Otra peleita que se le está cocinando al Gobierno

A cinco meses de las elecciones, el ambiente laboral en la Registraduría está muy tenso.

El motivo de la pelea es que hace un mes el ministro del Interior Juan Fernando Cristo, junto con el presidente y el vicepresidente del Consejo Nacional Electoral, presentó un proyecto de ley que independiza a este órgano de la Registraduría (dándole patrimonio y presupuesto propio) y le daría facultades extraordinarias al Gobierno para definir quiénes trabajarían en el CNE y cómo se contrataría a esos trabajadores.

Esa decisión tiene sentido, pues hoy el CNE, aunque es autónomo en sus decisiones, no tiene patrimonio propio ni define quiénes integran su planta de personal y para muchos trámites administrativos depende de la Registraduría.

Sin embargo, tiene dos problemas.

Uno es que no tiene el apoyo de todo el CNE. El presidente del CNE, el liberal Emiliano Rivera, y el vicepresidente, el uribista Felipe García, suscribieron el proyecto sin discutirlo con sus compañeros.

En la sala plena del CNE que está reunida en este momento, los magistradosde La U Bernardo Franco y Alexander Vega, y Armando Novoa (del Polo, el Mira y la Alianza Verde) presentaron una proposición para quitarle el apoyo al proyecto de ley por, entre otros motivos, ese desconocimiento.

Y el otro es que el sindicato de la Registraduría ya se declaró en estado de alerta y movilización (la antesala a un eventual paro) porque el proyecto permite suprimir cargos en la Registraduría.