OPINIÓN

Alvaro Uribe ya tiene jefe de imagen en su campaña

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Sorprende que un Presidente como Santos, nacido y criado en el medio de comunicación más importante del país -a partir del cual creció personal y políticamente, manejando estrategias de comunicación para amasar  poder-; termine desfigurado, precisamente, en el equivocado manejo comunicacional durante su gestión de gobierno.

Sorprende que un Presidente como Santos, nacido y criado en el medio de comunicación más importante del país -a partir del cual creció personal y políticamente, manejando estrategias de comunicación para amasar  poder-; termine desfigurado, precisamente,  en el equivocado manejo comunicacional durante su gestión de gobierno.

Santos ha actuado como jugador acostumbrado a las partidas de póker que se llevan a cabo en clubes sociales,  rodeado de un puñado de amigos con quienes ha manejado el país desde la frivolidad del centralismo bogotano.

No han entendido que nuestra sociedad ya no es la misma, gracias –en parte - a la democratización de la información y a la apertura de la otrora soñada libertad de opinión, que hoy es menos retórica gracias al internet, las redes sociales y la interconexión digital.

El avance tecnológico es inversamente proporcional a la injerencia de los grandes medios de comunicación y sus contenidos editoriales menos importantes para la opinión pública.

Tal vez por eso, a cada movida tradicional realizada por lo que se ha considerado el establecimiento, Uribe responde con un trino y descuaderna al gobierno.

De nada sirven los acuerdos, como aquel mediante el cual El Tiempo desvinculó a José Obdulio Gaviria de sus páginas de opinión tan rápido como antes lo había reclutado y elevado a las altas esferas editoriales cuando era el Rasputín del gobierno Uribe.

Tampoco fueron suficientes las movidas para dejar sin micrófono o disminuir el universo de oyentes de la derecha uribista representada en la radio por Pacho Santos o Fernando Londoño, a quienes sus respectivas cadenas se apresuraron a contratar en medio de la efervescencia de una segunda reelección pero que afanosamente despidieron y minimizaron cuando el nuevo gobierno empezó a sentir ataques desde esos micrófonos.

A estas movidas Uribe responde con un par de trinos y los canales que el gobierno suponía cerrados, resultan no ser el mundo en el que Uribe se conecta con la opinión porque él les habla directamente a través de las redes o de una emisora local o cargando el megáfono a Peñalosa. A partir de cada trino, de cada gesto, de cada palabra, Uribe le hace la agenda a los medios sin importar que sus adeptos sean silenciados.

Nada han aprendido en la casa de Nariño y la estrategia comunicacional sigue siendo la misma. Fueron cayendo uno a uno todos los canales que habían sido tomados por el uribismo durante su reinado: En cablenoticias dieron de baja al ventilador, a la barbería y todo lo que olía a uribismo; en el periódico El Mundo, cancelaron su mas importante y quizá única marca de recordación nacional, la columna de Juan Paz. El periódico El Colombiano hizo sensibles cambios en sus directivas.

Sin embargo, Uribe sigue trinando y el gobierno perdiendo el favor popular. Una encuesta realizada arrojó que si hoy se enfrentasen hipotéticamente en las urnas Uribe y Santos, el ex presidente arrasaría.

El mundo ideal de Santos, aquel en que los grandes medios son la formula para manejar la opinión pública se acabó y Uribe es la prueba de ello.

El ex se quedó sin canales pero sigue siendo un fenómeno político: es el jefe de la oposición, es quien le hace la agenda al gobierno y a los medios, sigue marcando en las encuestas como cuando era presidente y el llamado efecto teflón no se le agota aun fuera del poder.

Ejemplo de ello es que, pese a que el Presidente Santos enfáticamente ordenó instalar los diálogos de paz en medio del conflicto y el País así lo había aceptado y hasta pedido, bastaron los trinos del ex presidente Uribe sobre las acciones terroristas de la guerrilla de las FARC para que el gobierno se descuadernara, cambiara la agenda, variara el discurso del diálogo en medio de la guerra y amenazara en medio de las negociaciones en La Habana, incluso con levantarlas.

Vimos entonces en los medios de comunicación a Humberto De la Calle salir apresuradamente en una posición totalmente contraria a la que había sido la oficial desde octubre pasado cuando se instaló la mesa de paz rompiendo el protocolo de silencio y vociferando en contra de las acciones de la guerrilla, dejando atrás la máxima según la cual, nada de lo que ocurriese en el conflicto en Colombia se llevaría a los diálogos de La Habana.

En lo político pasa lo mismo, Uribe deja filtrar que encabezará una lista para tener al menos treinta y cinco senadores y de inmediato el gobierno asustado sale a buscar fórmulas impensables: Que si sacar a Vargas LLeras para que lo enfrente, que si mejor reformar la Constitución para volver a las circunscripciones departamentales, que si lanzar una lista liberal encabezada por Horacio Serpa y otros patricios que deberían estar pensando en retirarse de las batallas que Alvaro Uribe siempre les ha ganado en las urnas. Al final, Uribe podría terminar sin lanzarse pero nuevamente le ha hecho la agenda al gobierno y a la opinión.

Tampoco le va bien a Santos cuando se baja a la arena de Uribe.  Después de meses y meses de repetir el mantra de no pelear con él, el Presidente Santos decidió cambiar de estrategia y salir a responder los trinos. Pasó de la pasividad al ataque, empezó aludiendo a su contendor como ¨rufián de barrio¨, respondió en los mismos términos del expresidente y el resultado siguió siendo el mismo, mes tras mes las encuestas de favorabilidad juegan en su contra. 

Así las cosas, Uribe no necesita asesor de imagen, Santos lo mantiene vigente y creciendo.

Nota: Hablando de improvisación en el sector de las comunicaciones, desde hace mas de  seis meses el gobierno no designa a su miembro representante en la junta de la Autoridad Nacional de Televisión. Hasta la semana pasada, el Ministro Diego Molano presentaba en reuniones formales a Katy Osorio como la nueva miembro de esa junta, ella incluso estuvo en asuntos oficiales en esa entidad. Ayer se supo que el gobierno ya no designará a Katy Osorio y se empiezan a barajar nuevos candidatos. Cuánto tiempo mas habrá interinidad en una corporación en la que se deben decidir asuntos de gran importancia como el tercer canal y la digitalización de la tv?

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