con las cuotas de un arriendo, tiene problemas porque está dirigido exclusivamente a Vivienda de Interés Prioritario (para los más pobres), lo que restringe la oferta a dos proyectos en Bosa.

 
7

La crisis de Venezuela tiene su coletazo en Bogotá

Mientras en 1993, según el censo de ese año, los extranjeros que más vivían en Bogotá eran estadounidenses, desde 2005 son los venezolanos, una población que creció un 25 por ciento entre 1993 y 2005, dice el informe, probablemente debido a la crisis de ese país.

Por eso, el informe considera que “se hace urgente identificar la población venezolana en condición de vulnerabilidad que actualmente reside en Bogotá, con el fin de atenderla y garantizarle sus diferentes derechos”.

 
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