La restitución de tierras: se sabe pero se teme

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A pesar de que la política de restituirle las tierras a los campesinos que fueron despojados avanza muy lentamente y por ahora ha beneficiado a muy pocos, un estudio que no se ha publicado muestra que la mayoría de víctimas sabe que existen estos beneficios pero siguen con mucho temor de regresar.

A pesar de que la política de restituirle las tierras a los campesinos que fueron despojados avanza muy lentamente y por ahora ha beneficiado a muy pocos, un estudio que no se ha publicado muestra que la mayoría de víctimas sabe que existen estos beneficios pero siguen con mucho temor de regresar.

Eso según la primera encuesta que se hace entre víctimas del despojo de tierras, que lideró el Observatorio sobre Restitución de Tierras dirigido por el sociólogo Francisco Gutiérrez Sanín y montado por cinco universidades, que usó un modelo estadístico especial para poder mapear a una población muy dispersa. Hasta ahora sus resultados sólo han sido compartidos con los funcionarios del Gobierno que trabajan con víctimas.

La encuesta muestra que aproximadamente cuatro de cada cinco campesinos despojados ya saben que la ley de restitución (que cumplió tres años) existe y que pueden convertirse en sus beneficiarios, en su gran mayoría porque se enteraron vía televisión y radio. Eso significa que las Unidades de Restitución y de Víctimas han hecho un trabajo exitoso en divulgación.

Sin embargo, el miedo sigue siendo el gran palo en la rueda de una de las políticas bandera del gobierno Santos. Un 83 por ciento de los encuestados dice que, tras recuperar sus tierras, teme verse obligado a volver a abandonarlas. 

Ese porcentaje es un par de puntos más alto entre las mujeres y es más alto en la Costa Caribe y en Bogotá.

Dos de cada cinco campesinos desplazados en Bogotá reportaron haber sido amenazado y el 91 por ciento teme ser victimizado de nuevo, cifras que son de uno de cada cinco y del 79 por ciento en los departamentos caribeños. Por esta razón, solo piensan seriamente en regresar el 28 por ciento de los despojados que viven en la Costa y el 36 por ciento de los que están en Bogotá.

Como las víctimas despojadas y desplazadas son un grupo muy disperso y difícil de identificar, Gutiérrez Sanín y su equipo recurrieron a una metodología poco convencional llamada marco muestral de redes (o RDS por 'respondent driven sample'), que permite construir la red de relaciones de una persona y que es muy útil para mapear a las poblaciones que permanecen ocultas -por estigmas sociales o porque son difíciles de detectar- como consumidores de drogas o enfermos de VIH / Sida.

Es decir, según esos resultados, la restitución muestra avances en términos de llegarle a las víctimas pero sigue existiendo mucho escepticismo sobre el retorno.

Este es el informe preliminar.

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