Luis Pérez es un político curtido. Fue alcalde de Medellín entre 2001 y 2004, avalado por el Partido Liberal, y tiene una trayectoria en cargos públicos, también como liberal: fue rector de la Universidad de Antioquia a principios de los años noventa, hasta que inició su período como gobernador el conservador Juan Gómez Martínez; en 1993 fue nombrado director del Icfes por César Gaviria; y aunque renunció a la dirección para buscar espacios políticos locales, terminó como Secretario de Educación del alcalde Sergio Naranjo. Y antes fue director de Planeción y Secretario de Beneficencia de Antioquia.
En 1997 fue el candidato oficial del Partido Liberal a la Alcaldía de Medellín, tras vencer por dos puntos a Armando Estrada Villa en una encuesta telefónica, pero perdió contra Juan Gómez Martínez. En este primer intento, alcanzó poco menos de 90 mil votos, contra 160 mil de Gómez. En 2000 ganó una consulta contra Édgar Gutiérrez y, con el apoyo de todos los grupos liberales, derrotó a Sergio Naranjo. Pero Pérez no fue mayoritario: tuvo 128 mil votos, menos que los 98 mil de Sergio Naranjo más los 49 mil de Jaime Arrubla, dos candidatos conservadores.
Pérez tuvo una mala relación con la prensa pero, aunque fue objeto de muchas críticas, terminó con una notoria aprobación a su gestión. “Yo soy una persona muy controvertida”, le dijo a El Colombiano en 2007. Pero, para muchos, sí dejó un legado a la ciudad. Tuvo iniciativas como crear, con dineros públicos, el Banco para Pobres (hoy en día llamado Banco de Oportunidades), congeló durante dos años las tarifas de energía a través de EPM, lideró la inversión de esta empresa en Colombiamóvil – OLA y realizó varias obras públicas de importancia (como la Biblioteca Temática de la EPM, la doble calzada a las Palmas o el primer Metrocable). También intentó realizar un programa fallido de masificación de internet.
Pero durante su mandato también se realizó la debatida Operación Orión, bajo el mando del general Mario Montoya, en la que el Ejército ocupó la comuna 13 para desalojar a paramilitares y milicias guerrilleras. Pero ese operativo ha sido criticado por posible exceso de fuerza y porque, para algunos analistas, favoreció a los paramilitares. Y Pérez, como alcalde, fue acusado por algunos de ser autoritario y militarista, en parte debido a que consiguió un lote en plena comuna 13 para establecer una guarnición militar –no de la Policía– para controlar el orden público.
Además, enfrentó críticas como un escándalo que destapó la Revista Cambio por un viaje a La Guajira, y por una presunta politización de EPM, la joya de la corona del municipio, cuya gerente debió renunciar por haber comprado una vajilla con dineros públicos. Y este tema de la EPM, empresa que es defendida por muchos medellinenses como orgullo de la ciudad, lo persigue aún, porque para muchos esa politización atentó contra la viabilidad de la empresa.
La otra crítica permanente a su administración fue el despilfarro, como una moto Harley Davidson que compró su director de Metroseguridad, Isaac Gaviria, con dineros públicos. También fueron recurrentes los rumores de corrupción, hasta el punto de que algunos lo llaman Luis XV, o Luis 15, haciendo referencia al nombre del Rey Sol -que en realidad fue Luis XIV- y al 15 por ciento que supuestamente cobraba para entregar contratos. Esos rumores nunca se comprobaron. Lo que sí es un hecho es que dejó maltrechas las finanzas de la ciudad, aumentando el déficit.
Con una imagen positiva del 59 por ciento, según las encuestas en 2007, y la aceptación en algunos sectores políticos y populares, Luis Pérez se volvió a lanzar a la alcaldía en 2011. A pesar de que contaba con el apoyo del entonces presidente Uribe, y con recursos propios provenientes de sus negocios de parcelación y construcción, perdió frente a Alonso Salazar, que contaba con el aval de la ASI, el apoyo del popular alcalde Sergio Fajardo, del ala liberal de Anìbal Gaviria y de una pequeña disidencia conservadora, y quien representaba una forma fresca de hacer política.
La campaña fue dura, con fuertes acusaciones de lado y lado. Pérez primero hizo una alianza con la representante Rocío Arias, condenada luego por parapolítica, y luego se declaró partidario de la reelección de Álvaro Uribe, lo que lo alejó del Partido Liberal. Finalmente se lanzó por firmas. Pérez, además, utilizó una estrategia que le valió renovadas críticas de politiquero: creó el "pagaré social", un documento por el que se comprometía a construir obras como parques barriales y canchas de fútbol a cambio de los votos de la comunidad beneficiada.
La campaña terminó en un cabeza a cabeza entre Alonso Salazar, candidato de Sergio Fajardo y quien fue apoyado por Lina Moreno de Uribe y por políticos liberales y de La U, y Pérez, apoyado por políticos de diferentes partidos, incluyendo el oficialismo liberal, los conservadores, Cambio Radical y una parte de la U. Es decir, una auténtica división de los partidos. Y ganó Salazar, con 275 mil votos, contra 242 mil de Pérez. Pero esa derrota no marcó su salida de la política: luego fue coordinador de la campaña presidencial de Juan Manuel Santos en Antioquia.
En marzo de 2010, Pérez inscribió su precandidatura en el Directorio Liberal de Medellín. El Partido le negó la inscripcíón. Algo similar ocurrió en Cambio Radical, a pesar del apoyo de algunos sectores de ese partido en Antioquia. Y en el Partido Conservador realizó un Congreso Municipal en el que se apoyó la candidatura de Pérez, pero la Dirección Nacional no avaló ese Congreso.
Finalmente, Pérez se lanzó con firmas y con el apoyo no oficial de políticos conservadores, liberales, de Cambio Radical y de la U. A la postre perdió contra el liberal Aníbal Gaviria, quien tuvo el apoyo de Sergio Fajardo, y de algunos grupos conservadores, especialmente el liderado por Fabio Valencia Cossio. Gaviria obtuvo 238,970 votos (37.66%), y Pérez 221,708 votos (34.94%).
Desde la campaña, Pérez señaló al entonces alcalde Alonso Salazar de estar interviniendo en política, al haber señalado que la campaña de Pérez habría hecho pacto con jefes de bandas criminales, y adjudicó la diferencia de votos con Gaviria a la intervención de Salazar. Después de las votaciones reconoció el triunfo de Gaviria y, además, dijo que no volvería a dar declaraciones hasta que se fallara un proceso contra Salazar por participación indebida en política a favor de Gaviria. Salazar fue destituido en primera instancia en marzo de 2012, y dos meses después el fallo fue ratificado en segunda instancia.
A raíz de este fallo, y como lo anticipó La Silla Vacía, Pérez anunció en mayo de 2012 que impugnaría la elección de Gaviria, pero el alcalde se mantuvo.
En 2014, mientras Pérez volvía a gerenciar la campaña de Juan Manuel Santos en Antioquia, el Consejo de Estado tumbó el fallo contra Salazar, quien por lo tanto podría convertirse en rival de Pérez en sus aspiraciones políticas.
Al final, sin embargo, Pérez se lanzó a la Gobernación y Salazar a la alcaldía. Esta vez el ex alcalde sí obtuvo el aval de dos partidos: el liberal, a pesar de la oposición de la senadora Sofía Gaviria, cara visible del grupo del aclalde Aníbal Gaviria, rival de Pérez; y Cambio Radical, que esperaba meterse con más fuerza en el departamento. La U no lo acompañó oficialmente, aunque parte de sus estructuras sí.
Desde antes de lanzarse Pérez encabezaba las encuestas, y tras el no aval del uribismo a Liliana Rendón quedó aún más fortalecido. Aunque se pensaba que su rival iba a ser el ex gerente de la EPM y candidato fajardista Federico Restrepo, Andrés Guerra, la ficha del uribismo, fue quien le hizo la mayor competencia. Finalmente, el ex alcalde ganó el timón del departamento con el 40 por ciento de los votos.
En 2019, y a pesar de grandes crisis como la de Hidroituango, Pérez terminó su mandato con el 77% de aprobación, coronandose así como el mejor Gobernador de Colombia. Al salir del cargo le dijo a BluRadio que no descartaba la idea de lanzarse a las presidenciales del 2022, sin embargo, hasta hoy no ha hecho movidas en esa dirección.