Luz Helena Sarmiento llegó al Ministerio de Ambiente ayer y ya tiene en su despacho su primera 'papa caliente', que por añadidura toca una fibra muy sensible en su natal Santander. Desde hace dos semanas están listos los mapas del páramo de Santurbán elaborados a una escala de 1 a 25 mil -la más precisa hecha hasta ahora de estos ecosistemas montañosos en todo el país- y Sarmiento tendrá que definir dónde comienza y dónde termina este páramo, una decisión política clave porque de esos límites dependerá qué actividades mineras y agrícolas quedan prohibidas en una zona donde hay muchos intereses y también mucha gente viviendo.
Santurbán, la primera 'papa caliente' para la nueva MinAmbiente
La delimitación del páramo de Santurbán, que ordenó el presidente Santos, será el primer chicharrón al que se enfrentará la nueva Ministra de Ambiente, Luz Helena Sarmiento. |
Luz Helena Sarmiento llegó al Ministerio de Ambiente ayer y ya tiene en su despacho su primera 'papa caliente', que por añadidura toca una fibra muy sensible en su natal Santander.
Desde hace dos semanas están listos los mapas del páramo de Santurbán elaborados a una escala de 1 a 25 mil -la más precisa hecha hasta ahora de estos ecosistemas montañosos en todo el país- y Sarmiento tendrá que definir dónde comienza y dónde termina este páramo, una decisión política clave porque de esos límites dependerá qué actividades mineras y agrícolas quedan prohibidas en una zona donde hay muchos intereses y también mucha gente viviendo.
Según supo La Silla, hay un duro pulso dentro del Gobierno entre quienes defienden desde el Ministerio de Ambiente que sea adoptado el resultado que arroje la delimitación, que se acabó de terminar de hacer por orden del presidente Juan Manuel Santos y que no se ha hecho pública todavía, y quienes, desde Presidencia, proponen que sólo sea declarada como “páramo” el área que ya fue incluida en el Parque Regional Santurbán, creado en febrero para proteger una parte del complejo paramuno. La diferencia entre una y otra opción sería, como mínimo, de124 mil hectáreas.
A ese pulso se han sumado muchas presiones políticas y económicas, por parte de las mineras que tienen proyectos en la región, de los alcaldes de la zona y del Gobernador Richard Aguilar, que le han advertido al Gobierno que ven la nueva delimitación como una amenaza y no una solución. Esa decisión podría resultar aún más espinosa justo cuando terminó el paro agrario y minero, que tuvo en Santander uno de sus epicentros y donde el tema del páramo volvió a aparecer.
Cuando estalló la problemática de Santurbán y se convocaron marchas multitudinarias en Bucaramanga para defenderlo, Santos prometió que se haría la delimitación a una escala de 1 a 25 mil -diez veces más precisa que la que había, de 1 a 250 mil- en el menor tiempo posible y comenzando por este páramo. La idea es terminar de delimitarlos todos, como lo ordena el Plan Nacional de Desarrollo, en un lapso de dos a tres años.
Desde entonces ha reafirmado esa promesa varias veces. “Tenemos un compromiso férreo con la delimitación de todos los páramos del país, tarea que esperamos concluir el próximo año, y restringiremos las actividades que se puedan hacer en sus inmediaciones para garantizar que estas fábricas naturales de agua puedan asegurar el servicio de captación, regulación y suministro del líquido vital”, dijo Santos en marzo, durante el Día Mundial del Agua.
Ese proceso de delimitación arrancó en marzo y terminó en agosto. Es decir, se hizo justo después de que se declarara en febrero -y también tras un largo pulso- un parque regional en la parte occidental de Santurbán, que protege 10.582 hectáreas de páramo y bosque altoandino en el lado de Santander. Y que se convirtió en la segunda área protegida en la región, ya que Norte de Santander protegió el vecino parque regional de Sisavita -que engloba 8.890 hectáreas de páramo muy bien conservado- hace cinco años.
Sin embargo, dos cosas han cambiado desde entonces. Primero, el Instituto Humboldt le entregó al Ministerio de Ambiente una cartografía de páramos hecha a una escala de 1 a 100 mil, en la que venía trabajando desde antes de que se diera la orden de hacerlo a 1 a 25 mil y que es una especie de punto intermedio entre la primera y la definitiva.
El problema es que, como contó La Silla, al trazar el páramo a 1 a 100 mil el área del páramo de Santurbán creció -ecológicamente hablando- desde las 82 mil hectáreas hasta las 142 mil. Es decir, un 72 por ciento (como se puede ver en la superposición de mapas que hizo La Silla al final de la historia).
Pero como este atlas no ha sido adoptado oficialmente por el Ministerio -que lo contrató- no se ha convertido todavía en lo que define dónde arrancan y terminan.
De todas maneras, dos personas con conocimientos cartográficos le confirmaron a La Silla que medir el páramo a una escala de 1 a 25 mil debería arrojar un resultado similar a 1 a 100 mil, con un margen menor de error pero sin un salto dramático en el tamaño. Es decir, podría ser la medición que tiene Sarmiento en su despacho.
Y es la que un grupo de reconocidos ambientalistas le ha pedido al Ministro de Ambiente que adopte, como muestra la carta que firmaron Manuel Rodríguez Becerra, el primer ministro del ramo que tuvo el país; César Rodríguez Garavito de DeJusticia y la ex Secretaria de Ambiente de Bogotá Margarita Flórez.
Segundo, que el Gobierno no ha cumplido -según los mineros de la zona- con los plazos que había prometido para sacar la delimitación. Según las empresas mineras y los pequeños mineros de la zona, en la primera mesa nacional sobre Santurbán que se organizó se había puesto mayo como límite. Los dos siguientes plazos en los últimos días de agosto, anunciados en audiencia en el Congreso, tampoco se cumplieron.
Con la aparición del atlas de 1 a 100 mil, agarró fuerza la idea de que si se puede podría generar una “emergencia social y económica”. Este ha sido precisamente el argumento con el que muchos sectores diferentes -desde las empresas mineras en la zona hasta el gobernador Richard Aguilar, desde los pequeños mineros hasta los cebolleros que ya viven dentro del páramo de Berlín- comenzaron a proponer que la delimitación del páramo debería coincidir con el parque regional de Santurbán y no abarcar más territorio.
“Esta actividad nuevamente expone a la comunidad a un estado de incertidumbre y desestabilización de la economía en las actividades que a diario ejecutan, teniendo en cuenta que se requiere un proceso de estudios, de verificaciones de tipo técnico, ambiental, jurídico y social”, dice una carta que le envió Richard Aguilar a Santos en junio.
Por eso, Aguilar le pide al Gobierno "hacer coincidir, en lo posible, el proceso de delimitación del parque y el páramo de Santurbán".
Las tres grandes mineras que tienen proyectos en la zona han insistido sobre todo en la inseguridad jurídica que les ha traído el proceso, que las ha obligado a suspender el trabajo durante varios meses y a despedir a unos mil empleados.
La canadiense Eco Oro -antiguamente conocida como GreyStar Resources- tiene su proyecto de Angostura en la parte más alta de la montaña en la zona de California, no demasiado lejos del parque regional y podría ser la más afectada por la delimitación.
“Vemos cada vez con más inminencia que la situación de Soto Norte se puede volver un caos que excedería nuestra capacidad (…) Como empresa ya no pedimos una decisión favorable para Eco Oro, sino decisiones”, dijo su gerente Hernán Linares la semana pasada.
Un poco más abajo está AUX, una empresa del Grupo EBX del magnate brasilero Eike Batista que compró los títulos que tenían empresas como Ventana Gold, Galway y CalVista y los integró en uno solo en mayo.
Ellos se verían teóricamente mucho menos afectados, porque -aunque la delimitación no se conoce aún- su título en California está ubicado a menor altura. Además, como contó La Silla, en mayo AUX le solicitó a la Agencia Nacional de Minería integrar sus nueve títulos -una figura que aparecía en la reforma al código minero que se cayó- con los pequeños corredores entre éstos que la empresa había venido comprando. Al hacer ese trámite, quedó con un solo título grande y renunció a una parte de dos de los antiguos títulos de Ventana Gold que quedaba claramente en zona de páramo.
Y finalmente está la empresa colombiana Leyhat, que tiene su proyecto en la zona de Vetas.
Dos fuentes le señalaron a La Silla que el ex Procurador Carlos Gustavo Arrieta, abogado de cabecera de muchas de las grandes mineras y uno de los súper poderosos de la minería, también le envió una carta al ex ministro Juan Gabriel Uribe con un argumento en la misma línea.
Con ellos coinciden los pequeños mineros, que sienten que con la declaratoria del páramo se va a acabar la minería en la zona, tanto la artesanal que muchos han venido trabajando informalmente desde hace décadas como la posibilidad de ser empleados por alguna de las empresas más grandes.
“El desempleo a causa de la incertidumbre es muy grande. Y nos preocupa que los perforadores y auxiliares de perforación que han despedido, y que son locales, saben dónde está el oro intentaron meterse en los túneles de Leyhat”, le dijo a La Silla Edwin Esteban Pulido, el vocero de los pequeños mineros del valle de Suratá y también de los mineros locales que han perdido su trabajo. “Ellos saben cuál es la pinta y esa molienda no tiene ninguna consideración ambiental. No queremos que eso empiece a proliferar”.
Esa preocupación la comparten las 4 mil familias cebolleras del páramo de Berlín (en el municipio de Tona), que tienen la particularidad que ya viven oficialmente dentro del páramo y más específicamente dentro del Distrito de Manejo Integral, una zona de manejo especial de 14.738 hectáreas que permite sólo la agricultura y que se convirtió en la mayor zona cebollera de Santander.
“Nos preocupa que nos toque irnos. Estamos conscientes del agua del páramo, pero que no nos borren y más bien nos apoyen para seguir viviendo de la cebolla que nos ha traído progreso”, cuenta Silvia Salazar, una líder campesina que vive en la zona paramuna y es vicepresidenta de la Asociación de Cebolleros de Santander.
Para Salazar, como para muchos cebolleros que en este paro agrario han pedido incluso que se acabe el distrito especial, resulta paradójico que al mismo tiempo “las carreteras están de tristeza, no hay planta de tratamiento de agua y son muy pocos los que tienen pozo séptico, con lo que todo va a dar al río”. Y sobre todo que no exista un plan de choque que les ayude a hacer la transición de los herbicidas a un modo de producción más sustentable.
Este lunes había una reunión programada en Presidencia con el entonces Ministro de Ambiente Juan Gabriel Uribe, el gobernador santandereano Richard Aguilar, el Alto Consejero para las Regiones Juan Carlos Mira, los alcaldes de la Provincia de Soto Norte y algunos líderes campesinos y mineros de la zona. Pero con el remezón del gabinete -en el que salieron Uribe y Mira, y entró Sarmiento- la cita quedó aplazada para finales de mes.
Cart a Richard Aguilar San Turban by lasillavacia
Una vez hecho el remezón de gabinete, la decisión final queda en manos de Luz Helena Sarmiento, que ya prometió tomar una decisión en tres meses. Y esa decisión es difícil para una ministra que es precisamente santandereana y que fue escogida por su conocimiento técnico de los procesos de evaluación de impacto ambiental.
Si sigue los conceptos científicos de MinAmbiente, es muy posible que tenga que declarar como páramo una zona mucho más amplia de lo que la mayoría de mineros y campesinos en la zona quisiera. Si en cambio, opta por una 'solución salomónica' que apacigue a las empresas y comunidades locales que se verían afectadas, puede generar una nueva oleada de indignación como la que sacó a 20 mil personas a las calles de Bucaramanga el año pasado.
Y la diferencia en esas cuentas es enorme: si Sarmiento aprueba un páramo que solo abarca los dos parques regionales -Santurbán y Sisavita- apenas estaría protegiendo 19.552 hectáreas, o el 13,7 por ciento del páramo medido a 1 a 100 mil. Y si sólo tiene en cuenta las dos áreas protegidas más el área especial de Berlín, estaría cubriendo el 24 por ciento del total del complejo.
Nota de la editora: Después de publicada esta historia, La Silla pudo comprobar que la carta que envió Carlos Gustavo Arrieta estaba dirigida al ex ministro Juan Gabriel Uribe y no a Presidencia, como originalmente decía la nota.
Esta superposición de los dos mapas de Santurbán hechos por el Instituto Humboldt -el primero hecho a escala de 1 a 100 mil y el segundo a 1 a 25 mil- muestra la diferencia que arroja una medición más precisa del páramo. Arrastre la pestaña de derecha a izquierda para ver las diferencias.