El cacao en la carrera uribista por el Senado en Santander

Silla Santandereana

Carlos Alberto Gómez Gómez

Carlos Alberto Gómez, un ingeniero que hizo parte de los empresarios con los que llegó a gobernar Rodolfo Hernández, ahora busca un cupo en el Congreso. Ya hizo sus primeras movidas como candidato.

Esta semana finalmente se conoció la lista de precandidatos al Congreso del Centro Democrático para 2018.

 

Aunque en Santander la mayoría de nombres ya se habían anunciado, para el caso de los aspirantes al Senado hubo uno que tomó por sorpresa hasta a algunos sectores del uribismo local.

Carlos Alberto Gómez, un cacao de Santander que en los dos últimos años fue particularmente visible en la ciudad debido a que hizo parte de la comitiva de empresarios con la que Rodolfo Hernández llegó a gobernar Bucaramanga, entró en la puja por el cupo privilegiado que anunció Uribe para Santander en esa lista.

Su salto a la arena electoral fue llamativo porque además de que esta es la primera vez que se mete directamente en política, su precandidatura fue leída por un sector del uribismo local como la cuota de los cacaos -incluido el alcalde Hernández- en la puja.

Sobre lo segundo, no es claro que efectivamente Gómez sea el candidato de ese sector, pero lo que sí es un hecho es que es cercano a la clase empresarial más poderosa de la región, y por ejemplo, además de acompañar a Hernández, ha sido parte de juntas directivas como la de Vanguardia Liberal.

Eso, sumado a que también guarda una relación cercana con el uribismo, según una fuente de adentro del partido, pesó no solo para que entrara a la lista de precandidatos sino para que la invitación llegara directamente de las directivas nacionales.

Gómez es un cacao cuya carrera ha sido visible en la región porque se ha movido dentro del sector empresarial público-privado.

Es un ingeniero eléctrico especialista en Alta Gerencia y Sistemas de distribución de energía, que aunque hasta inicios del milenio tuvo su actividad en el sector privado, llegó a dirigir la extinta estatal Ecogas en 2002.

Gómez le dijo a La Silla que fue designado en ese cargo sin hacer lobby, y que lo llamaron porque tenían referencias de su carrera.

"Es desde ahí que conozco al Presidente Uribe", explicó.

Su paso por Ecogas, según reportes de prensa de la época, fue exitoso. Logró que a 4 años de su llegada la empresa aumentara sus ingresos en 134 mil millones de pesos, y la consolidó como la líder en el transporte de gas en el país.

A Gómez le cuestionan que estando en sus manos fue que se vendió esa empresa a la Empresa de Energía de Bogotá (que es de mayoría pública), cuando era dueña 3.662 kilómetros de gasoductos y en momentos en los que el negocio iba en crecimiento, pero la decisión no estuvo en sus manos.

La venta hizo parte del paquete de empresas estatales que sacó al mercado Álvaro Uribe en su gobierno para capitalizarse.

En 2009, luego de haber regresado al sector privado, nuevamente Gómez volvió a sonar.

Esta vez lo llamaron a gerenciar la Electrificadora de Santander, ESSA, que para ese momento había sido recién adquirida por el grupo EPM (le compró al Ministerio de Hacienda toda su participación accionaria -83%-).

En esa transacción,el 10 por ciento de las acciones compradas por EPM fueron para Santander, por lo que el departamento aumentó su participación en la empresa y sumó el 22 por ciento .

En su paso por la Electrificadora lo que más le reconocen a Gómez fue que la despolitizó luego de que desde su creación hubiera sido manejada como uno de los fortines de los poderosos de turno en Santander.

Aunque Gómez se define como un uribista pura sangre, en un sector del Centro Democrático local la sensación es que él es el menos uribista de los que quieren el cupo al Senado.

"Él no ha estado en todo el proceso de organización del partido, no salió a marchar por el No, tampoco hizo campaña con el No al plebiscito como para que se quede con ese cupo", le dijo a La Silla un directivo que pidió la reserva de su nombre.

Aún así, ya se puso la camiseta de candidato y la  semana pasada hizo su primera movida.

En una carta dirigida al Alcalde de Bucaramanga renunció a su participación en la junta directiva del Acueducto Metropolitano y, de paso, sentó su posición sobre el debate de la minería en la vecindad del páramo de Santurbán.

Carta de Carlos Alberto Gomez a Rodolfo Hernández by lasillavacia on Scribd

En el texto, Gómez le dice a Hernández que aplaude su administración y el éxito de la marcha que promovió, pero que se aparta de su cargo porque siente que el Acueducto debería entrar a mirar técnicamente los impactos del proyecto de Minesa antes de tomar partido.

Con eso mató dos pájaros de un solo tiro porque, además de que se acercó ideológicamente a la posición del uribismo sobre ese debate (el Centro Democrático ha dicho que prefiere la minería sostenible, que es la bandera de Minesa), también salió del gobierno de Hernández sin necesidad de tocar su condición de candidato.

Ya en la carrera por el cupo en el Senado, Gómez también deberá renunciar a su nombramiento en la junta de la Emab y tendrá que pelearse la nominación, entre otros, con Severiano Cala, Johana Chaves (quien viene de ser representante del Centro Democrático y está buscando la nominación nacional de la iglesia cristiana Misión Carismática), Quintín Herrera (un médico que lleva varios meses haciendo lobby para ser el ungido) y Jaime Clavijo, quien representa a una parte del sector ganadero.

En el directorio local están emitiendo sus recomendaciones, pero como la última palabra la tiene Uribe, en el Centro Democrático dicen que cualquier cosa puede pasar.

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