El paro en Buenaventura ha sido mucho más complicado de levantar que el de Chocó. La Silla Pacífico averiguó por qué.
¿Por qué en Chocó sí y en Buenaventura no?
El paro en Buenaventura se enredó tanto que hoy, desde las 10 de la mañana, se reunirán en Bogotá ocho líderes del Comité del Paro Cívico, incluyendo a Monseñor Héctor Epalza, y cuatro Ministros delegados por el Presidente Santos.
Estarán en la oficina del Procurador General, Fernando Carrillo que, junto con Todd Howland, el Alto Comisionado para los derechos humanos de Naciones Unidas, se ofrecieron a mediar entre las partes para buscar una solución rápida al paro que ya completa 18 días y donde según el Personero de Buenaventura, hay más de 100 denuncias por abusos del Esmad contra la población.
La decisión de continuar los diálogos en Bogotá es solo una muestra de lo difícil que ha resultado llegar a un acuerdo en Buenaventura. Aunque según el Secretario General de la Presidencia, Alfonso Prada, la salida al paro podría llegar en “cuestión de horas, máximo días”, ha sido mucho más complicado levantar este paro que el de Chocó. La Silla Pacífico averiguó por qué.
Las propuestas son estructurales
A diferencia de lo que pasó en Chocó, donde la discusión se centró alrededor de tres puntos concretos (las vías, la salud, y Belén de Bajirá), en Buenaventura, la discusión gira alrededor de soluciones estructurales para sacar a la ciudad de la crisis y que son mucho más difíciles de concretar.
“Lo que ellos [los chocoanos] pidieron, nosotros ya lo pedimos hacer rato. Por eso a ellos fue tan fácil meterles el bombón a la boca. Ellos piden 750 mil millones de pesos para acabar carreteras, nosotros pedimos 8 billones para transformar las condiciones sociales de Buenaventura”, le dijo a la Silla una fuente del Comité del paro que pidió la reserva de su nombre porque no es vocero oficial.
"Desde el principio para el comité ha sido claro que lo que buscamos es transformar nuestras condiciones de vida. Las propuestas van encaminadas a acabar con la desigualdad", agregó Narcilo Rosero, miembro del Comité Civico de Buenaventura.
Eso ha dificultado la discusión porque las partes están promoviendo estrategias de negociación distintas.
Para el Gobierno, el afán es promover la discusión de los ocho temas que motivaron el paro (agua, salud, educación, desempleo, etc) para avanzar en la discusión de propuestas específicas y priorizadas.
Para los líderes del paro, el afán es concretar un mecanismo (que inicialmente fue la declaratoria de la emergencia económica que ya el Gobierno descartó) para que se pudieran buscar más recursos y estos se pudieran usar más rápido sin tener que pasar por las reglas de contratación actuales.
“El Gobierno quiere que nosotros nos ajustemos a sus presupuestos pero nosotros no estamos pidiendo recursos para situaciones normales. Estamos pidiendo recursos extraordinarios para problemas extraordinarios”, le dijo a La Silla el padre John Reina, miembro del comité del Paro y director de la Pastoral Social de Buenaventura.
Aún así, desde el pasado sábado, la discusión ha avanzado en mesas paralelas. Sin embargo, hasta ahora no hay respuesta del Gobierno frente a la propuesta del Comité de crear un fondo autónomo y exclusivo para Buenaventura, que reciba recursos por más de 8 billones de pesos de distintas fuentes incluyendo un porcentaje de los impuestos aduaneros que pagan las sociedades portuarias que operan en Buenaventura.
Además, hasta ahora solo cuatro de las ocho mesas han priorizado propuestas para los temas específicos. E incluso, en las mesas que ha habido avances como en salud, las propuestas del Comité desbordan la capacidad actual del Gobierno para cumplir.
El Comité ha propuesto construir una ciudadela hospitalaria con atención de tercer y cuarto nivel pero hoy no hay estudios ni diseños que respalden esa propuesta. Por eso, según una fuente que ha estado al tanto de la discusión del lado del Gobierno, esta es “una propuesta de borracho”.
El Comité insiste que en una ciudad como Buenaventura que tiene más de 400 mil habitantes y hoy el único servicio de salud que se presta es de primer nivel, la solución es que el Gobierno flexibilice las normas actuales, no sólo para poder cumplir sino para hacerlo rápido.
Resolver cuestiones como esa han resultado casi imposibles hasta ahora. Algo que reconocen las mismas personas del Comité. “Ya vamos para el día 17 del paro y estamos justo en el mismo punto en donde arrancamos”, dijo una de las fuentes ayer.
El ‘factor puerto’
A diferencia de Chocó, Buenaventura no está aislada. Encima de ella hoy opera el segundo puerto comercial más importante del país. Por eso, el mecanismo de presión más efectivo para los protestantes ha sido bloquear las salidas de la ciudad por donde diariamente transitan hasta 2.500 camiones y que con el paro, se han reducido a unos 400.
Esa ha sido la causa de los enfrentamientos entre el Esmad y los manifestantes que sólo ayer quemaron 3 tractomulas. Están indignados, en palabras del padre John Reina, al ver que toda la ciudad está paralizada menos los camiones que salen todos los días del puerto en la madrugada escoltados por la Policía. La situación ha caldeado los ánimos y los mismos líderes del paro reconocen que la gente se está tomando la autoridad por sus manos para impedir que continúe.
Por eso, el lunes, el comité del Paro Cívico le propuso al Gobierno una tregua de 72 horas para que no salieran más camiones y así prevenir más enfrentamientos. La propuesta fue rechazada. Entonces, el Comité le pidió directamente a las 8 empresas que tienen contratos de concesión que detuvieran sus camiones de manera autónoma pero tampoco hubo acuerdo.
“En Buenaventura al Gobierno le importa proteger la carga pero no la gente”, agregó el padre Reina.
Para el Gobierno, en cambio, la Fuerza Pública que hoy tiene prácticamente militarizada la ciudad está actuando para enfrentar el vandalismo y los saqueos como los que se presentaron el pasado 19 de mayo.
La situación ha generado respuestas de Ongs internacionales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch que le piden al gobierno que pare la “represión” contra los bonaverenses.
Mientras tanto, se siguen acumulando en redes sociales las denuncias por violación a los derechos humanos y abusos del Esmad que incluyen desde ataques con bala hasta ingresos no autorizados a los barrios de Buenaventura por parte de los agentes antidisturbios. La situación es tan crítica que los mismos promotores del paro han intentado centralizar las denuncias en una cuenta de whatsapp para investigar a profundidad cada caso.
No han llegado funcionarios de alto nivel
A pesar de que el paro hoy completa 18 días, los funcionarios de alto nivel del Gobierno que tienen la capacidad de concretar las decisiones solo han ido dos veces.
El secretario general de la Presidencia, Alfonso Prada, que estuvo muy activo en Chocó y fue clave para destrabar la discusión la última semana del paro, sólo ha ido a Buenaventura una vez. Y lo hizo antes de que arrancara el paro, para intentar conjurarlo.
“Prada va es a concretar cuando ya se toman decisiones”, le explicó el miércoles a La Silla una fuente del Gobierno que pidió la reserva de su nombre. “Mientras no se tomen, coordina desde Bogotá. Y Santos no ha tomado decisiones todavía”.
El hoy ministro del Interior, Guillermo Rivera, fue dos días la semana pasada y no ha regresado, a pesar de que se suponía que iría ayer con la respuesta oficial frente a la propuesta de los promotores de crear el fondo autónomo de Buenaventura que explicamos arriba.
El resto del tiempo la discusión ha estado en cabeza del Ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo y del gerente del Plan Todos Somos Pazcífico, Luis Alfonso Escobar, que como contó La Silla no tienen poder de decisión frente a las peticiones del Comité. De hecho, Murillo no está jugado tan a fondo como en el paro del Chocó, porque no tiene el arraigo político que sí tiene en el departamento donde ha sido elegido dos veces Gobernador.
Por eso, a pesar de que ayer Prada dijo que a Buenaventura han viajado unos 50 funcionarios del Gobierno a discutir las propuestas del paro, los miembros del Comité sienten que siguen “patinando”, como le dijo a La Silla el padre Reina. “Nunca nos dan decisiones sino que dicen que van a ir a consultarlo a Bogotá y regresan”, dijo.
Por eso, el Padre espera que el viaje de hoy sirva para adelantar la discusión. En últimas, el mensaje es que si a Buenaventura no van funcionarios de alto nivel, ellos van hasta Bogotá a buscarlos.
Ya hay actores ilegales infiltrados
Mientras en Chocó, como contó La Silla, una de las presiones para conjurar el paro era evitar que en las protestas se mezclaran actores ilegales armados, en Buenaventura han estado presentes casi que desde el principio, como reconocen los mismos organizadores del paro.
“Eso es una muestra que en Buenaventura las estructuras que generan violencia están metidas en la comunidad. Aún así, han trabajado en la misma dinámica del paro. Es la muestra de que la gente siente el paro como propio y ellos acatan nuestras directrices, aunque a su manera”, le dijo a La Silla Pacífico el padre Reina.
Aunque el padre reconoce que “esos jóvenes” están cobrado cuotas para permitir que las personas crucen las barricadas, y que en algunos casos han aprovechado el caos como el que ocurrió el 19 de mayo para hacer desmanes, asegura que él mismo ha ido a convencerlos de que esa no es la manera y ellos lo han escuchado y han reconocido a los miembros del comité del Paro como la autoridad legítima en medio de las protestas.
“Si eso fuera tan fuerte, acá había una cantidad de policías muertos y eso no ha pasado”, agrega.
Aún así, para el Gobierno la presencia de actores ilegales justifica el uso de la fuerza por el Esmad. Además, es una prueba de que el Comité no ha logrado controlar la variable de la seguridad en su orilla, como tampoco lo ha podido hacer el Estado con el Esmad.
“En Buenaventura hay pandillas que le obedecen a otros actores. Por ejemplo, aunque inicialmente el paro puso 11 puntos de concentración para las protestas, el 19 de mayo aparecieron 60. Es decir que había 49 que el Comité no controlaba”, le dijo a la Silla una fuente que ha estado involucrada en la negociación y que pidió la reserva de su nombre.
Los mediadores llegaron tarde
El pasado fin de semana llegaron a Buenaventura el Arzobispo de Cali, Monseñor Darío de Jesús Monsalve y Todd Howland, el Alto comisionado para los derechos humanos de la Onu, para servir de mediadores en la mesa de negociaciones del paro. Su presencia ha ayudado a generar confianza, y de hecho, fue gracias a Howland que se organizó la reunión de hoy en la Procuraduría, según le contó a La Silla el padre Reina.
Sin embargo, ninguno estuvo desde el principio como sí ocurrió en Chocó donde, como contó La Silla, el Procurador regional Richard Moreno sirvió de mediador y de garante entre las partes, lo que en últimas terminó siendo clave para destrabar la mesa.
En cambio, los mediadores que sí habían estado casi que desde el principio fueron algunos senadores del Valle
"El Senado nombró una comisión para participar en el proceso de negociación del paro y allí están Alexander López, Edinson Delgado, Susana Correa y Ospina. El más influyente si ha sido Alexander López", le dijo a La Silla Narcilo Rosero, otro líder del Comité del Paro Cívico.
Aunque el Comité reconoce que ellos se movieron para intentar buscar soluciones, no consiguieron resolver los problemas de fondo de la mesa. Por eso, los bonaverenses esperan que con la cita de mañana, los mediadores encabezados por el Procurador, tengan un papel más activo en la negociación.