Pienso que es un error histórico el de Iván Márquez y el grupo minoritario con el que dio las declaraciones esta mañana. Aunque ya venían marginados de la implementación, eso no justifica su renuncia a compartir los términos que se habían planteado en los Acuerdos. Márques renuncia, además, habiendo sido un jefe negociador y habiendo estado los otros comandantes presentes en la décima conferencia donde se comprometieron con el cumplimiento de lo pactado, en todos su términos.
Lo grave de lo que pasó hoy es la decisión de volver a la lucha armada, porque ha sido un acuerdo muy concienzudamente logrado por las Farc y fue producto de las propuestas y aspiraciones políticas de ellos mismos.
Decir que es una traición es un equívoco: hay parte de los acuerdos que están adelantados en muchos términos. Por ejemplo, el de Justicia Transicional, el de voluntades políticas, etc.
Tampoco son argumentos válidos el que haya cosas que no se hayan aplicado. Si bien no fue aprobada la Reforma Política, está en litigio el tema de las circunscripciones especiales, entre otras cosas, nada justifica el paso a la ilegalidad ni a la lucha armada. Ya hay una lucha democrática de las bancadas y de la movilización que se está dando. Lo que está al orden del día es la movilización ciudadana y los espacios democráticos de la legítima protesta.
Además, es falso decir que hay un incumplimiento en términos generales. A pesar de sus tardanzas la implementación va andando y muchas cosas llevan a decir que la reintegración está teniendo buenos desarrollos.
En el largo plazo, este grupo no tiene futuro como proyecto insurgente. Es la hora de esforzarse para que se apliquen las reformas y llamar al ELN a que se disponga a una negociación de paz. Llamar al Gobierno para que agote sus posibilidades, como lo hizo la Iglesia en días pasados.
Como pasó con el con EPL y el M-19, sucede que queden fracciones luego de un proceso de paz, que en todo caso son bastantes pequeñas. Los registros escasamente superarían los 1.000 excombatientes cifra que no llegan ni al 10 por ciento. La experiencia es que estos grupos derivan en delincuencia común, a redes de narcotráfico, etc.
Algunas pretenderán actuar como pequeñas guerrillas y es muy difícil que logren un marco unificado, incluso Iván Márquez no tiene una comandancia real en los últimos años. Es más factible la hipótesis que estos grupos se desintegren con el pasar de los años, que afecten, pero en delincuencia común asociados a un discurso insurgente.
Es inevitable el paso hacia la paz. No hay futuro para la guerra en Colombia. Fue un gran error histórico, vuelvo a decir. La salida estaba en la valentía que ha tenido la mayoría de las Farc con los líderes políticos, los congresistas, quienes en las regiones están haciendo uso de los espacios democráticos y construyendo paz: proyectos ambientales, proyectos políticos, proyectos sostenibles, avanzando en protagonismo político. Esa es la salida correcta y es necesario recalcar que es la gran mayoría la que está trabajando en este tipo de cosas.