Un mal comienzo de año y una esperanza

Hoy al mediodía, un señor llegó a La Silla Vacía preguntando por mí y aprovechando una confusión y el ambiente de confianza que impera en nuestro medio, entró y se robó mi computador mientras yo estaba afuera entrevistando a alguien.

Como no se robó nada más, a pesar de que estaban a la vista y más fáciles de robar los computadores de los demás periodistas, los celulares y hasta una billetera, asumimos que vino específicamente por mi computador. Sobre todo porque luego supimos por el vecino que el mismo señor había estado ayer preguntando por “los periodistas”

Afortunadamente, en mi computador no tenía ninguna información importante que no hubiera ya publicado y mis fuentes están todas protegidas.

La esperanza que tenemos es doble. Por un lado, la reacción de la Policía y la Fiscalía fue inmediata. La Subdirección del CTI de Bogotá estuvo en la oficina, tomó huellas, revisó cámaras del vecindario y tomó declaraciones y retratos hablados.

No soy tan ingenua para pensar que así trabajan en todos los casos pero su profesionalismo y la agilidad de su reacción nos impresionó y nos da esperanza pensar que en otros casos actúan igual.

Por otro lado, tenemos la esperanza de que con la cantidad de cámaras que había en el barrio y el descuido del ladrón que estuvo en la oficina suficiente tiempo para dejar huellas por todos lados sepamos quién está detrás.

También nos conmovió la solidaridad de muchos colegas periodistas y de nuestros lectores y amigos.  Muchas gracias, estamos bien y esperamos no volver a ser noticia.