La crisis del MIO, prueba para el futuro político de Orejuela

El sistema de transporte integrado de Cali llegó a un punto crítico en las últimas horas luego de que Metrocali, la empresa que gestiona el MIO revelara que al menos 160 buses no estarían circulando en la ciudad. Esta situación, además de una tortuosa negociación con los operadores y la construcción de una nueva terminal de buses en el Sur son la prueba de fuego para las aspiraciones de su gerente, Nicolás Orejuela, de buscar la Alcaldía en reemplazo de su jefe, Maurice Armitage.

A cuatro meses para que los funcionarios públicos que tengan intenciones políticas renuncien a sus cargos para arrancar campaña a las elecciones regionales, las decisiones que tome Orejuela para enfrentar la crisis del sistema pueden catapultar su aspiración (que viene desde 2015) o hundirla completamente, en una ciudad donde se mueven diariamente 460 mil personas en el MIO y de las cuales el 45 por ciento son del oriente y del distrito de Aguablanca (según este informe de Cali Como Vamos), una de las zonas clave para los políticos caleños en época electoral.

La apuesta del Gerente

Orejuela arrancó hace menos de un año como gerente del MIO, luego de la renuncia del entonces gerente Armando Garrido. Era, con el hoy candidato a la Cámara liberal, Juan Fernando Reyes Kuri, uno de los asesores más cercanos al alcalde Maurice Armitage, quien fue quien lo propuso a la junta directiva de la entidad para nombrarlo como gerente, como revelamos.

Desde esa entidad, como contamos en su momento, la idea era hacer pinitos para su aspiración en 2019. Pero pasó el 2017 enfrentando al menos cinco chicharrones para poner en funcionamiento el sistema que lleva varios años en crisis, uno de ellos, el plan de salvamento del sistema MIO.

“Nicolás (si quiere ser candidato) tiene hasta octubre para renunciar. Y levantar el sistema de aquí a octubre es imposible, a pesar de que se ha entregado en cuerpo y alma a ese proceso”, nos dijo un periodista caleño que lo conoce.

El último pulso arrancó hace menos de tres días, cuando el alcalde Armitage informó a la Personería y Contraloría de Cali que los cuatro operadores del sistema no pusieron entre 100 y 160 buses al servicio de los caleños la semana pasada.

Normalmente debería haber en circulación 800 buses (deberían ser 911 buses como fue planeado el sistema hace 9 años) para 460 mil pasajeros. Es decir, no hubo demanda en horas pico, según dijo Metrocali en un comunicado de ayer. La entidad puso como ejemplo que la semana pasada una ruta del Sur de la ciudad solo fue atendida en hora pico por 2 de los 4 buses que deberían hacerlo, lo que provocó protestas en la vía.

Entre los operadores y Metrocali existe una puja que viene desde diciembre cuando el gerente Orejuela presentó el plan de salvamento que consiste en llegar a un acuerdo para renegociar los contratos, inyectar 75 mil millones de pesos al sistema y conciliar las demandas de los operadores a la ciudad que ascienden los 600 mil millones.

“No hay plan B”, dijo Orejuela en entrevista con El País. Los operadores (Unimetro, GIT Masivo, Blanco y Negro y ETM), llevan más de un mes con la propuesta en la mesa sin firmarla y piden, entre otras, que el contrato de operación se amplíe otros cuatro años.

Y como lo más posible es que Metrocali no ceda en esas pretensiones y active un plan de contingencia, el pulso seguirá por varios meses y podrían empañar la campaña política que cercanos a Orejuela quieren montar alrededor para la Alcaldía de 2019.

“Fue un error aceptar la gerencia. Eso te catapulta o te hunde”, nos dijo el concejal de La U y experto en movilidad Carlos Andrés Arias, quien dijo que obras como la terminal del Sur que afectó un humedal “generaron pérdidas de favorabilidad” en las comunas donde queda ubicada la obra (la 17 y la 22). En ese mismo sentido nos habló Alejandro Ocampo, líder de la revocatoria a Armitage.

Aunque cuatro personas con las que hablamos y que conocen la movida nos dijeron que estaba enfocado principalmente en sacar al MIO de la crisis y que el servicio recupere usuarios (el mismo Armitage admitió que en el último año recuperaron solamente 50 mil pasajeros), mantiene activos políticos para una carrera hacia la Alcaldía.

Los activos

El primero y por ahora activo más importante a favor de Orejuela en una posible campaña es su amigo Juan Fernando Reyes Kuri, cabeza de lista a la Cámara por el liberalismo, con quien en 2012 formaron el movimiento político Juntos que todavía continúa. Si gana (lo cual es muy posible porque tiene apoyos en la Alcaldía), Orejuela tendría un congresista propio y arrancar con un case de votos a su favor.

Reyes Kuri defiende la labor de su excompañero en la Alcaldía. “Es algo que solo se entiende en su magnitud cuando se está adentro”, nos dijo recordando que él también fue funcionario de Armitage y Rodrigo Guerrero. Dijo que todavía era “muy temprano” para saber si su amigo se lanzaba al ruedo político de nuevo.

El que sí nos dijo que lo seguían teniendo en cuenta es el concejal y empresario Diego Sardi, de la cuerda política del vargasllerista José Luis Pérez, quien hoy aspira al Senado y es un barón en ascenso en el departamento.

Aunque en diferentes medios se especuló que Sardi sería la carta de Cambio para 2019, el mismo Concejal nos dijo que la prueba de fuego de Orejuela en Metrocali sirve para ver su capacidad gerencial, que él en lo personal aprueba.

“Él está haciendo (con el plan de salvamento) lo que los otros gerentes debieron hacer hace mucho tiempo. Se amarró los pantalones y demuestra la capacidad de gerenciar para ser un buen Alcalde”, nos dijo el Concejal.

Una persona que conoce de cerca la situación del MIO y las aspiraciones políticas de Orejuela nos dijo que, pese a la crisis sigue estando en el ramillete de candidatos a suceder a Armitage, junto con otros posibles aspirantes del sector empresarial como Alejandro Éder e incluso Esteban Piedrahíta.

En las próximas horas Metrocali anunciará las medidas para evitar o disminuir la afectación de la movilidad en la ciudad, entre ellas levantar el pico y placa para taxis y transporte público y hasta declarar la emergencia social en la capital para alquilar buses que suplan la demanda.

Estas acciones, y las que vengan en adelante, podrían marcar el futuro político de Orejuela para definir si se lanza a la Alcaldía o se mantiene en el cargo lidiando con los múltiples chicharrones del MIO.