El lío de la venta de Isagen desnuda las debilidades de Santos II

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Hoy el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas anunció que la venta de Isagen se mantiene, pero se prorroga por un año más. Esa decisión, justo el día en que estaba citado un debate de control político en el Senado por esa venta, muestra algunas de las fragilidades con las que arranca Santos, tanto en lo politico como en lo económico.

Hoy el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas anunció que la venta de Isagen se mantiene, pero se prorroga por un año más. Esa decisión, justo el día en que estaba citado un debate de control político en el Senado por esa venta, muestra algunas de las fragilidades con las que arranca Santos, tanto en lo politico como en lo económico.

En julio de 2013, hace un año, el gobierno anunció su deseo de vender el casi 58 por ciento por ciento que tiene el Estado en la tercera generadora de energía del país y sacó un decreto para reactivar el plan de venta de la empresa que venía desde el gobierno de Álvaro Uribe.

La idea del gobierno es salir de su participación en Isagén para invertir ese dinero en carreteras, como ha venido explicando Santos y como ya reiteró Tomás González, el nuevo Ministro de Minas y quien está en la junta directiva de Isagen desde el inicio del gobierno.

Pero esa propuesta, además de haber tenido inconvenientes como el retiro de EPM y de la Empresa Energía de Bogotá de los interesados en participar en la puja, ha producido rechazo en el Congreso, y no solo entre la oposición.

La debilidad en el Congreso

Hoy en el Congreso había un debate de control político sobre la venta, que se postergó  por el cambio de Ministro de Minas. Su importancia se nota en que en las tres semanas que lleva de instalado, la plenaria del Senado solo ha hecho un debate sobre cambio climático en plena sequía, y el de la venta de Isagen es el segundo.

Es un debate, además, que contaba con un amplio apoyo político.

Su citante, como contó La Silla, es el liberal Guillermo García Realpe, uno de los bastiones de la campaña de Santos en Nariño, lo que ya es llamativo.

Y García no está solo. Ya en mayo algunos representantes a la Cámara del liberalismo habían criticado la decisión de vender Isagén y hace menos de dos semanas, toda la bancada al Senado del mismo partido le envió una carta a Santos pidiendo que congelara la venta. Por eso es llamativo que Santos hubeira anunciado la prorrogra en el proceso de venta justo en la reunión que tuvo hoy con esa bancada en Palacio.

En Opción Ciudadana, el antiguo PIN, también hay opositores a la venta. Hoy el senador santandereano Nerthink Mauricio Aguilar citó a otro debate de control político por una obra de Isagen llamada Hidrosogamoso, y aprovechó para criticar la venta de Isagen.

Así, estos dos partidos que están alineados con el Presidente, terminaron uniéndose a las dos bancadas de oposición (el uribista Centro Democrático y el izquierdista Polo Democrático), que han sido permanentes críticas de la decisión (aunque Álvaro Uribe trató de vender Isagen hasta los últimos días de su segundo gobierno), al igual que la bancada de la Alianza Verde.

Si se suman los miembros de esas cinco bancadas, el gobierno está en minoría, pues suman 52 de los 102 senadores.

Esto no quiere decir que la venta se vaya a caer, pues el Congreso no tiene el poder para frenarla. Pero sí muestra que las mayorías santistas son frágiles y estrechas y que definitivamente la aplanadora legislativa de la Unidad Nacional de Santos I ya no es tal.

La reestructuración incompleta

La venta de Isagen también muestra la fragilidad de uno de los proyectos estrella que Santos I se tardó casi tres años en estructurar.

Toda la idea de vender la participación del Estado es recoger alrededor de cinco billones de pesos (menos de la mitad del presupuesto anual de Bogotá y poco más del doble del de la Agencia de Infraestructura) para financiar la cuarta generación de concesiones viales (conocidas como 4G).

 

Las dificultades para financiar esas carreteras quedó patente en febrero, cuando el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas habló con los interesados y tomó varias decisiones para salvar el programa.

Una de las decisiones  tiene directamente que ver con Isagen: Cárdenas se comprometió a que la Financiera para el Desarrollo Nacional (FDN) ofrezca créditos por 1,6 billones de pesos a los concesionarios de las primeras nueve licitaciones, que son las que se van a adjudicar este año. Esa plata no la tiene hoy la FDN e iba a salir de la venta de Isagen. 

Es decir, las concesiones de 4G se van a financiar en buena medida con recursos públicos, a pesar de que la idea básica de concesionar es que sean los privados quienes financien las obras y asuman los riesgos, a cambio de cobrar por su uso durante años.

Pero la financiación privada no es suficiente porque se necesita mucha plata (en total casi 50 billones de pesos) y son proyectos a largo plazo. Además, el gobierno ha explicado que las carreteras 4G no son negocios privados sino asociaciones público-privadas en la que las dos partes ponen plata para hacer una obra de interés público. 

Su idea es que para el Estado es buen negocio un activo que existe hoy y arroja utilidades interesantes (Isagen tuvo utilidades por casi 500 mil millones el año pasado) por un activo futuro (las concesiones de 4G son a 25 años) que puede ayduar a la competitividad de toda la economía. Por eso, el Ministerio lleva meses buscando fuentes públicas de financiación.

Las cifras no son menores. Planeación Nacional ha calculado que las carreteras de 4G harán que la economía crezca de forma permanente a futuro, reducirán el desempleo y aumentarán la productividad de la economía. En concreto, el gobierno calcula que harían crecer el PIB entre el 0,85 y el 1,63 por ciento anual entre 2015 y 2019, además de crear entre 180 y 450 mil empleos nuevos.

Aunque Santos y Cárdenas han dicho que habrá carreteras 4G con o sin venta de Isagen, con la prórroga de la venta va a tener que revisar sus cuentas. Tiene más o menos un año (lo que tienen los adjudicatarios de las carreteras para hacer su cierre financiero) para lograrlo sin afectar el inicio de las obras de los proyectos que ya se adjudicaron. Es decir, para mostrar que la debilidad de este mega proyecto puede ser resuelta.

Sin margen fiscal

El lío para el Gobierno es que tiene pocas opciones para conseguir esa plata. La regla fiscal que creó Santos I, si bien ayuda a largo plazo a mejorar las finanzas públicas, deja poco espacio para financiar inversiones como las carreteras de 4G de otra manera.

La regla fiscal es un requisito para que Colombia entre a la Ocde, una de las obsesiones de Santos, y por eso, a pesar de que genere dificultades eventuales, parece inamovible.

Ese límite es muy estricto y obliga a que en 2015 el déficit fiscal se reduzca de 12,1 a 9,6 billones de pesos. Con ese tope no es fácil conseguir la plata para prestarle a los privados que van a hacer las carreteras de 4G sin abrir huecos en otros frentes.

Allí es donde entra a jugar la venta de Isagen.

Los parlamentarios liberales, entre otros, se preguntan por qué escoger esa opción. En su cuestionario a los ministros, García Realpe hace varias preguntas al respecto.

Por ejemplo "¿No cree que es mejor contratar un crédito por la suma que se estima la venta de ISAGEN y pagarlo con los mismos ingresos que le general al gobierno Nacional, que se estima entre 400 y 500 mil millones de pesos, no cree usted que es mejor negocio para los intereses de los colombianos?"

El problema es que no hay muchas otras fuentes para conseguir el dinero para financiar las vías de 4G. La FDN ya tiene 2 billones de pesos de un crédito de la Corporación Financiera Internacional (el brazo de inversión del Banco Mundial) pero el Gobierno no tiene cómo transferirle más recursos.

La prórroga en el proceso de venta va a mostrar hasta dónde la regla fiscal, concebida como un cinturón de castidad, se convierte en una camisa de fuerza. Y, al hacerlo, deja al gobierno con muy poco margen para afrontar gastos de emergencia, como el de una nueva ola invernal, o excepcionales pero previstos, como el de un eventual posconflicto.

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