El gobierno de Uribe visto dentro de 40 años

Álvaro Uribe Vélez. Político y estadista colombiano nacido en Medellín, Antioquia, quien ejerció la presidencia de la República de Colombia entre 2002 y 2010.

Precedido por la Segunda Patria Boba (1998-2002), el período presidencial de Uribe enfrentó en sus comienzos una severa crisis económica y de seguridad derivada de las improvisaciones y desaciertos del gobierno anterior, el cual intercambio con las FARC 42,000 kilómetros cuadrados de territorio nacional por un reloj y una foto.

Con decisión Uribe recuperó el territorio cedido y emprendió una fuerte persecución de las guerrillas, implementando lo que llamó la  “política de seguridad democrática”. Aunque un evidente éxito para los contemporáneos, recientes estudios historiográficos sugieren que el fin de la zona de despeje acabó con la epidemia de diabetes, colesterol alto y gota que hacía estragos entre los comandantes de la organización y al someterlos una dieta vegetariana de raíces y telarañas no solamente les prolongó la vida sino que se extendió innecesariamente el conflicto[1].

De todas formas la desmovilización de las FARC solo fue posible después de la trágica muerte del presidente venezolano Hugo Rafael Chávez Frías, acontecida en 2015 durante una maratónica sesión televisiva de 67 horas. Hasta la fecha no se han podido establecer las razones por las cuales se le desprendió sorpresivamente la lengua causándole una aparatosa asfixia que fue presenciada en vivo por millones de televidentes.

El pacto de paz de La Uribe, celebrado en 2017, es sin embargo, directamente atribuible al fortalecimiento de la Fuerza Pública durante el también llamado “uribato”. Para entonces, cuando Alfonso Cano ordenó su propio fusilamiento al sospechar que él mismo podía ser un infiltrado del ejército, el Secretariado se encontraba prácticamente disuelto[2].  Las negociaciones de paz se centraron en el número de gallinas y cerdos que debían ser restituidos por el bombardeo de Marquetalia y en la compleja desmovilización de los comandantes de frente con sus respectivas señoras, mozas, amantes, novias y concubinas, las cuales en muchos casos se contaban por docenas.

En materia económica el gobierno Uribe presentó importantes avances. Se negociaron TLCs con Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá, además de numerosos otros países, aunque por razones políticas solo entraron en vigencia los tratados suscritos con Vanuatu, Surinam y Honduras[3].

También cabe destacar la visionaria gestión del ministro Andrés Uriel Gallego, quien adelante de su tiempo, limitó severamente el desarrollo de infraestructura contribuyendo de esta forma a la conservación del medio ambiente. El ministro Gallego también trabajó de cerca con el entonces alcalde Samuel Moreno en la construcción del canal de movilidad fluvial que hoy atraviesa a Bogotá y que se desarrolló como creativa solución a las obras inconclusas del metro y a la precaria situación financiera de la ciudad[4].

La política social de Uribe siempre se consideró un talón de Aquiles de su gobierno. En materia de desempleo las cifras siempre rondaron los dos dígitos, situación que además se vio agravada por cuenta del éxito de la seguridad democrática, la cual marchito el estudio de la violentología, importante aporte de Colombia a las ciencias sociales universales y fuente de empleo de cientos de miles de jóvenes profesionales[5].

Por otra parte en las postrimerías del gobierno Uribe se adelantó una profunda reforma al sistema de salud que definió a la aguaepanela con limón como único medicamento autorizado por el POS, lo cual significo importantes ahorros fiscales y una disminución sustancial de los pacientes con enfermedades crónicas o de alto riesgo.

Tras el fracaso del referendo reeleccionista en febrero de 2010, el ministro Fabio Valencia Cossio presentó varias propuestas para asegurar la continuidad del mandato, entre ellas la implementación de un sistema parlamentario, la creación de una monarquía constitucional y la adopción del Jebtsundamba Khutuktu, un oscuro ritual de la tribu Evenki de Mongolia que sirve para escoger a los gobernantes por sus habilidades ecuestres, pero ninguna tuvo gran acogida entre la opinión pública.  

En su calidad de ex presidente, Álvaro Uribe Vélez se retiro a su finca El Ubérrimo a criar becerros finos y caballos de paso, incursionado esporádicamente en la actividad política como concejal de Sahagún y edil de Montería. Sus hijos Tomás y Jerónimo, destacados empresarios de propiedad raíz, son actualmente los propietarios del departamento de Sucre.

[1]Gómez, Camilo: Whisky, chicas y chunchullo: Nuestra estrategia para derrotar a las FARC, Bogotá, Editorial Norma, 2029.

[2] No es claro que pasó con los demás miembros del Secretariado. Se sabe que Iván Márquez se casó con Piedad Córdoba y después de fugarse con la plata de las FARC en las islas Caimán se establecieron en Nueva York. El Mono Jojoy se desmovilizó en 2012 y poco tiempo después murió cuando inauguraba un balneario con olas artificiales en Villavicencio. Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, fue senador por el Partido de la U durante varios períodos y Joaquín Gómez se dedicó a dar clases de ruso en el INPAHU. Pablo Catatumbo incursionó brevemente en política electoral destacándose como alcalde de Roldanillo, en su natal Valle del Cauca. De Mauricio Jaramillo, “el Medico” solo se conoce la demanda que instauró en su contra el otro Mauricio Jaramillo, el senador liberal del Tolima, por suplantación de nombre en un controvertido negocio de venta de ganado.

[3] La enmienda Robertson-Huxley condicionó la entrada en vigencia del TLC con Colombia a que se certificara anualmente que la expectativa de vida de los sindicalistas colombianos fuera superior a la de las mujeres japonesas, lo cual no fue posible sino hasta 2038.

[4] Para 2019 cada hombre, mujer y niño de la ciudad de Bogotá le debía a la banca internacional US$ 124,456,  situación que fue solucionada por el senador Iván Moreno, quien a través de sus buenos oficios gestiono la venta a un grupo de inversionistas chinos de las localidades de Chapinero, Suba y Santafé, las cuales forman parte hoy día del área metropolitana de Guangzhou.

[5] El DANE estima que entre 2012 y 2017 se perdieron cerca 357,000 empleos directos en ONG’s de derechos humanos, agencias de cooperación internacional, centros de pensamiento y talleres de formación popular dedicados al estudio del fenómeno de la violencia. Indirectamente el éxito de la seguridad democrática sumió en una profunda crisis al cine y a las artes plásticas nacionales, las cuales se quedaron sin eje temático. Sobre esto ver: Valencia, León: La tragedia de la paz y como regresar a la guerra, Bogotá, Editorial CER, 2022.