¿Después del “No” al plebiscito, del Brexit, de Trump… ahora Le Pen en Francia?
Por David Bardey
Normalmente evito escribir sobre política francesa en el blog de la Silla Vacía (la única excepción fue después de la matanza de Charlie Hebdo por la incomprensión de lo que representaban estos periodistas), pero tuve tantas preguntas en estos días sobre las elecciones en Francia que decidí aprovechar que 2017 es el año Francia-Colombia para tomarme este espacio y compartir mi pronóstico.
Para los que quieren parar acá, Marine Le Pen va a ganar la primera vuelta, pero salvo en un caso muy particular, perderá con bastante diferencia la segunda vuelta.
Para los que quieren saber por qué, les toca seguir leyendo. Para los que creen que soy demasiado optimista, aclaro que era uno de los pocos que había visto que Jean-Marie Le Pen podía llegar a la segunda vuelta en 2002.
Pero antes de dar los elementos detrás de mi pronóstico, vuelvo a la preocupación bastante general sobre el resultado de las elecciones en Francia.
Si bien no será la única elección importante en la Unión Europea este año (tendremos elecciones en Países Bajos antes y en Alemania después), es cierto que las elecciones en Francia pueden traer unas consecuencias trágicas que van más allá de sus propias fronteras si Marie Le Pen llega a ganar. De hecho, no lo digo por etnocentrismo, lo escriben también periodistas del Financial Times la semana pasada, los cuales no son necesariamente los más pro Unión Europea.
Si el Brexit ya fue un golpe duro para la Unión Europea y su estabilidad, al final su impacto será moderado (y más que todo golpeará a los que lo decidieron, es decir, a los ciudadanos del Reino Unido). Pero frente a un mundo en plena decadencia moral y con cambios geopolíticos llenos de incertidumbre, entre Trump que por infortuna parece querer cumplir las tonterías que prometió, Putin que sigue igual a él mismo, es decir un peligro ambulante, y Erdogan que se vuelve cada vez más radical y que se quiere perpetuar en el poder si la reforma constitucional que propone es aceptada (la decisión se tomará en abril), el mundo necesita una Unión Europea fuerte y que funciona para poder hacer contrapesos frente a una situación ya aterradora.
Ahora, volvamos al pronóstico de esta elección en Francia. Como punto de partida, miremos la encuesta de la semana pasada que pondremos en su contexto. Marine Le Pen lidera las intenciones de voto en la primera vuelta con 25,5% - 26%, después viene Emmanuel Macron (22% - 23,5%), Francois Fillon de tercero (Les Républicains, el partido de Sarkozy)[1] entre 17% -18%, en cuarta posición el ganador de la primaria del partido socialista Benoît Hamon (15% -15,5%) y en quinta posición el candidato de la izquierda extrema Jean-Luc Mélenchon (12% -13%).
Si la segunda vuelta fuera entonces entre Le Pen y Macron, el segundo tiene una intención de voto de 63% frente a 37% para Le Pen.
Ahora que di estas cifras, les explico quién es Emmanuel Macron que pocos conocen y que las encuestas dan como ganador. Macron salió de la Escuela Nacional de Administración (ENA), es un ex-banquero (trabajó con éxito en el banco de Rothschild), es joven (no tiene 40 años), y fue asesor y después Ministro de Hacienda del Presidente Hollande. En pocas palabras, Macron es de centro izquierda, es decir se ubica en un punto intermedio entre la social-democracia y el social-liberalismo.
La plataforma política que propone es una mezcla de liberalismo que Francia necesita para crear más riqueza rompiendo algunas rigideces que caracterizan la economía francesa con la preocupación social de repartir estas ganancias de manera más justa.
De paso, cuando uno analice el balance de Francois Hollande en algunos años, verá que el presidente actual hizo bastantes reformas que van en esta dirección (p.ej. la creación de empleo privado en Francia en 2016 es una de las más importante de los diez últimos años), pero Hollande se equivocó en la secuencia de los eventos: quiso reformar Francia antes de reformar al partido socialista al cual pertenece y la consecuencia de esto es que la oposición más dura vino por parte de su propio partido.
Partiendo de este diagnóstico, Macron decidió salir del Partido Socialista para proponer una plataforma política nueva. Al final lo que lo diferencia de Hollande, es que Macron parece más de derecha (liberal) en los aspectos microeconómicos, como por ejemplo lo relacionado con el derecho liberal, mientras que, para los grandes equilibrios macroeconómicos, como la anulación de la deuda de algunos países, parece más de izquierda. Por lo que pude observar en diciembre en París, todos mis amigos economistas social-demócratas ya están trabajando con Macron para hacerle el programa.
En otras palabras, Macron no tiene partido, pero tiene a la tecnocracia y la academia que lo respaldan y tendrá el apoyo financiero de los empresarios que tradicionalmente financian a la izquierda francesa.
De manera totalmente sorprendente, cuando se lanzó hace algunos meses (algunos siguen creyendo que Macron traicionó a Hollande, pero los dos siguen cenando juntos), nadie pensaba que podría ganar las elecciones.
En efecto, si bien todo el mundo sabía que Macron ganaría en segunda vuelta cualquiera que sea el contrincante, nadie veía como podía llegar a la segunda vuelta, aún más que el intrépido ni siquiera tiene partido político que lo respalde (hasta ahora acaba de formar un movimiento político).
Ahora, como lo muestran los resultados de la encuesta que compartí (hay varias que dan resultados parecidos), todo parece indicar que estará en segunda vuelta, y que por ende será elegido como el próximo presidente de Francia.
Sin embargo, por ser “un nuevo fenómeno político”, su respaldo popular parece más volátil que el de otros candidatos, especialmente que Macron no ha definido todos los aspectos de su programa todavía (como decía Francois Mitterand, en política uno sale de la ambigüedad siempre a su detrimento).
¿Cómo llegamos a este resultado en menos de un mes? La explicación se da por la combinación de varios factores. Primero, Benoît Hamon, el ganador de la primaria del partido socialista, si bien es relativamente joven (menos de 50 años) y tiene algunas posiciones interesantes en términos de sociedad, ganó las primarias con un programa de izquierda radical, lo que hace improbable que gane cualquier elección.
De hecho, él mismo ve más su victoria como una manera de retomar el Partido Socialista para imponerle una línea de izquierda radical que no pretende poder gobernar (es una izquierda que se complace en la oposición, cualquier similitud con la izquierda colombiana sería fortuita) y no se hace mucha ilusión sobre sus chances en la elección. Eso implica que toda la gente de centro izquierda, como el suscrito, no votarán por el candidato del Partido Socialista, sino que se irán con Macron.
Segundo, Juppé el ganador anunciado durante varios meses de la primaría de la derecha francesa perdió. Juppé en muchos aspectos tenía propuestas cercanas a las de Macron, lo que no dejaba mucho espacio a este. Pero de manera sorprendente, por la derecha ganó Francois Fillon con un programa que no tiene nada que envidiarle al de Margaret Tatcher, lo que obviamente da mucho espacio para un candidato de centro.
Además de los aspectos de programa, Fillon que parecía como un modelo de integridad frente a Sarkozy (otro candidato de la primaria de la derecha) se encuentra desde hace tres semanas en caída libre en las encuestas tras las revelaciones del Canard Enchainé (en español el pato encadenado que es un famoso periódico satírico).
El palmípedo, como lo llaman en el país galo, reveló que “Fillon el hombre limpio” habría empleado como asistentes parlamentarios de manera ficticia a su esposa y a sus hijos. Los montos de estas contrataciones durante varios años se elevan a alrededor de un millón de euros.
No solamente este monto es muy alto, sino que además toca resaltar que Fillon ha hecho toda su campaña política sobre y en contra del asistencialismo estatal y del mal uso de los recursos públicos (¡ahora sabemos que por lo menos sabía de lo que estaba hablando!).
Yo sé que la justicia no se ha pronunciado todavía, pero cuando escribo que Penelope Fillon nunca trabajó con su esposo, no estoy especulando, estoy transcribiendo las propias palabras de Penelope en una entrevista para un periódico inglés en 2007 cuando su marido fue nombrado primer ministro por Sarkozy. La entrevista es en inglés y se puede ver acá (usando un VPN).
La caída de Fillon parece inevitable porque aun si gana la batalla jurídica (el mismo parece tan convencido de su culpabilidad que ya ha empezado en buscar vicios de forma en la investigación), una última encuesta muestra que muy pocos adhieren a su línea de defensa en el plano moral. Mejor dicho, está quemado y puede ser mejor así porque sería incapaz de gobernar con este escándalo que explotó durante la campaña.
¿Quiénes se benefician de la caída de Fillon? Infortunadamente la señora Marine Le Pen.
A pesar de que Marine Le Pen tiene tres escándalos financieros que apuntan a ella y sus cómplices (sin contar los de su papá), uno que ya explotó, dos que saldrán pronto, los escándalos poco la afectan. Marine Le Pen beneficia de un efecto teflón bastante fuerte, y cualquier escándalo que salga, de todas formas, lo presentará como persecución política (cualquier similitud con un político de primer plano colombiano sería fortuito, porque como bien se sabe, Marine Le Pen no es de centro y es poco demócrata).
El segundo que se beneficia de esta caída es obviamente Emmanuel Macron. En efecto, para muchos electores de derecha, lo ven ahora con una alternativa creíble, aún más cuando su candidato natural se ve atrapado en este escándalo. Mejor dicho, por la misma razón que Marine Le Pen ganará la primera vuelta, Emmanuel Macro ganará la segunda.
Como es un blog de economistas, no puedo no mencionar que lo que respalda mi pronóstico es que los mercados empezaron en apostar que Marine va a ganar la elección presidencial en Francia.
En efecto, desde hace un mes, las tasas de la deuda de Francia empezaron a subir por las incertidumbres que la elección genera sobre los mercados. Como los mercados financieros anticiparon que el Brexit iba a fracasar en las urnas, y que por otro lado el “hombre naranja” no iba a ganar la elección en EE.UU, parecen una brújula que indica el sur, lo que corrobora mi pronóstico que Le Pen no ganará.
Para terminar con un poco de suspenso, existe un escenario frente al cual no es imposible que Marine Le Pen gane las elecciones presidenciales en Francia.
Si el contrincante de Le Pen es Macron, o si Fillon logra recuperarse (no veo como pero quizás se me escapa algo), los dos ganarán con bastante diferencia frente a Le Pen.
No obstante, Marine Le Pen puede tener un chance en el escenario siguiente: si el candidato del partido socialista negocia con Mélenchon (cuando digo negociar, la palabra más acertada sería someterse porque negociar no es algo que Mélenchon sabe hacer) para tener un solo candidato.
En este caso, esta unión política tendría algún chance de llegar en segunda vuelta y frente a este par de izquierda radical Le Pen podría ganar la segunda vuelta.
De hecho, si uno compara el programa económico de la candidata de la ultraderecha y de la izquierda radical, las diferencias son mínimas, pues en ambos casos es populismo barato que se abstrae de la realidad económica. Para dar una idea de quién es Mélenchon, este señor sigue insistiendo que las políticas económicas de Chavez y Maduro son las “correctas”.
Lo que los diferencia son entonces más los temas de sociedad, pero la “Trumpización” de las opiniones públicas ya también se instaló en Francia y las ideas xenófobas tristemente siempre tienen más respaldo…
[1] Cambian el nombre del partido de manera relativamente frecuente esperando que los electores se olvidarán de los escándalos financieros recurrentes.