Selección comentada de imágenes del álbum del grupo “Córdoba con Santos” en Facebook.
Córdoba con Santos, ¿Santos con Córdoba?
Selección comentada de imágenes del álbum del grupo “Córdoba con Santos” en Facebook.
1. No coma Mockus
Si la frase “Prefiero el parkinson de Mockus que la gonorrea de Santos” corre picarona en el voz a voz antioficialista, el aleccionador “No coma Mockus” también se difunde de frente a frente nacional, es tan pegajoso como un moco, tan infeccioso como una venérea. La fórmula de higiene mental es paradójica: infantiliza al que propaga la frase pero le da ínfulas maduras de urbanismo y decoro. Tal vez por ese prurito de evolución es que a algún diseñador adolescente se le ocurrió ilustrar la frase con un mico tan peludo como Mockus y además le añadió el otro brazo al “chimpancé” (o al “Gansta chimp”, como se llama la imagen original de Matt Cioffi). El animal además de cargar una pistola en su mano izquierda ahora sostiene un flácido girasol en su mano derecha. El icono desconcierta, ¿por qué el diseñador de la U no reemplazó el arma con la flor marchita? Era más fácil borrar el arma e insertar el girasol que clonar todo un brazo nuevo, además, ¿Mockus armado? Tal vez el diletante del photoshop le dejó el arma al animal porque para quienes gozan del matoneo electoral el símbolo del girasol es demasiado afeminado, una maricada más del “profe” Mockus; al ojo belicoso no le bastan las artistadas, necesita de la pistola para enfrentar al otro: “¡sea varón!”, le grita, y luego lo arma. Armar al enemigo es hacerlo entrar en el juego de la hombría, “el animal ese estaba armado”, dice un macho, y así justifica el falso positivo. Para el partidario de la U que hizo el montaje la pistola es el “sexapil” de la imagen, el viagra para el desanimado girasol.
2. La chica santa
Una recua de muchachas querendonas y proletas es expuesta en una tarima ambulante, la imagen del candidato Santos da la impresión de estar tanteándolas por la retaguardia para “seguir avanzando”.
3. Concesiones
Un local de venta de autos sirve de punto de reunión para la campaña del Partido de la U: la gleba que asiste se nota algo desganada, tal vez todavía no se ha hablado de plata o la paga no compra el entusiasmo, a fin de cuentas la asistencia a la reunión es parte del rebusque, algo es algo. Es el mismo rebusque del dueño del concesionario de Toyota que prestó la sede, el favor le será devuelto a mayor escala: en algún lugar tienen que comprarse las Narco-Toyotas de los políticos.
4. Trancón de alta gama
La caravana del Partido de la U, con sus camionetas del alta gama, tranca la estrecha vía entre Lorica y Sahagún: ser de a pie es impensable, bajarse de la camioneta imposible, “retroceder no es una opción ”.
5. Los jinetes de Sahagún
Juan Manuel Santos posa en una tarima haciendo un trío con dos noveles jinetes de la política cordobesa, Musa Besaile y Bernardo Elías lo coronan por lado y lado. Los dos hombres son de Sahagún, un pueblo cuna de políticos donde es chiste decir “que el primer regalo que reciben los niños sahagunenses en su bautizo es una copia del reglamento interno del Congreso”. La abundante prole de políticos resulta un irónico contraste con las carencias del pueblo: “no hay centros comerciales, ni grandes almacenes de cadena, ni grandes empresas, ni sedes universitarias. Tampoco salas de cine, cuerpo de bomberos, centros de recreación y en sus calles ni siquiera se ven limosneros, para algunos señal inequívoca de abundancia.” La familia Besaile es dueña de ganado y de plantas arroceras en la región. Besaile tiene un proceso preliminar en la Corte Suprema que lo investiga por manejos irregulares de la salud en Córdoba; además, al recién elegido senador, le acaban de abrir otra investigación por un pacto electoral con las Autodefensas Campesinas de Córdoba en el 2001. Alias “Visaje”, alias “Cantinflas” y Salvatore Mancusso, el máximo jefe paramilitar, aseguran que el político asistió y se benefició del acuerdo. En cuanto al ‘Ñoño’Elías, este joven político ha sabido usufructuar lo que dejó Zulema Jattin, una mujer caída en desgracia. El “ñoño” es hermano de Paola Elías, novia a veces de otro “ñoño”: Jerónimo Uribe, hijo menor del presidente Alvaro Uribe Vélez, propietario de ubérrimas tierras en la región. Es diciente la manera en que los políticos están cogidos de la mano para levantar los brazos: mientras que Besaile le agarra con firmeza la muñeca a Santos, Santos le agarra los deditos al “ñoño”; pareciera que uno de los políticos de Córdoba no quiere soltar la presa, o que Santos no está cómodo de cogerle la mano, mientras que el otro político cordobés, tierno en esta lid, es agarrado con ternura por el político de la capital de la nación. A pesar de estos compromisos Santos ha dicho, por supuesto, en otras tarimas y en otro departamento, que en su gobierno “la lucha contra la corrupción tiene que ser tan contundente como la lucha contra la guerrilla, el narcotráfico o los paramilitares, que son los ‘cuatro jinetes del apocalipsis’ que han asolado a Colombia”.
6. Trofeos
Algunos opositores del uribismo dicen, medio en serio, medio en broma, que la única ventaja de un gobierno de Juan Manuel Santos es que si este jugador consumado de poker ve que judicializar a Alvaro Uribe Vélez le da réditos en el juego político no dudará en hacerlo. Es más, como proemio a esa hipótesis voluntariosa, se puede decir que Santos ya le hizo un falso positivo al presidente Uribe: usó una imitación de su voz para hacer una cuña radial donde hizo creer a los oyentes que el mandatario apoya su candidatura. Sin embargo, Santos es un santo: miente con la verdad y con “picardía” sabe siempre como romperle el cuello a la ley con tal de ganarse el trofeo. Si es el caso, los políticos Besaile y Elías podrían terminar expuestos como trofeos en una futura campaña santista contra la corrupción, ni en Sahagun los echarían de menos, en Córdoba esto ya ha pasado, pregúntele a Zulema Jattin o a los jéfes paramilitares extraditados o a Ivan Moreno, el hermano de Samuel Moreno, que aprovecha estas purgas para hacer campaña en este lejano pueblo. Volviendo a la imagen, el policía y la cabeza de res disecada pueden ser un oráculo ominoso del lugar que les espera a estos dos noveles jinetes de la política cordobesa, por supuesto, de darse esas pesquisas, todo se hará luego de las elecciones, primero están los votos. Esta lección se la enseñó Uribe a Santos: alguna vez el presidente le ordenó a sus congresistas vinculados con la parapolítica que no debían irse a la cárcel sin antes votar a favor de la reelección.
7. El poder como afrodisíaco
Si Gloria Zea, ya otoñal, sucumbió a los encantos de Julio Cesar Turbay en sus épocas palaciegas, no menos podía esperarse de la hermosa Lorena Torralvo en pleno carameleo con el bello Rodrigo Rivera. Ella, representante por el Partido Liberal a la Cámara de Representantes, posa feliz junto al director político de la campaña de Juan Manuel Santos Presidente.
8. Como sea, pa’ las que sea
Dos detalles de la tarima donde Juan Manuel Santos orquesta su concierto político: uno, no había en toda Córdoba tela de color naranja y ha tocado “transfugar” en rojo el toldo del lema de la campaña. Dos, el encuentro parece patrocinado por la Fábrica de Licores de Antioquia y su Aguardiente Antioqueño (“Como sea, pa’ las que sea”, es su eslogan comercial). Seguramente, al otro día del ágape, el candidato Santos tuvo una fuerte resaca por mezclar todo tipo de tragos políticos, sus ojitos hinchados son evidencia de esa juma parapartidista (la platica del bótox se perdió). Sin embargo, el partido de la U tiene un hígado fuerte y puede soportar todo tipo de cócteles, sabajones y guarapos, basta ver el pintoresco logo que identifica a esa colectividad política para darse cuenta que el degradé de rojo, amarillo y verde es un ponche de coloraturas donde se puede verter todo tipo de menjurjes.
9. El poder del padre
En un centro de acopio de ganaderos, un padre y su hijo se dejan poner, por unas pispas muchachas, las manillas que los identifican como cruzados santistas. El poder del padre se proyecta sobre el hijo: el hijo se ve en el espejo del padre. El pasado devora al presente, es una ley atávica: tradición, familia y propiedad.
10. Los santos inocentes
Una pequeña muchedumbre de mujeres, hombres y niños, posan para la foto en medio de una vía destapada, exhiben ante la cámara su mejor sonrisa. Atrás, el paisaje rural está oculto por las pinceladas verbales del paisaje político: “En Córdoba somos uribistas” y “Para seguir avanzando, Santos Presidente”. Basta ver al niño descamisado que posa con el letrero, o a las mujeres descalzas (una se tapa la cara con Santos), o al joven que va en bicicleta por la vía destapada, para preguntarse: ¿si esta gente vive así de esmirriada luego de más de ocho años de “seguir avanzando” cómo era que vivían antes del gobierno de Uribe?, ¿empelota?, ¿en cavernas? Resalta en la foto un hombre con zapatos, jean y camisa polo naranja, de tez más clara que los otros, no sonríe ni se junta con nadie, tal vez solo está de paso, o es de “mejor familia”, o forma parte de esa campaña política que se deja ver por estos sitios antes de las elecciones y con desden paternalista regala cosas: un voto-pago y un tamal dominguero, además de papel, camisetas, cachuchas y lona plástica con la imagen del candidato (que después será muy útil para cubrir el techo de los ranchos).