Los cambios de Juan Manuel Santos en su gabinete, cuando su popularidad está muy abajo y le quedan poco más de dos años de Gobierno, le dan mayor arraigo regional pero no logran resolver el problema político que creó su terna para Fiscal General.
Un gabinete para el plebiscito
El Presidente anunció el esperado remezón ministerial. Más que un equipo para la paz y el posconflicto, como lo presentó Santos, con el nuevo gabinete el Presidente le apuesta de frente a los políticos, con ministros que podrían convertirse en jefes regionales para el plebiscito si es que este finalmente se da. Y no resuelve el problema político que se le creó a raíz del nombramiento de la terna para Fiscal General.
Son seis nuevos ministros que entran: Luis Gilberto Murillo a Medio Ambiente; Maria Claudia Lacouture a Mincomercio; Elsa Noguera a Vivienda; Jorge Eduardo Rojas a Transporte; Jorge Londoño a Justicia y Clara López a Trabajo. Y deja intactos a todos los “presidenciables”: Gina Parody en Educación; Juan Fernando Cristo en Interior; Mauricio Cárdenas en Hacienda; y Aurelio Iragorri en Agricultura.
Todos los nuevos tienen en común que su trayectoria es esencialmente política y que, a excepción de Clara López, tienen raíces muy fuertes en las regiones: Murillo fue gobernador del Chocó; Lacouture, que viene de Procolombia, es samaria; Noguera era la alcaldesa de Barranquilla; Rojas lo era de Manizales; Londoño fue gobernador de Boyacá y es padrino político del actual.
Aunque reemplazan a otros que también venían de las regiones (solo hay un cachaco menos), estos son más representativos pues tuvieron antes cargos de representación popular y son reconocidos allá mientras que el ex ministro de Vivienda, por ejemplo, venía de Antioquia pero como era un técnico no era visto como un representante de allá.
En el balance de género, otra de las cosas que rescató el Presidente, entran tres mujeres pero salen dos. Es decir que solo hay una mujer más, aunque las dos que entran al gobierno son mujeres de mucho peso propio, incluyendo a otra presidenciable como Clara.
Frente a lograr una base de apoyo más grande para la paz, que fue el tercer objetivo del Presidente según lo dijo en su discurso, no es claro cómo lo logra el nuevo gabinete. No está trayendo a ningún sector que no estuviera ya con la paz.
Quizás en ese frente el mayor valor agregado lo representa Murillo, que es un líder reconocido en el sector afro, que los cohesiona. Él y la recién nombrada viceministra del Cultura, la ex alcaldesa de Quibdó Zulia Mena, no solo reflejan la diversidad racial del país sino que podrían ayudarle al Presidente a vencer las resistencias que existen en las comunidades afro si algunas de las futuras zonas de concentración de las Farc quedan ubicadas en sus territorios.
“No hay persona que nos represente mejor. Ha sido el mejor gobernador del Chocó; la clase política lo sacó, pero es un hombre comprometido con nosotros, nos entiende,” dijo a La Silla Ray Charrupi, líder de la organización Chao Racismo.
De resto, dado que Clara López está como si misma y no como representante el Polo y Jorge Londoño tampoco entra en representación de la Alianza Verde, con este nuevo gabinete Santos tampoco está agrandando la base de apoyo político a la paz. Y en todo caso, el Polo y los verdes han votado consistentemente a favor de los proyectos de paz del Presidente.
Tan no entran estos en representación de sus partidos, que el solo anuncio de que Clara entra a Trabajo ya partió al Polo.
De entrada, el senador Jorge Enrique Robledo le dijo a La Silla que si ella acepta el cargo, “tiene que renunciar a la presidencia porque es que uno no puede dirigir un partido de oposición y al mismo tiempo ser ministra del gobierno”.
Lo mismo nos dijo el excandidato a la alcaldía por el Polo, Aurelio Suárez. “En los últimos congresos, el partido ha ratificado su oposición al gobierno. El que contradiga esa posición tiene que entregar el carnet. Así de sencillo.”
A la hora de escribir este artículo, estaba reunido el comité ejecutivo en el Club del Comercio, y otros miembros del partido estaban en la sede del Polo, discutiendo el tema.
Algo similar ocurre en el Partido Verde con el nombre de Jorge Londoño en cabeza del Ministerio de Justicia.
“No es un nombramiento en representación oficial del partido. Es un dirigente histórico del partido y de su región y una persona de altos quilates académicos pero en el partido no hay consenso en el ingreso al gobierno nacional”, le dijo a La Silla el concejal de Bogotá y co-presidente del verde, Antonio Sanguino. “Su designación fue una invitación personal que el presidente le hizo a Londoño para que asuma la responsabilidad de implementar la justicia transicional una vez se firmen los acuerdos de paz”.
El partido está dividido, sobre todo entre los congresistas. Los senadores Antonio Navarro, Claudia López y los representantes Angélica Lozano, Ángela María Robledo e Inti Asprilla se oponen a que el partido tenga representación en el Gobierno.
En cambio, los senadores Jorge Iván Ospina y Jorge Prieto y los representantes Sandra Ortiz, Oscar Ospina y Ana Cristina Paz sí lo ven con buenos ojos.
En lo técnico, hay pérdidas y ganancias.
Reyes, un penalista y jurista reconocido que está en campaña para Fiscal General fue reemplazado por el ex gobernador verde de Boyacá que es decano de derecho de la Universidad Santo Tomás pero tiene poco reconocimiento en el sector.
Esto le puede volver a hacer perder peso a un ministerio que no acaba de cuajar, pero que en los últimos meses gracias al prestigio de Reyes había comenzado a liderar debates importantes en el tema de drogas y también a coordinar los esfuerzos para hacer el alistamiento para el Tribunal de Justicia Transicional. Sin embargo, Londoño trae un concimiento del Congreso por dentro que Reyes no tenía.
La otra pérdida es en Vivienda. Henao era ampliamente reconocido como uno de los mejores ministros del gabinete no solo por la entrega efectiva de las 100 mil casas gratis sin un solo escándalo de corrupción, sino por haber logrado récords como haber destrabado la construcción del acueducto de Yopal y Carmen de Bolívar y haber avanzado más en la reconstrucción de Salgar en un año que lo que logró el Fondo de Adaptación en Gramalote después de 5 años.
En todo caso, será reemplazado por Elsa Noguera, que viene de hacer una reconocida gestión como alcaldesa de Barranquilla: es economista, tiene maestría en administración de negocios, se formó como tecnócrata en el tanque de pensamiento Fundesarrollo y logró hacer la mayor cantidad de viviendas de interés social en los últimos 30 años en Barranquilla durante su gestión.
Donde no se siente una pérdida en lo técnico es en Transporte, una cartera clave porque está encargada de manejar el gasto en infraestructura y especialmente el programa de concesiones viales de 4G, el más importante para activar la economía.
La ministra saliente Natalia Abello nunca logró despegar y se enfrentó a líos como los de la indefinición sobre Uber o los problemas en la nueva declaración del impuesto de vehículos. Sin embargo, una fuente del sector dice que “ muy buena en la gestión contractual y algo que muchos no saben es que avanzó bastante en la agenda camionera”.
Su reemplazo, Rojas, es un político de La U, muy cercano al representante caldense Hernán Penagos y al conservador conservador Luis Emilio Sierra, quien lo apoyó en los inicios de su carrera, cuando era concejal de Manizales.
Pero tiene trayectoria en infraestructura: es ingeniero, fue secretario de Obras de Manizales de Luis Roberto Rivas, y gerente técnico de la empresa local de aseo, la Emas. Según Juan Martín caicedo presidente de la Cámara Colombiana, de Infraestructura (el principal gremio del sector), su llegada es bienvenida. “Le dimos el año pasado el Premio Nacional de la Excelencia en Infraestructura porque demostró ser el mejor alcalde del país en buenas prácticas de contratación (...) Por eso su nombramiento es una buena señal.”, explicó a La Silla.
En Trabajo, aunque Lucho Garzón conocía el sector porque venía del sindicalismo, las relaciones de Clara López con los sindicatos también son de larga data. Y ella le aporta un perfil más sólido, como economista y abogada, al Ministerio.
En Comercio, María Claudia Lacouture lleva 8 años trabajando en “Colombia es pasión” y luego en Procolombia, por lo que los conoce por dentro. Eso hace que la salida de Cecilia Álvarez-Correa no se sienta tan fuerte.
Y en Ambiente, a Gabriel Vallejo, que no sabía nada del sector cuando llegó a la cartera, lo reemplaza Murillo, quien fue director de Codechocó a inicios de los años noventa y del antiguo Dama de Bogotá en la primera administración de Antanas Mockus. Es decir, aunque no es un técnico propiamente dicho, sí ha trabajado en el sector ambiente.
“Es un hombre muy vinculado con el sector ambiental. Es un ingeniero de minas, pero no es un minero empresarial, y tiene un conocimiento enorme en temas de deforestación y recursos naturales”, dijo la directora del Instituto Von Humboldt, Brigitte Baptiste.
El balance politico
El Presidente, por obvias razones, no mencionó que el cambio de gabinete buscaba solucionar el caos político que hay al interior de la Unidad Nacional por cuenta de la integración de la terna para Fiscal General, que fue interpretada como una ‘escriturada’ de la presidencia del 2018 a Vargas Lleras por la inclusión del ex superministro Néstor Humberto Martínez.
Pero en ese frente, según lo que pudo averiguar La Silla, tampoco se resolvió el problema, más allá de que dividió a su oposición de izquierda: las rupturas en el Polo y la Alianza Verde por los nombramientos de Clara López y Jorge Londoño, respectivamente, le quitan aliento.
Con el nuevo gabinete, en términos de balance político, el Presidente le quitó a Cambio Radical el muy importante ministerio de Transporte (como lo había contado La Silla) por el menos atractivo políticamente Ministerio de Ambiente.
Le quitó un ministerio al Partido Liberal (al que en días pasados les había mantenido todas las entidades del posconflicto más la nueva Agencia Nacional de Tierras).
Entre los rojos hay sentimiento de zozobra.
“Pareciera que el presidente Santos tiene una molestia con el liberalismo. Pareciera que este ajuste son “esquirlas” del episodio de la terna para fiscal. Esperábamos por lo menos un liberal en Justicia aunque Londoño me parece bueno y Boyacá se lo merece además de que es de pensamiento liberal. Ahora viene la Cancillería, que la ocupa María Ángela [Holguín] representando al liberalismo. Si no nombra a un liberal perdería el partido una representación más”, le dijo a La Silla un congresista rojo.
"Hay mucho ruido (de cambio en las directivas del partido) pero no ha pasado nada y no creo que pase" dijo otro "El tema aquí es que de los liberales del gobierno nos enteramos por medios"
Y al partido de la U le dio el Ministerio de Transporte que quería y le quitó Ambiente (que igual no los ‘representaba’), le mantuvo Comercio con una ministra que es vista en el Magdalena político como muy cercana al grupo del exministro Sergio Díaz-Granados y en el grupo del senador atlanticense José David Name, de la U, también la sienten como “una amiga”.
Aunque a primera vista, la U es la gran beneficiada, un senador de ese partido le dijo a La Silla que en el chat de la bancada había mucha molestia. “Todos inconformes (...) Dicen que se van a salir de la Unidad Nacional”. La Silla pudo conocer tres chats en los que queda claro que hay una molestia muy grande porque sienten que se merecen una representación mayor, que Santos les hizo unas promesas que incumplió y que no eligió entre los candidatos que la bancada del partido les había presentado, como el ex ministro Sergio Díaz-Granados o el ex viceministro de comercio Sergio Rueda.
Fuera de estos problemas partidistas, la conducción del gabinete como tal no será ahora más armónica que antes pues la entrada de Clara López al equipo significa una presidencial más en campaña para el 2018.
Aunque ella tiene excelentes relaciones personales, es claro que no entrará a sumar consensos sino muy posiblemente a hacerle un contrapeso al Ministro de Hacienda en decisiones que tendrá que tomar muy pronto como subir el IVA.
Frente a los ‘bandos’ de Palacio, quedaron en tablas: sin María Lorena Gutiérrez en la Secretaría General y sin Cecilia Álvarez-Correa, el grupito de las mujeres de Palacio se debilita mucho. Queda claro la más poderosa que es Tutina, la Primera Dama, y la ministra de Educación Gina Parody y sube de nivel María Claudia Lacouture, que es del mismo clique y muy cercana a la esposa de Santos.
El ‘bando’ de Vargas Lleras también perdió aunque solo se sabrá eso en los próximos días cuando se nombre Fiscal General.
¿Cómo queda Vargas?
La Silla pudo establecer con una fuente cercana a Vargas, que Santos armó el nuevo gabinete sin consultárselo al Vicepresidente. Su partido Cambio Radical perdió el Ministerio de Transporte y ganó el de Ambiente, un enroque que en principio no deja bien parado a Vargas.
El nuevo ministro de Transporte es muy cercano a algunos caciques de ese departamento: el representante Hernán Penagos (de La U) y el senador Luis Emilio Sierra (conservador). Y el de Ambiente se eligió con aval de Cambio Radical y Partido Conservador en alianza con la exalcaldesa de Quibdó Zulia Mena.
Además, como amigo íntimo y de vieja data del director de Invías, Carlos García, llega de entrada con un aliado en un cargo clave en el sector, que además puede servir de puente con Vargas Lleras.
Las opiniones sobre los efectos de “perder” Transporte en el vargasllerismo están divididas.
“El golpe para Vargas fue quitarle Mintransporte”, dijo a La Silla una persona muy allegada a él.
Dado que en el sector vivienda ya casi toda la plata se entregó, y solo faltan por entregar 30 mil viviendas, una parte significativa de la campaña de Vargas Lleras para el 2018 estaba fincada en las obras de infraestructura que dependen directamente de él.
Aunque la mayoría de los contratos para las carreteras 4G ya están entregados (20 y solo uno está en licitación), la inauguración de esas obras le podrían dar mucha visibilidad y réditos políticos pues nada trae tanto desarrollo a las regiones como estas megaobras.
Además, le dan la oportunidad de tener una interlocución directa con los líderes políticos y empresariales en las regiones y salir todos los días en los medios como un gran ejecutor.
En la práctica, la exministra Abello actuaba como viceministra de Vargas, lo que lo volvía a él el único responsable político -para bien o para mal- de esas obras.
Un congresista de Cambio Radical minimizó el impacto de la decisión y dijo que “los grandes temas los seguirá manejando Vargas. Lo único es que los congresistas de Cambio que tienen espacios ahí podrían ver eso mermado”.
La razón de esto, argumentan los que son partidarios de esta teoría consultados por La Silla, que el decreto, de septiembre de 2014, en el que Santos le confiere al Vicepresidente la coordinación de todos los proyectos de vivienda e infraestructura, proyectos especiales de renovación urbana, desarrollo espacial y los planes de atención especial en ciertas regiones sigue vigente.
Según un político cercano a Vargas Lleras, así sea de La U el nuevo Ministro tendría que rendirle cuentas al Vice, a quien además, según congresista de La U y otro de Cambio y un periodista caldense, es cercano, posiblemente vía el director de Invías.
Esto sería así a menos de que Santos aproveche que va a reformar la Presidencia para quitarle esas funciones. Nada más fácil que cambiar un decreto. Seguramente esperará a ver si la Corte Suprema elige a Néstor Humberto Martínez de Fiscal General para hacer el cambio y ‘compensar’ así el creciente poder de Vargas Lleras.
Porque si no lo hace, lo único que habría hecho con este remezón ministerial sería postergar la solución del problema político. Y falta ver si, así no lo haga, el nuevo ministro entra a rendirle cuentas al Vicepresidente o no.
En todo caso, con el nuevo ministro seguramente el roce entre Vargas y el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas por la financiación de esos proyectos puede bajar, ahora que técnicamente el partido del vicepresidente perdió el manejo de esa cartera. Pero el roce entre el Vice y el Presidente puede crecer.
Más allá de esas consideraciones sobre Transporte, los vientos de cambio en el gabinete santista le dejaron intacto el Ministerio de Vivienda al vargasllerismo. Con una particularidad: con la llegada de la exalcaldesa barranquillera Elsa Noguera, en reemplazo de Luis Felipe Henao, a esa silla se anota un gran hit el grupo de los Char.
Aunque los Char contaban en Transporte con Natalia Abello (quien había sido funcionaria de la Alcaldía de Elsa), con Noguera tendrán a uno de los principales alfiles de esa poderosa casa liderando los temas de vivienda.
Como lo contó La Silla, los Char ya no estaban muy contentos con Abello e incluso llegaron a tener un disgusto con ella. La exmandataria -considerada una gran técnica y gerente- es en cambio de toda su confianza y del círculo cercano del patriarca Fuad Char, de quien es sobrina política.
“Felicitaciones a mi alcaldesa favorita por su nombramiento como MinVivienda, merecido logro para una gran líder”, fue la reacción que por twitter tuvo el Alcalde Char luego del anuncio del Presidente.
La fortaleza con la que quedan los Char, de hecho, ya empieza a generar las primeras reacciones en la bancada de Senado de Cambio Radical. Un senador nos dijo, con la condición de no ser citado, que “no hay en general tan buen ambiente” con ese grupo ahí “porque se siente que tienen de todo”.
Primero, porque los proyectos de transporte ya están andando y su financiación y desarrollo no depende del ministerio sino de la Agencia Nacional de Infraestructura, en la que Santos tiene a un técnico, Luis Fernando Andrade, desde que la creó en 2011.
¿Que consigue?
Quizás lo que realmente cambia con este nuevo gabinete es que Santos se asegura un equipo de jefes regionales de debate para un eventual plebiscito a favor del acuerdo final con las Farc.
Este nuevo gabinete dista en prestigio nacional del ‘dream team’ con el que arrancó Santos su gobierno, con varios ministros de talla presidencial, pero tiene un arraigo regional del que carecían los anteriores.
Como contó La Silla,Murillo llegó a la Gobernación del Chocó en 2011, en coalición con la alcaldesa de Quibdó, Zulia Mena, y con una votación histórica de 52.000 votos y el 41 por ciento de los votos. Él es alguien que en el momento que se necesite puede salir a la plaza pública y movilizar gente a favor del plebiscito.
Por su parte, Jorge Londoño, aunque pasó de tener 80 mil votos al Senado en 2010 a quemarse con 23 mil en marzo del 2014, es el padrino político del actual Gobernador de Boyacá, Carlos Andrés Amaya y de la representante a la Cámara, Sandra Ortiz. A diferencia de Yesid Reyes, que le tenía repelús a la interlocución con los políticos, Londoño estaría en su salsa el día que le toque hacer campaña por el plebiscito.
Jorge Eduardo Rojas Giraldo, el nuevo Mintransporte, llegó a la Alcaldía de Manizales en 2011 con casi 40 mil votos y el 30.6 por ciento de la votación total. Su fuerte es hacer campaña.
Clara López, ni hablar. Sacó casi 500 mil votos y la tercera votación en Bogotá en las elecciones a la Alcaldía el año pasado y en el 2014 se midió en las presidenciales y sacó casi dos millones de votos y quedó de penúltima entre los cinco candidatos que participaron en la primera vuelta.
Y Elsa Noguera que en 2011 sacó 227.349 votos y salió con una gran popularidad.
En conclusión, si la preocupación de Santos es lograr ganarle a la apatía y al uribismo el día que toque refrendar popularmente el Acuerdo Final es posible que este gabinete, unido a los recién nombrados viceministros que también son políticos con reconocimiento en las regiones, le quedará más fácil hacer la campaña.
La pregunta es si esto era necesario. Y si esto compensará los otros problemas que se le crearán en el gabinete y entre los partidos, cuyo saldo final solo se sabrá cuando termine de nombrar superintendentes y otros cargos clave, incluyendo el de María Lorena.
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