El Concejo de Bogotá suspendió hoy a comienzos de la tarde la convocatoria pública para escoger al próximo Contralor y Personero en la que ya había favoritos con apoyos importantes en Cambio Radical, el partido del vicepresidente Germán Vargas Lleras. Como los procesos podrían volver a arrancar con otras reglas, queda en riesgo la jugada de Vargas de quedarse con la presidencia del Concejo, una ficha propia en uno de los entes de control y un amigo en el otro.
Se enreda la moñona de Vargas Lleras en Bogotá
Aún si solo se cambia la forma de elegir Personero, los acuerdos políticos que definían cómo se elegían las dos entidades de control dejan de tener lógica. Y si se mantiene la de Contralor como va, solo por consideraciones políticas, Cambio Radical podría poner ese cargo pero ningún partido al Personero. Los demás partidos de la coalición mayoritaria no están dispuestos a dejarle ese papayazo, y por eso los acuerdos de la coalición mayoritaria del Concejo están a punto de romperse.
El Concejo de Bogotá suspendió hoy a comienzos de la tarde la convocatoria pública para escoger al próximo Contralor y Personero en la que ya había favoritos con apoyos importantes en Cambio Radical, el partido del vicepresidente Germán Vargas Lleras. Como los procesos podrían volver a arrancar con otras reglas, queda en riesgo la jugada de Vargas de quedarse con la presidencia del Concejo, una ficha propia en uno de los entes de control y un amigo en el otro.
La suspensión
La decisión la tomó la mesa directiva del Concejo esta mañana. Lo hizo después de que se conoció, un concepto que le envió la Sala de Consulta del Consejo de Estado al Ministerio del Interior, y que dice que la elección de Personero se debe hacer a través de un concurso de méritos y no por convocatoria pública, como se estaba haciendo. La idea es que los concejales puedan revisar ese concepto para, el viernes, decidir si lo aplican o no y reiniciar o continuar los procesos.
La diferencia entre los dos tipos de procesos es que en la convocatoria se arma una lista de elegibles de todos los interesados que cumplan los requisitos, y de ella eligen los concejales libremente. En cambio, en un concurso los concejales tienen mucho menos margen: una universidad pública hace un examen y los concejales eligen entre los que hayan sacado mejores puntajes.
El concepto sólo habla de la elección de Personero y no es de obligatorio cumplimiento, por lo que la mesa directiva podría no haber hecho nada o solo haber suspendido el proceso para elegir Contralor. Pero decidió congelar los dos procesos, lo que muestra que el ambiente en el Concejo no rechaza de entrada la posibilidad de acoger el concepto - algo que, según supo La Silla, la mayoría de Concejales estaría inclinada en hacer - e incluso aplicarlo a la elección de Contralor.
Aún si solo se cambia la forma de elegir Personero, los acuerdos políticos que definían cómo se elegían las dos entidades de control dejan de tener lógica. Y si se mantiene la de Contralor como va, solo por consideraciones políticas, Cambio Radical podría poner ese cargo pero ningún partido al Personero.
La Silla supo que los demás partidos de la coalición mayoritaria no están dispuestos a dejarle ese papayazo, y por eso los acuerdos de la coalición mayoritaria del Concejo están a punto de romperse.
Los planes de Cambio Radical
Según esos acuerdos Cambio Radical, la bancada más grande, tenía el derecho para poner Contralor. Y ya había elegido a Juan Carlos Granados, el ex gobernador de Boyacá que es muy cercano a Vargas.
A cambio de eso, el partido de Vargas apoyaría el candidato que escogieran el resto de bancadas de la coalición –Centro Democrático, los liberales, verdes y La U-, para la Personería. Así, Cambio quedaba fuerte pero no con todo, como se rumoró en enero, cuando se dijo que podría quedarse con la presidencia del Concejo con Roberto Hinestrosa, la Personería y la Contraloría.
Aunque para la Personería no hay un candidato fijo como Granados, sí está sonando con mucha fuerza el abogado Gustavo Moreno, que lleva varias semanas haciendo campaña entre los concejales.
Moreno ya tiene el respaldo de casi toda la bancada liberal, y especialmente de Horacio José Serpa y Jorge Durán Silva; y sonaba bien entre los uribistas porque como abogado penalista ha defendido al almirante Gabriel Arango Bacci y al ex candidato presidencial del Centro Democrático, Luis Alfredo Ramos.
De hecho, como contó La Silla, hace dos semanas se reunió en el hotel El Portón de Bogotá con cinco concejales liberales –menos María Victoria Vargas- , la representante María Fernanda Cabal y Arango Bacci para allanar el camino para que el Centro Democrático lo respaldara también. Eso, sin embargo, sigue en veremos porque los seis concejales de la bancada aún no han tomado una decisión sobre si lo van a apoyar o no.
La Silla también supo que Moreno tenía el respaldo de buena parte de concejales verdes. La U, como sólo tiene cuatro concejales, no tenía mucho peso en esa decisión y, por eso, iba a acoger el nombre que decidiera la mayoría.
Además, Moreno tiene un gran plus: ha sido abogado en procesos penales del Senador Germán Varón y es cercano a él, como contó La Silla. Por eso, su nombre también sonaba bien en por lo menos buena parte de la bancada de Cambio, que veían que con él quedaban con un amigo en la Personería.
Con todo eso sumado, la candidatura de Moreno pintaba muy fuerte y Cambio Radical estaba cerca de lograr la moñona.
Con Granados el partido del vicepresidente sumaría aún más poder al que tiene hoy con la bancada más grande de la coalición. Tener una de esas ‘ías’ le daría un músculo propio en burocracia y contratos, una figura con entrada fija en medios durante cuatro años y la posibilidad de ejercer presión sobre la Administración.
Y con Moreno, si bien no tendría una ficha directa, sí estaría un amigo de varios miembros del partido en cabeza de la segunda entidad de control.
Se altera todo
La decisión de hoy dejó en duda si Cambio va a lograr ejecutar esos planes, porque todo indica que el Concejo le va a mezclar un componente de meritocracia a las dos decisiones que eran más políticas.
Si eso ocurre, y ambos deciden participar en los concursos de méritos, sus candidaturas como favoritos se desinflan. Moreno, quien tiene más experiencia como abogado penalista que como funcionario público y no tiene conocimientos específicos en derechos humanos, lo que puede resultar insuficiente si se presentan candidatos con más pergaminos en esas áreas. Pero sobre todo, acaba con la estrategia que estaba usando para llegar a la Personería.
En el caso del Contralor, algo parecido puede ocurrir con Granados, quien si bien tiene trayectoria en la administración pública -ha sido Gobernador, Representante a la Cámara y Alcalde, no la tiene en control fiscal específicamente.
En todo caso, el concepto del Consejo de Estado sí podría terminar desbarajustando los acuerdos de las bancadas en el Concejo, que ya no pueden elegir a voto limpio, como le conviene a Cambio.
“El concepto del Consejo de Estado hace que se pierda el equilibrio en los acuerdos en que cierto partido tendría la Contraloría y cierto otro la Personería. Esto cambia el tema. Se reestructuran las fuerzas en el Concejo”, le dijo a La Silla un concejal de La U.
“Ahora tendrán que ganarse los puestos. Esto desata todos los acuerdos y rompe la repartija que se estaba dando”, agregó otro concejal verde. Lo mismo opinaron otros tres concejales consultados por La Silla.
El viernes, cuando haya plenaria, se sabrá si se rebajaran las dos elecciones o solo una.
Pero aún si se los concejales deciden que no haya un cambio a la Contraloría, el ambiente en el Concejo es de revuelta contra la posibilidad de que Cambio Radical sea el único beneficiado a la hora de definir Contralor. A este ritmo, la jugada de Vargas podría incluso terminar sin entidades de control en su haber y con el premio de consolación de una presidencia del Concejo que ha arrancado con el pie izquierdo.