Durante el siglo XVIII los viajes de exploración se convirtieron en el centro de intereses públicos, políticos y comerciales de las élites europeas. Ambiciosos proyectos de exploración en países lejanos fueron un esfuerzo común de los imperios europeos. La historia natural se convirtió en una forma de apropiación y tuvo un papel central en las políticas de Estado; el trabajo del naturalista clasificando y nombrando objetos naturales facilitó el control no sólo de la naturaleza sino de otras culturas. Los logros de las expediciones fueron muestra de soberanía y los jardines botánicos y los museos de historia natural se convirtieron en galerías públicas donde los imperios europeos podían exhibir sus posesiones.
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- Paginas: 246 páginas
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- Publicación: Jan 01, 2000