La chambonada cultural
I.
En el portal del Palacio de Nariño un heraldo anuncia a los cinco pintores de la corte:
¡Fernando Botero!
“[…] Es en esta época, es [sic] en la que dibuja ilustraciones para el periódico El Colombiano, el más importante del departamento de Antioquia […] En 1961 radica en Nueva York, pero es luego de tres años que realiza su primera exposición individual en el Museo de Arte Moderno de Nueva York […] En 1978 se establece en Paris. a partir de esa fecha [sic], las exposisicones [sic] de Fernando Botero continuan [sic] sin freno en galerías y museos de Bélgica, Noruega, Suecia, Estados Unidos, Italia, Puerto Rico, Japón, España, México, Suiza, Alemania y Francia, entre otros países. Su talento, reconocido en todos los lugares a los que llega su obra, lo convierte en uno de los cinco pintores vivos de su generación, más importante [sic] del mundo […] siempre se ha caracterizado por tratar temas netamente colombianos. Personajes, tradiciones, e incluso el tema de la violencia; prueba de su talento es que muy buena parte de su producción se encuentra en coleciones [sic] extranjeras […] Ha sido condecorado con la Orden Andres [sic] Bello por el Gobierno de Venezuela (1976); por el Gobierno Colombiano con la Cruz de Boyaca [sic] (1977) y declarado Personaje del Año en Colombia en el 2000.”
¡Alejandro Obregón!
“[…] A los seis años se radica con sus padres en Barranquilla […] En 1947 recibe en su taller al arquitecto Le Corbusier, quien manifiesta poco entusiasmo por sus trabajos. Tras esta visita su estilo se toma [sic] más geométrico, ordenado y sintético. Testigo directo de la sangrienta represión de la dictadura militar, realiza en 1948 el óleo Masacre […] después de ser testigo de las manifestaciones populares y la sangrienta represión que precedieron a la caída de la dictadura de Rojas Pinilla (10 de mayo), aborda de nuevo en sus cuadros los temas de la violencia política y social, como en Estudiante muerto…”
¡Omar Rayo!
“[…] El maestro Rayo ha viajado por todo el mundo y ha expuesto en muchos países […] El maestro Rayo está dedicado a la figura geométrica sin ser abstracto, pues en su estilo original con imágenes claras pinta objetos concretos. El es un artista geométrico-óptico, que ama los cuadros, los rectángulos y las líneas en zig zag [sic]. […] Es tal vez, el único artista que ha expuesto en sitios tan lejanos como Christchurch, Nueva Zelandia.”
¡Edgar Negret Dueñas!
“[…] Escultor caucano […] Aunque en las cabezas se reconocen los personajes, estas esculturas son básicamente abstractas por ser ante todo formas esenciales, alejadas de los pormenores […] Durante estos años ejecutó la serie denominada Aparatos mágicos. (ver tomo 6, p. 126) [sic] En 1963 participó en el XV Salón de Aristas [sic] Colombianos […] Dos ripos […] de esculturas predominaron en la producción de Negret […] Las metamorfosis de 1981 tienen una novedad que poco a poco se irá enfatizando: los planos que se articulan entre sí sin recurrir a los enfrentamientos con otros para crear espacios internos, y si esto último ocurre, el vacío no es tan importante como sucedía en la mayoría de las esculturas anteriores…”
¡David Manzur!
“[…] Las pinturas de Manzur, a menudo parecen representar una escena de algún drama desconocido, cuya acción ha quedado congelada ante nuestros ojos. Sin embargo, su arte no cae en la trampa facilista [sic] de lo literario o lo narrativo […] Este artista ha participado en un gran número de exposiciones individuales y colectivas tambien [sic] ha sido merecedor de un sinfín de distinciones internacionales…”
II.
La información anunciada por el heraldo palaciego está en el portal de Internet de la Presidencia de la República, ahí, bajo la categoría de pintores, estos cinco artistas comparten la sección de “Cultura” con otros creadores: seis escritores (Gabriel García Márquez, Álvaro Mutis, Rafael Pombo, José Asunción Silva, Soledad Acosta de Samper, Julio Flórez y Carlos Castro Saavedra), cuatro músicos (Shakira, Juanes, Carlos Vives y Aterciopelados), y cuatro deportistas —sí, deportistas— (Santiago Botero, Juan Pablo Montoya, María Cecilia Baena y Edgar Rentaría).
La redacción de todas las biografías es, por cierto, bastante deportiva: saltos bruscos y golpes narrativos, gazapos y gracejos, expropiación de frases y ardides. Por ejemplo, Botero nunca tuvo una “primera exposición individual en el Museo de Arte Moderno de Nueva York”, la institución hizo por él algo más modesto: en 1961 le compró un cuadro (Mona Lisa a los doce años) y en 1963 lo expuso en una de sus salas. Hay, incluso, un caso de plagio descarado que daría para expulsar a cualquier estudiante tramposo de una institución educativa, o al menos para amonestarlo (si la institución es laxa). En la reseña sobre Edgar Negret, un artista más conocido como escultor que como “pintor”, se lee: “denominada Aparatos mágicos.(ver tomo 6, p. 126)”. Pero el rastro bibliográfico sugerido en los paréntesis no existe y el artículo no trae firma o referencia alguna. Al cotejar la frase en un buscador, la misma información aparece en el portal de la Biblioteca Luis Ángel Arango, solo que ahí el texto está completo, va firmado por Germán Rubiano Caballero y referenciado a la Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores, tomo de biografías. El heraldo palaciego le cortó la coletilla final al texto pero dejó la prueba de su robo a la vista; a la vista de nadie, pues nadie parece leer estas cosas y por ejemplo, en el portal del Consulado de Colombia en Houston, un heraldo consular, fiel a la conducta delictiva, copio y pegó el texto igual de maltrecho. Y además dejó la frase “Dos ripos de esculturas” con el mismo error de transcripción que tiene el texto de Rubiano, los heraldos copian, pegan pero, ¿saben leer? No importa, solo es “Cultura”.
La página de Internet de la Presidencia de la República refleja, literalmente, a la república: enseña con fidelidad los usos del lenguaje en la región, la miopía estética de los funcionarios locales y el despiste intelectual de sus líderes políticos. La sección “Cultura” de este dominio virtual no es más que un colgandejo fútil hecho por el gobierno para aderezar su pedigrí, una excelente introducción para iniciarse en la gramática estatal y sus juegos más complejos.
“Colombia sorprendente” es el nombre de la sección que acopia a los artistas en la página del consulado en Houston, pero ahí y en la página de Palacio la sección que agrupa toda la propaganda cultural tiene un título algo más lisonjero y resignado, una dosis crasa de real-politik: “Así es Colombia”.
—Lucas Ospina