OPINIÓN

El show mediático

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Trescientos cuarenta y siete días, veintiún horas, veinticinco minutos y veintiún segundos, transcurrieron desde que las FARC anunciaron al país la entrega unilateral del hoy sargento Moncayo hasta que en efecto lo hicieron.  Mejor dicho un año.

 

Trescientos cuarenta y siete días, veintiún horas, veinticinco minutos y veintiún segundos, transcurrieron desde que las FARC anunciaron al país la entrega unilateral del hoy sargento Moncayo hasta que en efecto lo hicieron.  Mejor dicho un año.

 

¿Por qué se demoraron tanto si se trataba de una liberación unilateral humanitaria? Lo han podido soltar en cualquier parte enviando las coordenadas por e mail a la Cruz Roja y los hubieran recogido, como han recogido en numerosas ocasiones a secuestrados liberados.

 

Pero no, se demoraron un año. ¿Por qué?

 

Porque para las FARC la liberación humanitaria era lo de menos. Primero, se enconaron con el gobierno en una puja sobre el alcance de las liberaciones, cuando el gobierno, como es apenas lógico, les pidió que liberaran a Moncayo y de seguidas a todos los secuestrados sin contraprestación. Esto no les pareció y se echaron para atrás en la oferta unilateral hasta que el gobierno, este sí en un acto humanitario, aceptó finalmente recibir solo a Moncayo y a Calvo, para lo cual ya habían transcurrido no sé cuantos meses. Luego, se enredó todo cuando rechazaron a Brasil, el garante obvio y probado, y propusieron a Argentina y a Suecia. ¿Argentina y Suecia? ¿Cómo diablos van a mandar a mandar unos helicópteros desde Suecia – o para esos efectos desde Argentina- a que recojan a unos soldados secuestrados en las selvas inhóspitas de Colombia?

 

Finalmente, accedieron a aceptar a Brasil y para ese entonces ya estábamos en el año nuevo y en medio de un proceso electoral. ¿Será que ese era el objetivo? ¿Liberarlos en medio del proceso electoral? No me cabe la menor duda, aunque resultaba un poco burdo hacerlo antes del 14 de marzo cuando por lo menos cuatro de las “Colombianas y Colombianos por la Paz”, Piedad Córdoba, Moncayo papá, Iván Cepeda y Gloria Inés Cuartas eran candidatos al Congreso arropados en las banderas del acuerdo humanitario.

 

Pero bueno, el proceso electoral sigue y las liberaciones fueron ahora. ¿Fueron humanitarias? No, por supuesto. Sí hubieran sido humanitarias si a Moncayo y a Calvo, como ya dije, los hubieran soltado a la vera de la carretera para que alguien los recogiera, como han liberado las FARC a cientos de secuestrados.

 

Fueron liberaciones políticas que se convirtieron en lo que nunca han debido ser: un show mediático. Si no cómo explican que Piedad Córdoba nos haya dado updates vía Twitter, ampliamente reproducidos en todos los medios. No los critico están en su derecho, pero no me vengan a decir que no fue un show mediático.

 

Y lo de Telesur. Esto merece un punto aparte. Le hicieron reportaje y todo a Moncayo antes de la llegada los helicópteros, lo cual quiere decir que tenían ya las coordenadas. ¿Hasta dónde debe entonces llegar la libertad de prensa? ¿Hasta una evidente complicidad con los criminales? Creo que no.

 

No obstante, a través de Telesur también pudimos saber que Moncayo les traía a sus familiares unas libras de carne y un par de loros de regalo. Es decir Moncayo se fue de paseo ecológico durante 12 años y nos trajo unos suvenires para que todos apreciáramos la riqueza ambiental de la jungla y las montañas de alimentos de las FARC, que son tan abultadas que hasta los regalan.

 

Finalmente, Piedad nos leyó el “parte médico” firmado por un enfermero de las FARC donde nos asegura que Moncayo tiene sus triglicéridos en 205. Preocupante, porque esta patología, propia de una persona con dietas altas en grasa y baja en ejercicio, supera con creces la recomendación de la OMS lo cual obligará a su padre a ponerlo a dieta de inmediato, restringirle los carbohidratos e imponerle una rutina de ejercicio. Lo que faltaba: Moncayo a punta de Lipitor para que no le de un infarto después de la francachela y comilona de los últimos años.

 

No voy a seguir. Después de esto ya me quedé sin palabras para describir el cinismo infinito de las FARC y de sus esbirros, las Colombianas y Colombianos por la Paz.

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