Rendición de cuentas en la EAAB

El alcalde Petro tiene todo el derecho de plantear e impulsar un nuevo modelo de ciudad. Fue electo democráticamente y debe responder ante sus electores y velar por la implementación de su plan de desarrollo. Algunas medidas que hasta ahora han sido bien acogidas por la ciudadanía son el desarme y el nuevo esquema de pico y placa. Sin embargo, veo con preocupación e invito a reflexionar sobre tres medidas muy importantes tomadas al interior de la Empresa de Acueducto y el tono con el cual el Alcalde está afrontando las discusiones y discrepancias.

La Empresa de Acueducto está en el centro de tres medidas polémicas: la decisión de no vender agua en bloque a otros municipios, la gratuidad del consumo mínimo para hogares de ingresos bajos y la reciente decisión de que la empresa, por un periodo, asuma la recolección de las basuras.

Estas son medidas tan importantes que merecen una discusión amplia sobre sus bondades y efectos para el futuro y sostenibilidad de la empresa. En nombre de la autonomía territorial no se debe evitar la discusión ni la necesaria rendición de cuentas sobre las mismas. La Superintendencia de Industria y Comercio ya inició actuaciones y es posible que pronto lo haga la de Servicios Públicos y otros organismos de control. Ojalá el Concejo de la ciudad haga debates constructivos e informados y el Alcalde, junto a su equipo, no asuman que quienes hacemos estas preguntas estamos defendiendo o promoviendo algún tipo de mafia.

El uso de lenguaje agresivo y pendenciero está generando complicaciones innecesarias a las ya polémicas medidas que está impulsando: decir que la intervención de la Superintendencia de Industria y Comercio es un “allanamiento” y luego afirmar que con ello se está “defendiendo a mafias paramilitares” me parece inadecuado e innecesario.