Elsa Gladys Cifuentes y Jairo Clopatofsky son dos excelentes parlamentarios. Serios, dedicados, bien intencionados, correctos en el ejercicio de la política, transparentes y además dignos de ocupar la responsabilidad que el pueblo colombiano ha depositado en ellos.
Como parte de su gestión han presentado un proyecto de ley que suena muy bien y se ve muy bien. Se trata del PL 54-09 Senado “Por la cual se garantiza el derecho fundamental a la vida mediante la incorporación del concepto de Bienestar Animal en Colombia y se dictan otras disposiciones”.
El título llama la atención porque se entiende que el proyecto de ley busca desarrollar un derecho constitucional, el derecho a la vida humana, a través de la incorporación del concepto de bienestar animal a la legislación colombiana, el cual entran a definir en detalle, incluyendo el mandato legal de asegurar que los animales no “sufran miedo ni angustia” y que en vez de ser sacrificados reciban una “eutanasia humanitaria cuando corresponda”.
A pesar de estas pequeñas inconsistencias (cómo asegurar burocráticamente que un siervo no le tenga miedo a un jaguar desafía mi imaginación, para no decir nada de la eutanasia, la cual siempre es humanitaria porque se aplica solo a los humanos) el proyecto parece juicioso.
Yo conozco bien como se hacen los proyectos de ley y sé que ni el senador Clopatofsky ni la senadora Elsa Gladys se sentaron a redactar el proyecto palabra por palabra por qué para eso tienen unidades legislativas y que gente que los apoya.
El, o los, que lo redactaron hicieron un trabajo extenso. La exposición de motivos cuenta con 54 páginas en típico formato de ONG ambientalista, incluyendo 90 pies de página en donde se citan docenas y docenas de estudios, la mayoría in inglés. Son cosas para iniciados, como por ejemplo, Prevalencia de la Salmonella y E. coli y su resistencia a agentes microbiales en comunidades agrícolas en Tailandia del Norte (les juro que no me estoy inventando esto).
Al final nos brindan una detallada relación de un informe del 2002 del Ministerio del Medio Ambiente donde nos dicen que en el TV Circo de Bebe hay un león con alopecia y que la leona del Circo Mágico Tayde tenía gingivitis; porque eso es lo otro, el proyecto de ley busca prohibir a rajatabla los animales en los circos sin explicar que tiene que ver esta prohibición con garantizar el derecho fundamental a la vida de los humanos.
Pero bueno, no hay ningún proyecto perfecto y si quieren que los circos sean solo de saltimbanquis homosexuales allá ellos.
El problema está en otro lado. En ninguna de las 54 páginas de la exposición de motivos, junto con sus 90 pies de página y menos en los 15 artículos del proyecto dicen lo más importante: que la ley ya existe.
Es el Estatuto Nacional de Protección de los Animales (Ley 84 de 1989) que es una ley bastante sólida desde el punto de vista técnico y muy completa en su alcance. ¿No será mejor aplicar una ley aprobada hace 20 años antes de inventarnos una nueva?