Que Luis Pérez, el Gobernador de Antioquia, llegue a tener un sobrino senador por el Centro Democrático cambiaría el equilibrio de poder en ese departamento y le podría quitar un aliado clave a Germán Vargas.
De tal gobernador vargasllerista, tal sobrino uribista
Luis Pérez, el Gobernador de Antioquia, no tiene maquinarias ni equipos políticos propios.
Le ganó al uribismo y al fajardismo la Gobernación en 2015 con 819 mil votos que le puso la unión de fuerzas liberales, conservadoras, vargaslleristas y de la Unidad Nacional, así como la imagen que había sembrado como alcalde de Medellín. Nunca ha intentado meterse a Congreso, y aparte de la gobernación solo ha aspirado a la Alcaldía de Medellín.
Ahora, por primera vez alguien de su familia participa en política electoral: su sobrino Nicolás, que nunca había ocupado un cargo público ni había sido candidato, recibió el aval del uribismo para estar en su lista al Senado y tiene una parte de la estructura de ese partido detrás.
“Suficiente tiene mi familia conmigo en el gobierno”, le dijo Pérez a La Silla hace tres meses, cuando lo consultamos para otra historia. Pero ahora Nicolás decidió seguir los pasos de su tío, justo cuando Luis está en medio de su período como gobernador del departamento más rico y poblado de Colombia.
Curiosamente no lo hace en ninguno de los partidos que apoyó a Luis sino en uno de los que este derrotó, pero después de que el Gobernador le dio cabida a uribistas en su Gobierno y ha hecho fuertes críticas al acuerdo con las Farc, en línea con el uribismo y sobre todo con el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, de quien es cercano y a quien ha elogiado hasta el punto de ser acusado de intervenir en política.
“El gobernador está jugando a quedar bien con todo el mundo”
Luis Pérez ha dejado claro en sus consejos de gobierno que no va a tomar posición a favor de ningún candidato y le dijo a su sobrino que debía buscarse los votos por su cuenta, según le dijo a La Silla un candidato a Senado que acompañó a Luis Pérez en el 2015.
Pero el simple hecho de ser su sobrino le da ventajas a Nicolás para llegar al Senado, especialmente en la lista uribista, donde por el arrastre del expresidente Uribe probablemente se necesiten 20 o 25 mil votos para ser elegido, en lugar de los 40 o 45 mil de otras listas.
La duda es si para eso Nicolás le quitará votos a políticos que aspiran al Senado y que en 2015 apoyaron a Luis, o si se los arañará a otros uribistas. En cualquiera de los dos casos, no se los disputaría al fajardismo, que es el único grupo al que no le ha dado juego como Gobernador.
“El Gobernador quiere quedar bien con todo el mundo, menos con Fajardo”, le dijo a La Silla Paisa uno de los políticos que lo apoyaron para llegar a la Gobernación, que tiene una amistad con él.
Esa fuente, que no quiso que la mencionáramos para ahorrarse peleas, está indispuesta con el mandatario porque la candidatura de sus sobrino le monta competencia.
“En el 2015 nos puso a pelear a todos contra el candidato de Uribe (Andrés Guerra), y contra el de Fajardo (Federico Restrepo) y ahora nos pone a competir con su sobrino”, dijo.
Ya había inquietado a varios de sus aliados que en su gabinete haya incluído cuotas uribistas como Mauricio Tobón, el director del Instituto de Desarrollo de Antioquia, que fue candidato a la Cámara por el Centro Democrático y venía de ser el gerente de campaña a la Alcaldía de Juan Carlos Vélez; o la actual Secretaria de Planeación, Ofelia Elcy Velásquez, de la cuerda del diputado uribista Jorge Honorio Arroyave y quien fue secretaria de Medio Ambiente en la gobernación de Luis Alfredo Ramos.
Eso significaba menos puestos para los grupos políticos que se la jugaron por él, que tienen cuotas milimétricamente repartidas.
Dos fuentes nos dijeron por aparte que como a Pérez le faltan 20 meses de gobierno y tiene el poder de la chequera del departamento, es muy probable que los alcaldes y concejales apoyen a su sobrino para congraciarse con él.
La lógica es que al demostrarle que respaldan a su familiar seguramente les hará creer que pueden tener beneficios en sus municipios en los dos años de gestión que les queda. De hecho el candidato a la Cámara uribista César Eugenio Martínez, que no está con Nicolás, le dijo a La Paisa que “Él va a dar una sorpresa, vas a ver”.
No coinciden con esa visión dos candidatos a Senado que apoyaron de frente a Pérez, Germán Hoyos de La U y el vargasllerista Guillermo Palacio, exgerente de la empresa de Vivienda de Antioquia nombrado por Pérez. Los dos nos dijeron por aparte que no se sienten amenazados por Nicolás porque está en todo su derecho de ser candidato y porque están concentrados en su campaña y no se fijan en las de los demás.
En todo caso Nicolás parece estar haciendo eco de su apellido: su publicidad es similar a la que usó su tío hace dos años y medio para salir elegido.
Esa coincidencia puede ayudarle a Nicolás a sonar familiar a los cientos de miles de antioqueños que votaron por Luis, aunque él le dijo a La Silla que no se había dado cuenta de la similitud y que la franja roja la usan otros uribistas, como César Eugenio Martínez.
En todo caso, tiene capital más allá de su apellido.
Un ‘pollo’ con maquinaria
Nicolás es un administrador de negocios de 39 años dueño de una empresa exportadora de aguacate y de otra que procesa y vende lechuga. Es un novato que del mundo privado cayó directamente en la política.
Le dijo a La Silla que es un “multiplicador” de las ideas de su tío, quien dice que ha buscado el voto de opinión en sus campañas, en las que, nos contó, ha estado como voluntario desde el día uno.
“Empecé cargando los avisos y luego trabajé en logística, en comunicación con las comunidades”, dijo. “Muchos de los que me ayudan hoy cargaban avisos conmigo en las primeras campañas, y hay varios líderes del departamento que están conmigo, y espero que estén conmigo”.
Nicolás explica que pidió el aval del uribismo porque siempre se ha identificado con él por la defensa de la libre empresa, la bandera con la que quiere ganarse el voto de opinión como promotor del emprendimiento. Lo hace, explica, a través de estrategias en redes sociales y con amigos empresarios de otras regiones como Bogotá, Caldas y Atlántico, porque tiene su campaña concentrada en Antioquia, donde están sus dos únicas fórmulas.
Una de ellas es el representante Oscar Darío Pérez, un exconservador ramista que fue cabeza de lista a la Cámara en la tierra de Uribe hace cuatro años y lo es ahora también; y Jhon Jairo Bermúdez, que tiene el respaldo del excandidato a la Alcaldía de Bello con 53 mil votos en 2015, Óscar Andrés Pérez.
Oscar Darío estuvo al lado de Juan Gómez y de Álvaro Uribe en sus gobernaciones, fue diputado dos veces, senador y ahora espera repetir curul en la Cámara con los apoyos que ha cosechado en más de 20 años de vida pública. En el 2011 fue asesor de la campaña por firmas a la Alcaldía de Medellín de Luis Pérez.
Él y Nicolás han recorrido 80 municipios de Antioquia, le dijo a La Silla Óscar Darío. “Mi fórmula en esencia es Nicolás porque tenemos similitudes en la forma de hacer campaña basada en la opinión”, afirmó.
A Nicolás también lo está acompañando por los lados (pues no son fórmula) un viejo amigo de la Universidad, Esteban Quintero, que es hijo y heredero del exalcalde de Rionegro y excongresista Rubén Darío Quintero, condenado por parapolítica, y primo del actual alcalde de ese municipio, Andrés Julián Rendón.
Además, Nicolás tiene el respaldo de tres de los siete diputados uribistas -Jorge Honorio Arroyave, José Luis Noreña y Ana Ligia Mora, que suman 40 mil votos-, y de la concejal de Medellín Nataly Vélez, de la cuerda del cuestionado exconcejal y excandidato a la Cámara liberal con 17 mil votos, Hernán Gómez.
Con esos apoyos de políticos de trayectoria y la bandera de ser el sobrino del gobernador, el poco conocido Nicolás Pérez puede ser una sorpresa mayúscula. Sobre todo porque su tío es muy cercano a Germán Vargas Lleras y en la dura campaña de 2014 estuvo en el bando opuesto al uribismo, como gerente de campaña de Juan Manuel Santos en Antioquia.
Por eso, su posible elección sería un cambio en el tablero político antioqueño porque nunca ha habido un grupo político de los Pérez y ahora nacería uno, y porque con él el gobernador se acerca al grupo político más poderoso de Antioquia, el uribista.
Al final, que uno de los senadores uribistas sea el sobrino del gobernador santista que derrotó a Uribe en su tierra en 2015 no es cosa menor. Y demostraría que el apellido Pérez ya tiene un peso en sí mismo, un peso que no es claro si en mayo va a estar con Vargas o si la candidatura de Nicolás es prueba del nuevo uribismo de Luis, que ya se ha rumorado.