Obligar a la gente a votar en Colombia podría aumentar el clientelismo.
Obligar a la gente a votar en Colombia podría aumentar el clientelismo.
Por: Oskar Nupia
Históricamente, el abstencionismo político en Colombia ha sido (muy) alto comparado con otros países del mundo (Algunos datos aquí). La mayoría de las veces, la participación política ha estado por debajo del 50% y la impresión general es que va empeorando. El tema de participación política ha sido ampliamente estudiado desde diferentes perspectivas y en diferentes partes del mundo pero aún es poco lo que se ha podido aprender al respecto.
En Colombia existen diferentes incentivos económicos para motivar a la gente a votar (Ley 403 de 1997): medio día de descanso, descuento del 10% en algunos trámites, reducción de tiempo en el servicio militar obligatorio, descuento del 10% en la matrícula de universidades públicas, entre otros. Aun así, la participación es baja. Con una informalidad tan alta el medio día de descanso poco efecto tiene sobre la participación. Además, si los más educados son los que votan, no se esperaría mucho efecto en el tema del descuento en la universidad. Los incentivos económicos, si se insiste en ellos, deberían dirigirse a la población que usualmente no vota y tratando de tener en cuenta nuestra alta tasa de informalidad.
Ante esta situación, no falta el político que sugiere (sin nombres) que el voto en Colombia debería ser obligatorio. A mí esto me suena a que ellos, los políticos, quieren legitimar su trabajo a punta de leyes, cosa que considero totalmente descabellada. Es como si yo obligara a mis estudiantes a escribirle a mi jefe lo mucho que me quieren y lo necesario que soy (lo cual no es cierto). Independientemente de esto, el voto obligatorio puede resultar muy peligroso. En un país clientelista, aumentar la oferta de votantes (obligando a la gente a votar) haría que el precio de un voto caiga. Si hoy pagan entre 50 y 100 mil pesos por voto, eso haría que el precio cayera si mucho a 5 mil (alguna evidencia de este efecto en el caso peruano aquí). Claro, también tendrían que comprar más votos, igual el gasto se les dispara. En cualquier caso, lo más seguro es que el clientelismo aumente y que las propuestas políticas que tanto extrañamos sean cada vez menos.