Duque y Petro pueden crecer en el Valle, pero con retos clave

Silla Pacífico

Atrapar votos de centro en la siguientes semanas y mantener vivo el voto de sus bases, las apuestas de cara a la segunda vuelta.

 

Valle del Cauca se volvió la joya de la corona electoral para que Iván Duque y Gustavo Petro conquisten el Pacífico y logren crecer de cara a segunda vuelta. Aunque hasta ahora Duque tiene la ventaja, su diferencia con Petro acá es de poco menos de 140 mil votos, y ninguno de los dos alcanzó la mayoría del millón 700 mil que puso el departamento en primera vuelta (casi el 10 por ciento nacional).

 

La importancia del Valle para la victoria de alguno de los dos candidatos en el Pacífico fue clara el domingo: los 517 mil votos que obtuvo Petro en Chocó, Nariño y Cauca (donde ganó) fueron casi la totalidad de los que Duque tuvo en Valle, por lo que apuntar crecer en el departamento depende de un grupo que los dos no pudieron conquistar hasta el domingo: el centro, que votó por Sergio Fajardo.

El candidato de la Coalición Colombia obtuvo 499 mil votos, ubicándose en un sorpresivo segundo lugar en el departamento: ganó en Cali (283 mil votos), y en tres municipios grandes, como lo son Palmira (feudo electoral de La U), Buga (con alcalde uribista) y Jamundí (que escogió nuevo alcalde en abril).

Además, fue segundo en 17 de los municipios donde ganó Duque y en uno donde Petro ganó.

Por lo que este ‘fortín electoral’ es apetecido por ambas campañas. Y en ambas ven la posibilidad de crecer, pero tienen retos clave para conquistar esta votación, entre ellos, romper sus propios techos, virar sus discursos para hablarle a ese centro y en el caso de Duque, abrirle las puertas a la clase política, como ya lo está haciendo.

El reto de Petro: ‘humanizarse’

El tercer lugar de Petro en el Valle no estaba en las cuentas de la campaña petrista, teniendo en cuenta que todos los sectores sociales y las grandes votaciones de la izquierda estaban con él.

“Creí que íbamos a ganar. Me sorprendió la presencia de Fajardo en el segundo lugar. No le vi cuadros, ni presencia, ni trabajo en terreno, no al menos más grande que lo nuestro”, nos dijo el dirigente y miembro del comité nacional estratégico de la campaña, Edgar Papamija.

En parte el dirigente exliberal cree que hubo “campaña negra” que afectó a Petro en el centro, como el miedo a la ‘venezolanización’ del país (alimentado por la propuesta del candidato de comprar las tierras a los ingenios del Pacífico) e incluso que se dijera que el candidato era ateo en una sociedad valluna muy católica, que preferiría una “opción más digerible” como la del exgobernador antioqueño.

Por eso, para crecer en el Valle y pelearle a Duque con parte del centro que capturó Fajardo, en la campaña creen que es clave ‘humanizar’ al candidato de la Colombia Humana: acercarlo al ciudadano urbano, fomentando el contacto uno a uno.

“En mi opinión muy personal, creo que la época de grandes plazas ya pasó, nos toca el contacto con la gente”, nos dijo Papamija.

En ese sentido, buscar el centro en ciudades como Cali y Palmira donde Petro quedó de tercero y Fajardo ganó, es clave para sacarle ventaja a Duque.

“El país ya conoce el mensaje de Petro. Ahora necesitamos un contacto más directo, para hacer ver que no es un tipo alejado, sino de carne y hueso, que tiene deudas como todos”, dijo Papamija.

No obstante, es toda una cuesta arriba por varias razones: la primera es que no es claro que los votos de opinión que ganó el fajardismo votarían por Petro en la segunda vuelta. “Muchos votarán en blanco, no votarán o esperarán a último momento”, nos dijo el gerente de Fajardo en el Valle, Duvalier Sánchez.

Segundo, que moderar su discurso (como arrancó a hacerlo ayer en la entrevista con Univisión), podría verse como “un cálculo político y no un acercamiento orgánico hacia el centro”, como nos dijo Duvalier, pero además que podría correr el riesgo de descuidar bases de la izquierda con votos fijos para él, como los de los sindicatos caleños afines al senador Alexander López.

Por último, está la posibilidad de que esta estrategia de acercamiento no le ayude si la clase política que estaría más cercana a estar con Duque arrecie su discurso de miedo contra el aspirante de izquierda.

El reto de Duque: combinar maquinaria con discurso

Duque arranca con la ventaja de tener al establecimiento llegando a su campaña -así no los busque- para ampliar su ventaja sobre Petro con votos de maquinarias, que no le caminaron a Germán Vargas Lleras.

Esto es clave porque si partidos fuertes en las regiones donde no ganó, como La U en Palmira o Jamundí, aterrizan en su campaña (lo que podría pasar antes de finalizar la semana), podrían ahora sí poner a andar su estructura para vencer el voto petrista de opinión.

Aunque en la campaña uribista en el Valle creen que la maquinaria no es importante, porque para primera vuelta no la necesitó (en mayor medida aunque sí tuvo políticos tradicionales en su campaña) para ganar acá y en otros 24 departamentos del país. Pero el hecho que la tenga, a tres semanas de las elecciones, suma votos que antes no tenía o que no se movieron por él y que pueden sumar para aumentar la ventaja.

“Es inevitable que llegue La U, seguramente el liberalismo también va a llegar y eso siempre nos ayuda”, nos dijo una directiva uribista que prefirió no dar su nombre porque no es vocera.

Pero para no confiarse solo en maquinarias, sobre todo después del ‘desplante’ de la clase política a Vargas el domingo, la campaña quiere acercarse aún más hacia el centro y el voto de opinión que por ahora parece tener Sergio Fajardo.

Un camino que no es tan de cuesta arriba como el de Petro, teniendo en cuenta que en Cali, Duque fue segundo a menos de 40 mil votos de Fajardo, una votación que ya sacaron en la capital en las legislativas, donde el Centro Democrático ganó.

A eso se suma el sector empresarial, que tras la derrota de Fajardo y de Vargas en la región terminará acercando a los cacaos que apoyaron a estos candidatos hacia Duque.

Parte de ese apoyo ya se vio en la última semana de la primera vuelta. Mientras Duque ratificaba su lado conservador con las iglesias cristianas de Cali, que según cálculos de Colombia Justa Libres le puso 150 mil votos en el Valle, su jefe político, Álvaro Uribe estuvo hablándole a trabajadores de una empresa en Cali.

No obstante, superar el techo de la sombra uribista es todavía un reto. “Que Duque trate de acercarse hacia el centro, de donde no es, puede ser un cálculo político”, nos dijo el fajardista Duvalier Sánchez.

Y aunque dentro de la campaña de Fajardo siempre hubo un discurso antiuribista y de una ‘nueva forma de hacer campaña’ sin políticos tradicionales, como lo es Uribe, en la campaña de Duque creen que por medio de su discurso 2.0 se pueden acercar hacia las ideas que movieron los votos Fajardo y cogerle ventaja a Petro.

“Tenemos grandes coincidencias con el electorado fajardista, como en temas de educación y de lucha anticorrupción. Nuestro candidato no puede ser llamado corrupto porque no lo es, eso nos acerca”, nos dijo el electo representante Christian Garcés, miembro del comité político de la campaña de Duque acá.

Con la idea de atrapar votos de centro en la siguientes semanas y mantener vivo el voto de sus bases, Duque y Petro juegan sus últimas cartas para ganarse la corona del Pacífico en tres semanas.

 

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