La Silla analizó lo que dijeron los dos candidatos presidenciales en su visita a esa subregión de Norte de Santander.
Lo que mostraron los discursos de Duque y Vargas Lleras en el Catatumbo
Iván Duque en Tibú y Germán Vargas Lleras en Ocaña.
Esta semana los dos candidatos de la derecha - Iván Duque y Germán Vargas Lleras- llegaron hasta el Catatumbo para decir lo que harían por ese territorio en caso de llegar a la Presidencia.
Que hayan ido hasta allá a pescar votos -Duque entró hasta Tibú, y Vargas Lleras llegó hasta Ocaña-, cuando ninguno de los demás candidatos lo ha hecho, es muy diciente porque los dos son críticos del Acuerdo de La Habana y en esa región ganó el Sí al plebiscito.
Además, porque por sus características -es la segunda región con más coca sembrada en el país (25 mil hectáreas, según el Sistema de Monitoreo de Cultivos Ilícitos, Simci), tiene presencia del ELN, el EPL y se está armando una disidencia de las Farc-, era el territorio ideal para que mostraran cuál sería su talante para manejar zonas de conflicto en caso de ganar las elecciones.
La Silla analizó y comparó sus discursos.
Lo que tuvieron en común
Aunque, como contó La Silla, en las últimas semanas Germán Vargas Lleras dio un giro en U, se volvió a acercar a las banderas de Santos y empezó a suavizar su discurso contra el Acuerdo de La Habana, en Ocaña y en el área metropolitana de Cúcuta le tiró varias puyas al Presidente.
Además de que cuestionó el avance de grupos armados en el control del Catatumbo y el aumento de los cultivos de coca, también habló de los retrasos en obras de infraestructura vial -que son su fuerte y su principal carta de presentación- y dijo que desde hace un año (desde que él salió del Gobierno) varios proyectos están estancados.
Iván Duque, por su parte, se enfocó en los procesos de paz de Santos con las Farc y el ELN. “Cómo es eso de un Gobierno que dice que está dizque mediando.. no señor, aquí los vamos a someter a la ley.
Ambos también coincidieron en el diagnóstico que hicieron del Catatumbo.
Los dos hablaron de que esa región ha sido históricamente abandonada por el Estado, que debe tener inversión social, de que es uno de los centros de operación del narcotráfico, y de que está cooptada por grupos ilegales.
En este sentido, uno de los ejes de los dos discursos estuvo el despliegue de fuerzas armadas para contener el avance del ELN y el EPL.
“(a los grupos les digo que) aprovechen estos tres meses que les quedan, porque a partir del 7 de agosto vamos a enfrentarlos como nunca imaginaron”, dijo Vargas.
Duque aseguró: “Mi primer consejo de seguridad lo haré en Tibú… necesitamos un Estado que se pare con firmeza... que no se doblega ante el acecho de ninguna fuerza criminal… vendremos a devolverle a la región la seguridad”.
Ambos también hablaron de que la inversión en infraestructura vial es clave para que la cadena económica legal se active en la región, aunque cada uno hizo énfasis en proyectos diferentes.
Mientras que Vargas habló de la terminación de la vía Ocaña - Gamarra, que terminó metida en el escándalo de corrupción de Odebrecht y está abandonada, en la vía Cúcuta - Ocaña y en la recuperación del aeropuerto de Ocaña; Duque se enfocó en la vía Cúcuta - Tibú - Tarra - Convención - la Mata.
Duque y Vargas también tienen en común la forma en la que ven el rol de Venezuela en la frontera.
Los dos amenazaron al Presidente de ese país Nicolás Maduro.
“Les quiero decir a ustedes que esta semana cuando estuve en un foro por La Libertad en el Supercontinente dije que si ustedes me brindan el honor de ser su Presidente, como Presidente volveré a denunciar ese régimen (el de Maduro) y buscaré el apoyo internacional porque no podemos permitir que nuestro país hermano sucumba ante el oprobio de los dictadores”, dijo Duque.
Vargas aseguró: “(la política de) Maduro es promover este éxodo. Al próximo Presidente le va tocar lidiar con este gravísimo problema: mayor control a las fronteras… no vamos a tolerar más la violación de la soberanía nacional por parte de la guardia venezolana. Que queden bien notificados de lo que les estoy diciendo, no mas hacernos los de la vista gorda”.
Incluso los dos asustaron con la figura de Gustavo Petro aprovechando el fantasma del ‘castrochavismo’.
Duque no se refirió directamente a Petro: “Hay algunos que quieren replicar el ascenso al poder que tuvieron los promotores del socialismo del siglo XXI en Venezuela. Ellos llegaron como mansas ovejitas con un discurso que denominaban humanista, pero lo que había detrás era una fiera, un lobo feroz”.
En cambio Vargas lo nombró directamente: “Colombia no puede seguir el ejemplo de Venezuela, a eso nos veríamos abocados de llegar el doctor Gustavo Petro”.
Lo que los diferenció
Entre los discursos de Duque y Vargas hubo una diferencia sustancial en el enfoque.
El candidato uribista además de hablar de la intervención militar que impulsaría, enlazó su discurso a la inversión social.
“Vamos a garantizar la presencia de la fuerza pública pero óigase muy bien vamos a trabajar de la mano con la región… Por eso mi compromiso es que aquí no solamente llegue la seguridad, sino que llegue también el proyecto productivo en los sectores que generan empleo de calidad para la comunidad”, dijo en Tibú.
En ese discurso planteó que impulsará el desarrollo de los cultivos de palma, de cacao, de caucho y de cítricos, también habló de acabar los créditos ‘gota a gota’ y de devolverles la vida crediticia a los sembradores y la creación de un microseguro para que tengan cómo solventar imprevistos en las cosechas.
Además planteó inversión en distritos de riego, aumento en las coberturas de servicios públicos y en educación, en la construcción de placas huellas para vías terciarias, en proyectos de mejoras de vivienda y de la creación de cadenas de comercialización de productos.
En cambio Vargas se enfocó en hablar de la expansión militar del ELN, de la rearmada de la disidencia del Frente 33 de las Farc (aunque no está formalmente reconocido), de cifras de muertes por el paro armado (habló de 100 pero ninguna entidad da un reporte similar) y de la guardia de frontera que crearía.
“(al ELN) ocupar zonas que antes antes estaban en manos de las farc, apropiarse del negocio del narcotráfico y de la minería ilegal, conmigo la cosa es a otro precio, y lo mismo le digo al frente 33 de las Farc que se desmovilizó pero nuevamente se rearmó”, dijo en una de sus intervenciones.
Además, en todos los discursos que dio recordó que su estrategia estará en proteger la frontera.
“Como Presidente me propongo crear al interior de las fuerzas armadas nacionales la guardia fronteriza, pero la gente que delinque en el Catatumbo no va a encontrar más refugio en ese país… mayores controles porque o sino este problema nos va a desbordar”.
A quién le hablaron
Duque y Vargas Lleras escogieron interlocutores diferentes en sus intervenciones.
Duque enfocó gran parte de su intervención en los habitantes del Catatumbo, y específicamente de Tibú (el municipio que visitó). Cada vez que pudo los nombró, y aterrizó todas sus propuestas en la región.
En cambio Vargas Lleras, en todos sus discursos escogió de interlocutor principalmente al Gobierno de Santos y a los grupos armados.
Por ejemplo, cuando habló de la fortalecida del ELN, del EPL y de la disidencia del 33 le envió el mensaje “al Ministro de Defensa y a los comandantes Fuerzas Militares para que le presten atención a este problema”.
También aseguró en otro discurso: “mi llamado al Gobierno Nacional para que no permita que esta nueva disidencia se fortalezca en el Catatumbo colombiano”.
Incluso, cuando habló de los atrasos en obras viales le envió el mensaje al director de la ANI y al Ministro de Infraestructura para que le pusieran presión a los contratistas.
En lo que coincidieron Vargas y Duque fue en hablarle directamente a los grupos armados y a Nicolás Maduro, cuando tuvieron oportunidad. A los primeros les dijeron que los combatirían, y al segundo que no serían tolerantes con él.
Lo que ignoraron
Ni Duque ni Vargas Lleras hicieron referencia al futuro de la implementación de los acuerdos de paz en esa región, algo que era clave en el Catatumbo porque en esa región ganó el Sí al plebiscito, y ya están andando -aunque accidentadamente- algunos puntos del Acuerdo de La Habana.
Por ejemplo, Duque no explicó qué va a hacer en esa región tras los cambios estructurales que piensa hacerle al Acuerdo; y Vargas Lleras, quien empezó a cambiar su discurso sobre el Acuerdo, no dijo qué haría para que despegara la implementación.
Como lo contó La Silla, en Tibú y Sardinata (los dos municipios del Catatumbo con más coca) ya hay algunos acuerdos para sustituir la mata, pero debido a las demoras en la intervención y puesta en marcha de nuevos cultivos muchos están considerando la posibilidad de volver a sembrar coca para sostenerse.
La relación con el movimiento social fue el otro punto clave que tanto Vargas como Duque ignoraron del Catatumbo.
Ninguno puso sobre la mesa el papel de las organizaciones campesinas y sociales de la región (como Ascamcat, el Cisca, el Mcp o Asojuntas) que en los últimos años han tenido mayor visibilidad y que son el primer eslabón de la política en la región.
Por ejemplo, desde el paro agrario de 2013, la Asociación Campesina del Catatumbo, Ascamcat, está sentada con el Gobierno en una mesa haciéndole seguimiento a los acuerdos de inversión que levantaron ese paro y que en buena parte se han incumplido.
Esa misma organización también está en el proceso de creación de la zona de reserva campesina en el Catatumbo, que ya declararon de hecho desde 2014.
Además, en medio del programa de sustitución de cultivos ilícitos, esa organización junto a la Coccam son dos de las que están en puja con las comunidades por ser el canal entre la inversión nacional y la materialización en la región.
En el lado del Cisca, las peticiones son las mismas. Ellos también tienen acuerdos de inversión que no se han cumplido y que están reclamando.
Lo que omitieron
Tanto Duque como Vargas decidieron omitir en sus discursos la estrategia de erradicación forzosa que tienen en sus planes de gobierno y decidieron no mencionar que tienen planes de retomar las aspersiones aéreas.
Esto es clave, porque si hay algo que ha unido a todos los campesinos de la región es su oposición a que les quiten las matas de coca a la fuerza, debido a que si previamente no hay inversión ellos se quedarían sin con qué sostenerse.
La estrategia que implemente el nuevo gobierno para acabar con las 25 mil hectáreas de coca es determinante, porque cualquier acción puede detonar un paro como el que en 2013 sitió al Catatumbo durante 53 días, estuvo a punto de generar una emergencia humanitaria en la región, y desabasteció a buena parte del país.
La impronta de la campaña
Además del tema de seguridad, Duque hizo énfasis en potenciar la agroindustria en la región y reforzó su bandera de revitalizar el campo de la mano del sector privado, algo que, como ha contado La Silla, lo tiene como el candidato de la mayoría de los cacaos regionales.
Habló de que su fórmula para generar empleo formal entre los campesinos de la región es “con ese matrimonio del pequeño productor con la agroindustria”.
Por su parte, Vargas Lleras, se enfocó en su experiencia y en su imagen de ejecutor para decir que es el que debe ocupar la Presidencia.
“Colombia necesita un presidente con experiencia con liderazgo, conocedor del terreno, conocedor de los departamentos, de todos los municipios”, dijo en Cúcuta.