El perdón de las Farc que aún no llega a la tierra del No

Silla Sur

Aunque las Farc han estado buscando a sus víctimas en el Huila para pedirles perdón, todo indica que los actos públicos se están embolatando. 

Las Farc han estado buscando a sus víctimas en el Huila para pedirles perdón por medio de la Iglesia Católica, alcaldes locales y líderes sindicales. Pero todo parece indicar que ese perdón está embolatado porque la exguerrilla no quiere ser la única en bajar la cabeza.

Para el ahora partido, el perdón que ellos pidan debe sumarse al de la Fuerza Pública y el de los paramilitares, bajo el argumento de que todos pusieron muertos en la guerra. Pero lograr que por lo menos el Ejército se pare de igual a igual en una tarima con ellos es bastante improbable.

A eso se suma que algunas de las víctimas de aquí quieren que sean los autores materiales de las tomas y de los secuestros los que vengan a poner la cara y no otros a nombre de ellos. Pero dentro de las Farc piensan distinto.

El perdón embolatado

Se supone que el gran evento con las víctimas del Huila (desde las de la toma del edificio Miraflores y las de Algeciras, hasta las viudas de los concejales de Rivera) se haría entre agosto y septiembre. Pero no se ha hecho ni parece que se hará pronto.

 

Del lado de la Alcaldía, dicen que hay toda la disposición, pero que las Farc no se han comprometido hasta ahora con una fecha.

Según Jorge Eduardo Géchem, director de la Oficina de Paz y Derechos Humanos e hijo del también exsecuestrado senador Géchem, que es la encargada de cuadrar estos eventos, las Farc están dispuestas a ir pero con una condición: que ellos, los paras y la Fuerza Pública firmen un “pacto del nunca más” en el que todos se comprometan a reconciliarse.

“Lo que nos tiene retrasados es que las Farc no han puesto fecha”, dijo a La Silla Sur Géchem. “La condición que yo sí les he puesto es que mínimo tiene que venir alguien del secretariado y no cualquier raso a pedir perdón, porque las víctimas podrían tomar eso como una burla”, agregó.

Más allá de si se concreta o no, hay varios problemas más que tienen embolatado ese perdón.

Los problemas

Para las Farc lo que hicieron no tiene autores individuales porque desde su lógica colectiva, todos los secuestros, las pescas milagrosas o las masacres las pensó la organización en su conjunto y no el que montó el operativo y lo hizo.

“Eso es algo que no entiende la gente pero que hace parte de nuestra lógica colectiva. Nada aquí se hace a nombre propio o sin haberse planeado en conjunto. No es el camarada Paisa el que hizo tal o tal cosa. Son las Farc y pedimos perdón a nombre de la organización, no es un perdón personal”, dijo a La Silla Federico Montes, el responsable político de la zona veredal de La Montañita.

Pero según supimos por dos fuentes (una de las Farc y otra de una organización social de Caquetá), la razón por la que no viene a Neiva es porque las Farc temen que lo maten.

Sea cual sea la razón real, esa lógica de que el perdón lo pueden pedir otros ya la han mostrado en otros lados.

Por ejemplo en Bojayá, donde hace ya quince años el frente 58 de las Farc al mando de Jhover Man Sánchez, alias ‘El Manteco’, le lanzó el cilindro bomba a la Iglesia de este municipio del Chocó, partiendo su historia en dos, fue una comisión de las Farc liderada por Pastor Alape a pedir perdón.

Lo mismo pasó con los diputados del Valle. Como lo contó La Silla Pacífico, al encuentro privado en Cali fueron ‘Pablo Catatumbo’, ‘Pastor Alape’ y ‘Victoria Sandino’ del lado de las Farc y los familiares o representantes de los once diputados asesinados en 2002.

Aunque en esos dos casos las víctimas se sintieron satisfechas así no fueran los autores materiales, para algunas de las del Huila eso sí ha tenido un mayor peso para que no sientan un perdón sincero.

“Si quieren pedirles perdón a las víctimas de Miraflores tendría que hacerlo ‘El Paisa, que fue el autor intelectual y material de la toma y que fue el que me sacó a mi, a mi mamá y a mi hermano de mi apartamento”, nos dijo el representante conservador Jaime Felipe Lozada, hijo de la también exsecuestrada Gloria Polanco.

A eso se suma que hay otras que creen que falta un largo trecho para aceptar un perdón como el que ya aceptaron las víctimas de Bojayá o las de Granada, Antioquia.

“Aquí nadie de las Farc se nos ha acercado oficialmente a decirnos que quieren pedir perdón y en todo caso creemos que ese perdón no puede ser solamente un acto protocolario, para la foto y ya, sin haber primero superado el duelo”, dijo a La Silla Sur  Leandro Perdomo, director de la ‘Corporación Continuar’, que es la que crearon las nueve familias de los concejales.

Perdomo pidió a la Defensoría del Pueblo del Huila que primero les den alguna asesoría para superar el duelo y que después si pueden ver si están dispuestos a aceptar ese perdón o no.

Además, hay víctimas que se ha sentido plantadas por la exguerrilla.

Como también lo contamos  en La Sur, en el municipio de Acevedo, un pueblo que las Farc se tomaron dos veces, pusieron un caballo bomba y mataron a un alcalde, las víctimas se quedaron esperando hace un mes a una delegación de la guerrilla.

Aunque las Farc le avisaron con tiempo a la alcaldesa Luzdey Artunduaga y a los concejales que organizaron el evento que no iban a poder ir porque se cruzaba con la fundación de su partido en Bogotá, entre las víctimas de Acevedo quedó la sensación de que les incumplieron.

Y a todo esto se suma que las Farc mismas reconocen que mientras en otras regiones llevan moviéndose hace meses para concretar los encuentros, en el sur no.

“Con lo de Bojayá, lo de Antioquia de hace poquito o lo de los diputados veníamos moviéndonos hace mucho. Acá no. Aquí arrancamos el trabajo hace muy poco y eso hace que todo sea más lento”, dijo a La Silla Sur Luis Alberto Albán, alias ‘Marcos Calarcá’, un vocero de las Farc que estuvo la semana pasada en Neiva hablando del partido político.

Un partido para el que éstas pedidas de perdón son un primer paso no sólo simbólico, sino también político porque entre sus planes está que el sur del país se vuelva uno de sus fortines electorales. Pero al ser el Huila un departamento donde el No ganó con el 60 por ciento de votos, falta todavía para que ese perdón llegue.

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