El desangre de Venezuela

Se supone que Colombia es el país problema de Latinoamérica. En algún momento, hace unos años, las noticias internacionales describían nuestra situación como “una guerra civil” y se movilizaron a Bogotá legiones de periodistas, centenares de funcionarios de la burocracia internacional y toda clase de ONG’s de derechos humanos, de desplazados, de resolución de conflictos y de cuanta cosa uno de pudiera imaginar.

Por eso me llamó mucho la atención una oscura noticia de fin año. Según nos informan la ciudad de Caracas acabó 2009 siendo la tercera ciudad más violenta del mundo, con más de 14.000 homicidios durante el año. Esto es una proporción de aproximadamente 100 muertes por cada 100.000 habitantes, más de 11 veces la tasa mundial la cual ronda los 9 asesinatos por cada 100.000 habitantes.

Con gran curiosidad me puse en la tarea de averiguar cuál había sido entonces la tasa de homicidios a nivel nacional, es decir en todo Venezuela. Aparentemente, por que las cifras oficiales sobre este problema no existen o son secretas, todo parece indicar que se cometieron entre 19.000 y 20.000 homicidios en la República Bolivariana durante 2009, según lo informa el investigador Roberto Briceño León.

Es una cifra impresionante sobre todo cuando uno se entera que la tasa en 1997, antes del ascenso del Teniente Coronel Chávez, era de 19 homicidios por 100.000 habitantes y que ahora 12 años después es casi el tripe.

Lo que es todavía más llamativo es que el número de homicidios cometidos en toda Colombia durante el año pasado, unos 15.817 según la Policía Nacional, sea solamente un 12% superior a los cometidos solamente en el área metropolitana de Caracas y sí la cifra incluye a todo el país se cometieron un 20% más homicidios en Venezuela que en la muy violenta Colombia.

Esto en números absolutos. En números relativos las cifras comparativas son realmente espeluznantes: el año pasado en Colombia se cometieron 32 homicidios por cada 100.000 habitantes mientras que en Venezuela se cometieron 56 por cada 100.000 habitantes.

En pocas palabras en la República Bolivariana de Venezuela, vanguardia del Socialismo del Siglo XXI, matan casi el doble de personas que las que matan en toda Colombia. Repito, casi el doble que en Colombia, un país azolado por dos guerrillas brutales, por carteles de la droga, por bandas emergentes y por una delincuencia común perenne.

¿No deberían entonces los “Colombianos y colombianas por la Paz”, admiradores del milagro bolivariano, prestarle sus buenos oficios al Teniente Coronel para que pare el desangre que está viviendo el vecino país? ¿No debería la ONU enviar de inmediato a Jan Egeland o a James Lemoyne para que busquen una salida negociada al conflicto social que vive Venezuela? ¿O por lo menos enviar urgentemente un relator especial de derechos humanos? ¿Y lo europeos qué? Ya era para que hubieran creado una comisión accidental del Parlamento Europeo para que estudie la crisis humanitaria de Venezuela.

Es lo mínimo que se debería hacer, pero obviamente no ocurrirá porque este tipo de cosas supuestamente no ocurren en los paraísos socialistas.