En la Junta del Fondo Autónomo, que tendrá que administrar billones de pesos, quedaron cinco integrantes del seno del paro cívico, dejando por fuera a personajes cuestionados como Rosa Solís.
Con elección en el Fondo, el paro de Buenaventura ratifica su poder
Elección de los cinco miembros de la Junta. Foto: Facebook Comité del Paro Cívico
Este fin de semana los integrantes del paro cívico de Buenaventura eligieron a los cinco miembros de la comunidad que integrarán la Junta Administradora del Fondo al que el Gobierno se comprometió asegurarle en promedio 1,6 billones de pesos anuales para invertir en proyectos que priorice la comunidad.
Esta Junta por ley será integrada por 14 personas, los cinco de la comunidad, seis ministerios, Planeación Nacional, la Gobernación del Valle y la Alcaldía de Buenaventura. Tendrán la responsabilidad de construir el plan de desarrollo y de inversión a diez años y hacer control en la ejecución de los proyectos por parte del Gobierno.
Con esta elección los integrantes del paro cívico ratificaron su fuerza porque lograron poner a cinco integrantes del seno del movimiento cívico, porque impidieron la participación de algunos sectores que querían ‘colarse’ en la Junta y porque demostraron que luego de un año de conformados, la base social que los rodea y legitima sigue intacta.
Rosa Solís fuera del juego
Como habíamos contado uno de los primeros obstáculos que se le presentó al comité del paro para la elección fue la interferencia de la polémica líder afro, Rosa Solís, que pedía un puesto directo en la Junta para los cerca de 30 consejos comunitarios en lo que ella tiene influencia.
Como contamos, esto los obligó a suspender dos veces la elección porque Solís, (que es conocida por ser la piedra en el zapato para el Gobierno por pedir prebendas a cambio de permitir la ejecución de proyectos para las comunidades afro) llegaba con un grupo de personas a exigir que los dejaran participar, y que les dieran un cupo directo en la Junta, pese a que ella no participó durante, ni después del paro.
En las dos ocasiones el Comité tuvo el apoyo decidido de la asamblea que integran delgados de 172 organizaciones de afros, indígenas, sindicalistas, y 30 personas naturales, según nos contó Adriel Ruíz, Coordinador de la Fundación de Espacios de Convivencia, Fundescodes e integrante de la mesa de Derechos Humanos del paro cívico.
“La gente tenía claro que este este era un ejercicio democrático en el que había que luchar hacia afuera, con el Estado, pero también hacia adentro hacia ciertos poderes locales corruptos establecidos hace muchos años. El gran logro es que hemos ido construyendo ciudadanía y tomando conciencia colectiva sobre lo que necesita Buenaventura”, le dijo a La Silla Ruíz.
Por eso aunque Rosita, como es conocida, llegó con su comitiva este sábado a las afueras del colegio Francisco José de Caldas donde fue la elección y donde incluso discutió con funcionarios de la Procuraduría y Defensoría que estaban como garantes, exigiendo que la dejaran participar, se quedó sentada afuera esperando.
Pusieron a cinco de los suyos en la Junta
Uno de los objetivos del comité del paro era que la elección fuera democrática y que en la Junta tuvieran asiento solo los que habían participado desde el inicio en el movimiento cívico.
Por eso solo podían votar las organizaciones y personas registradas en su censo que suman más de 200. A la reunión asistieron 168 delegados que fueron los que finalmente escogieron a los miembros titulares y suplentes de la Junta.
En efecto los elegidos abarcan una amplia gama de sectores sociales y como nos dijo el líder del paro, Víctor Vidal, “no hubo ningún colado”.
De ese grupo de cinco el que mayor votación obtuvo (27 votos) fue Miyer Mejía, quien es un indígena del sector de La Delfina y representante de ese sector; Benjamín Mosquera es docente e integrante del consejo comunitario de Alto Anchicayá, de la organización afro PCN y de la mesa de educación del paro cívico; Henry Tovar es líder sindical, trabajador del sector del tránsito e integrante del comité ejecutivo del paro; Jairo Gómez es dueño de una empresa de taxis, representante de las organizaciones sindicales bancarias y de transportes e integrante de la mesa de Territorio del paro, y Narcilo Rosero, quien es líder comunitario, comerciante informal, integrante de la mesa del agua del Comité del paro, y representante de las organizaciones de derechos humanos.
Los suplentes que fueron los que siguieron en número de votos son el padre y líder del paro cívico, John Reina; Hernán Valencia, docente y representante de los ecologistas y ambientalistas; Judith Segura, empresaria y representante del sector pesquero, de las mujeres y de los grupos evangélicos; Isaías Cifuentes, contador, egresado del Sena y líder estudiantil, y Daniel Medrano, representante de las Juntas de Acción Comunal.
“Todas son personas que han estado comprometidas con la defensa de los derechos de los Bonaverenses, incluso algunos desde hace 40 años”, nos dijo Ruíz, de Fundescodes.
“Que hayan logrado esto es histórico, es revolucionario porque el futuro de Buenaventura queda en manos de personas cuyo único interés es que la gente tenga condiciones mínimas de vida digna como agua, salud, educación. Sin duda el movimiento social del paro es una nueva fuerza política”, nos dijo la directora del Centro de Estudios Afrodiaspóricos de la Universidad Icesi, Aurora Vergara.
El grupo mantiene una base social fuerte
El paro cívico que cumplió un año el 16 de mayo, ha sabido mantener en el tiempo el acompañamiento y movilización de las bases sociales y gracias a eso contar con respaldo en sus decisiones y una legitimidad.
Un ejemplo de ello fue el apoyo de la comunidad al Comité del Paro ante la injerencia de Rosa Solís y ante rumores que lo acusaba de quererse quedar con el manejo de la plata del Fondo.
“La finalidad de esta elección era lograr resolver los problemas tanto de lo urbano y los rural, que hubiera una representación diversa y que abarcara a toda la población de Buenaventura. Hacer un ejercicio político donde primara el bien comunitario y eso lo tiene claro la gente”, nos dijo Ruíz.
Pero la función de la comunidad no es solo acompañar, sino que va más allá. La ciudadanía tendrá que hacer control a estos integrantes de la Junta, participar activamente de las decisiones que se tomen y hacer veeduría de los proyectos. “Sin duda es un nuevo modelo de hacer incidencia política con movilización social”, concluyó Ruíz.
Este “despertar de conciencia” es tan significativo que incluso un académico que asesora al comité y nos pidió no citarlo para no comprometer la universidad donde trabaja nos dijo que “si esta elección hubiera ocurrido cinco años atrás, Rosa (Solis) hubiera puesto a los cinco miembros”.
A eso se suma que su capacidad electoral va en ascenso.
En las elecciones al Congreso de marzo apoyaron al senador del Polo, Alexander López, quien pasó de tener 500 votos en 2014 a ser el mayor elector del puerto con más de 19 mil votos; y el domingo pasado, el candidato Gustavo Petro obtuvo allí su mayor victoria del Valle, con 46 mil votos, muchos de ellos gracias al impulso del comité del Paro.
Incluso el grupo quiere competir contra las maquinarias en el 2019 para poner Alcalde. Por ahora el nombre que más suena es el del líder Víctor Vidal.