Cinco conclusiones de la primera vuelta en Norte

Silla Santandereana

Además de consolidarse como el bastión uribista, este departamento dio varias sorpresas electorales.

Más allá de la victoria de Iván Duque, quien ganó con una arrolladora mayoría en la región, Norte de Santander se convirtió en el departamento de las sorpresas electorales. No solo redujo la abstención en 234 mil votos con respecto a la primera vuelta de 2014, si no que con los resultados empezó a mostrar una transformación en el tablero electoral, manejado tradicionalmente por maquinarias.

Estas son las cinco conclusiones de la primera vuelta.

 

1

Se consagró como el bastión del uribismo

Con 377 mil de los 626 mil votos que fueron depositados en los 40 municipios de Norte de Santander por Iván Duque, el uribismo reclamó a ese departamento como su bastión.

No solo porque el resultado le dio al Centro Democrático para triplicar a Sergio Fajardo, quien con 102 mil votos cerró de segundo en la carrera regional, sino porque con ese resultado Norte de Santander se convirtió en el departamento donde más apoyo recibió.

Mientras que en Antioquia y Huila (ambos fortines del uribismo) Duque cerró en las urnas con el 53 por ciento de los votos, en esta región sumó el 61 por ciento de respaldo a su aspiración.

Con esta ya es la segunda vez consecutiva que el uribismo arrasa en Norte de Santander.

Como contó La Silla, este fue el quinto departamento del país en donde más se votó la consulta de la derecha (333.097 votos) el 11 de marzo, y en el que Duque le sacó más ventaja porcentual a Gustavo Petro (el 55 por ciento de los votos fueron depositados por el candidato uribista) en esa elección.

Aunque parte del éxito del uribismo se explica en que Norte es un departamento de tradición conservadora y por ejemplo, hace cuatro años Óscar Iván Zuluaga ganó en primera vuelta con el 31 por ciento de los votos, para esta campaña contó con dos elementos que le metieron turbo en la región.

El primero tiene que ver con el fantasma del ‘castrochavismo’ idea que en la campaña del plebiscito tuvo peso, que contribuyó a la aplastante victoria del No (ganó con 282 mil votos sobre el Sí que obtuvo 159 mil), y que tuvo un empujón adicional debido a que ésta, por ser zona de frontera, tiene el espejo de la crisis venezolana de frente y está sufriendo los embates de la migración masiva hacia Colombia.

El segundo está relacionado con que el uribismo, a diferencia de las demás elecciones, en esta campaña decidió meterle plata al día electoral y, como contamos en la crónica en vivo de la jornada, le pagó transporte y refrigerios a votantes, y repartió propaganda al por mayor en todos los puestos de votación que visitamos.

Al uribismo le faltaron 35 mil votos para alcanzar la meta de 412 mil que tenía en Norte, ahora en las tres semanas que restan deberá empezar a buscar la manera de crecer porque ayer mostró toda la fortaleza que tenía en el departamento.

De entrada el Centro Democrático tiene a su favor que Petro genera resistencia en Norte.

 
2

Las maquinarias andaron, pero sin aceite y averiadas

Germán Vargas Lleras logró aglutinar a buena parte de la clase política de Norte de Santander.

Además de los electos congresistas de Cambio Radical y al senador de La U Manuel Guillermo Mora, tenía dentro de su baraja de apoyos al condenado exalcalde de Cúcuta Ramiro Suárez (manda desde la cárcel en esa ciudad) y al gobernador de Norte, William Villamizar, cada uno con sus respectivos congresistas.

Los dos eran los principales engranes de la máquina con la que quería sumar votos ayer, y aunque en la previa le funcionaron (le llenaron plazas presionando a funcionarios y contratistas) y ayer arrancaron como estaba previsto, al final se quedaron varadas.

Las fallas fueron de fondo y la estructural estuvo relacionada con que no las aceitaron.

Si bien, durante toda la crónica en vivo relatamos que hubo camisetas, transporte y refrigerios para los votantes, así como propaganda durante toda la jornada, como la plata solo se fue en logística, en palabras de un líder de Cúcuta, “no hubo manera de asegurar el voto”.

“Sí muy bonito todo esto de los pasteles y las aguas, pero y ¿qué? Esto solo sirve para hacer presencia. Esto no pone votos”, nos explicó ese líder que trabajó porque en la Alcaldía de Cúcuta lo buscaron.

A diferencia de las legislativas del 11 de marzo, cuando las campañas compraron votos pagando a miles de pregoneros a $50 mil el día, en esta ocasión no hubo plata para eso.

Dos fuentes nos contaron por aparte que de los $1.000 millones que esperaban que les girara la campaña de Vargas, al final llegó mucho menos: $200 millones para el grupo de la Alcaldía, otros $200 para el del senador electo y exgobernador Édgar Díaz, y un tanto menos para el grupo de Villamizar (porque por ser Gobernador tenía más plata y capacidad de mover votos).

Además, un político que lo sabe de primera mano nos dijo que la plata que se esperaba que pusieran los locales tampoco llegó y el apoyo fue más en personal para el día electoral.

En el lado del condenado Ramiro Suárez hubo un factor adicional que le jugó en contra a Vargas Lleras y que tiene que ver con que las relaciones con todos sus líderes están deterioradas debido a las promesas incumplidas de trabajo.

Eso ha sido especialmente determinante para Suárez porque ha ido perdiendo terreno entre sus bases y con ello credibilidad sobre el verdadero poder electoral que tiene en Cúcuta, tanto que en las legislativas solo ganó con una de sus apuestas: el representante electo de Cambio, Jairo Cristo.

"La gente no le está copiando. Le dejaron de creer y vino a apoyar a un candidato que no le gustaba a nadie. Eso es luchar contra la corriente”, dijo a La Silla un político que conoce cómo se mueve el grupo de Ramiro por dentro.

Como la expectativa era que solo el grupo de Ramiro Suárez (incluye a la Alcaldía y a Jairo Cristo), moviera 80 mil votos por Vargas Lleras en Cúcuta, la derrota del candidato, que solo alcanzó 38 mil votos (cinco veces menos que Duque con 192 mil votos y 19 mil menos que Sergio Fajardo), le da otro golpe de gracia electoral al condenado exalcalde.

Sobre todo porque en esta campaña quedó aún más expuesto que las anteriores, y además de que finalmente lo grabaron presionando profesores vía Skype, y lo denunciaron por constreñimiento al elector. La Silla comprobó que sí movió y presionó gente ayer para dar resultados en las urnas.

En el lado de Villamizar también hubo fallas desde dentro de su estructura.

Aunque nosotros encontramos a su hermano Jhon Villamizar estaba coordinando una avanzada en el puesto de votación del Seminario, la impresión en la campaña de Vargas fue que el Gobernador no estuvo 100 por ciento jugado con esa aspiración e incluso dos políticos nos dijeron que “estaba mitadeado” con Duque.

De eso no tuvimos pruebas durante el día electoral, pero lo que sí encontramos fue que toda la gente que desplegó no fue tan activa como en la campaña legislativa, en la que en todo caso -al igual que Ramiro Suárez- salió golpeado porque se quedó corto con los votos que prometió y se le quemó el senador de La U, Manuel Guillermo Mora, uno de sus aliados.

Al final Vargas Lleras solo logró en provincia 25 mil votos, cuando la expectativa era que al menos alcanzara otros 80 mil en la región y para eso tenía al representante de La U, Wilmer Carrillo, y al excontralor Silvano Serrano, quien gerenció la campaña de Vargas en el departamento en representación del Gobernador.

Eso sin contar, que quedó en veremos el respaldo que del senador electo y exgobernador, Édgar Díaz, así como el del representante conservador, Ciro Rodríguez, quien en Ocaña, su fuerte electoral, no le puso sino 2.900 votos a Vargas.

 
3

Se despertó la opinión

Aunque Sergio Fajardo se quedó por fuera de la segunda vuelta, en Norte de Santander dio la sorpresa, quedó de segundo y fue el palo electoral de la jornada.

En un departamento que está en crisis económica y social por el cierre de la frontera y que por esa razón normalmente vota a cambio de lo que le ofrecen las maquinarias, ayer el candidato del Polo, los verdes y Compromiso Ciudadano, alcanzó 102 mil votos sin avanzadas, refrigerios, transporte, ni plata de por medio.

Los resultados fueron sorpresivos hasta para los mismos líderes de la campaña, quienes como contó La Silla, tenían la meta de alcanzar 50 mil votos, precisamente debido a las condiciones políticas del departamento.

Fajardo alcanzó el 87 por ciento de sus votos entre Cúcuta (le puso 57 mil), el área metropolitana (alcanzó 14 mil) y Ocaña y Pamplona (puso más de 17 mil).

En todos quedó como la segunda votación, e incluso en Pamplona, que es un municipio de tradición conservadora, tuvo una diferencia con Duque de solo 12 por ciento y fue en el que más le acortó camino al uribismo.

Con este resultado, Fajardo rompió la teoría de que en Norte no había voto de opinión y por primera vez contra todos los pronósticos, le ganó a los grupos de poder tradicionales y de paso se impuso a la fuerza de Gustavo Petro, quien finalmente no despegó en la frontera en la primera vuelta.

Con estos resultados, la alianza de la Coalición Colombia toma aire para las locales de 2019.

Dependerá de su capacidad de definir liderazgos, la posibilidad de mantener despierta y aglutinada la base de 100 mil votantes (suficientes para poner diputados, concejales y disputarse una Alcaldía) para pelear por espacios de poder en el departamento.

 
4

Petro la tiene complicada para crecer más allá del Catatumbo

Aunque en Norte de Santander, Gustavo Petro solo alcanzó 58 mil votos y quedó en el cuarto lugar de la contienda, ganó en 4 de los 40 municipios del departamento.

Su victoria estuvo en el Tarra, en Teorama, San Calixto y Hacarí, cuatro de los municipios más convulsionados del Catatumbo.

Allí Petro arrasó con respecto a Duque, en una jornada que estuvo marcada por tensiones debido a los enfrentamientos del ELN, con el EPL y la reaparición de la disidencia de las Farc.

Por ejemplo, en San Calixto la diferencia en la proporción de los votos entre Petro y Duque fue 17 a 1, y en el Tarra fue de 7 a 1, además Petro se peleó el segundo lugar en otros cuatro municipios del Catatumbo (Tibú, El Carmen, Convención y la Playa).

Sin embargo, tuvo problemas para crecer.

Por ejemplo, en los seis municipios del Catatumbo en los que perdió, cedió terreno en tres debido a que en Tibú, El Carmen y Convención ganó el Sí en el plebiscito en 2016 y eso fue algo que no capitalizó.

Además en Ábrego y Sardinata quedó de tercero y cuarto, respectivamente, y con una distancia muy grande respecto a Duque.

Ahora, cuando sale del Catatumbo, la candidatura de Petro tiene un panorama poco alentador.

La primera razón tiene que ver con este departamento, como contamos en el primer punto de esta historia, es un bastión del uribismo, algo que ha hecho que aquí tegan más aceptación la tesis del Centro Democrático de que Petro es la encarnación del fantasma del ‘castrochavismo’.

A ese fantasma le hace eco el hecho de que él aún no ha sentado una posición contundente contra el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, algo que en la frontera pega más duro porque a diferencia del resto del país que lo ve en televisión, en Norte de Santander la crisis se vive en carne propia.

La segunda razón obedece a que no logró conquistar el grueso del voto de opinión en Norte, por lo que su crecida es incierta, sobre todo si se tiene en cuenta que ese respaldo no es endosable, y aún en el eventual escenario de que Fajardo decidiera apoyarlo no habría certeza de que los votos le sumarían en terreno.

 
5

La tumba de De la Calle, le abre camino a la resurrección de Cristo

La derrota de Humberto De la Calle era esperada, pero la poca votación que obtuvo le abrió de par en par el camino al exministro del Interior nortesantandereano Juan Fernando Cristo para pedir la cabeza de César Gaviria en el liberalismo.

Esta mañana, habló en Caracol Radio y dijo que el Partido Liberal estaba en una “profunda crisis”, y que tomaron “decisiones muy equivocadas” especialmente en la designación de Gaviria.

Además, lo acusó de “atravesarse como mula muerta” ante la posibilidad de la alianza con Sergio Fajardo, aunque no se metió de frente en la petición de la renuncia a Gaviria de quien dijo debería tomar una “decisión interna”.

Esta semana habrá reuniones para que el partido se defina de cara a la segunda vuelta, dado que ahora está entre la idea de los extremos de Petro y de Duque y la posibilidad de dejar a sus militantes en libertad.

Y con el peor escenario, porque como De la Calle no pasó el umbral le toca devolver la plata de reposición de votos y eso tendría que asumirlo el partido.

Por lo que, la movida de Gaviria de mantener a De la Calle neutralizado y con eso haber llevado al partido a su peor votación de la historia, le dio munición a Cristo, quien está buscando cómo resucitar tras su salida del Ministerio del Interior y la fallida búsqueda de la candidatura presidencial.

Eso aunque Cristo ayudó en la derrota de De la Calle y salvo algunos trinos y declaraciones públicas, el apoyo no existió.

Por ejemplo, ayer durante toda la jornada no vimos a nadie de su grupo que se moviera para ponerle votos al candidato, como suele suceder en campaña, y Petro cerró con solo 6.108 votos en la tierra del exministro liberal.

 
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