OPINIÓN

¿Pagar por acciones de los ciudadanos que promuevan el bien común?

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La pregunta a los vecinos de Blogoeconomía es muy sencilla: ¿Debería la sociedad pagar dinero u otros beneficios materiales individuales para incentivar acciones individuales que contribuyen al bien común?
 

Por: Juan Camilo Cardenas

La pregunta a los vecinos de Blogoeconomía es muy sencilla: ¿Debería la sociedad pagar dinero u otros beneficios materiales individuales para incentivar acciones individuales que contribuyen al bien común?

Recientemente la Policía Nacional abrió el Buzón Virtual El Vigía en el que ciudadanos pueden enviar “videos, fotografías y audios que contribuyan al mejoramiento de la seguridad ciudadana  y permitan la resolución  de hechos que perturban la paz y tranquilidad pública”.  Después de una evaluación el material, la Policía Nacional podrá recompensar el material con pagos entre $100,000 y $5’000,000.

Esta idea tiene antecedentes a nivel internacional, incluido la iniciativa de “Crime Stoppers USA” y la agremiación internacional con el mismo propósito. En el caso de “Crime Stoppers” la financiación y ejecución viene en estos casos de organizaciones civiles y privadas que trabajan con las autoridades y los medios de comunicación para el pago de recompensas por material que permita aclarar crímenes.

El debate reciente sobre el papel que puede haber jugado en los “falsos positivos” la creación de incentivos materiales personales para los miembros de las fuerzas militares que mostraran resultados asociados al cumplimiento de su deber, hace parte de la misma pregunta mas general sobre la efectividad de estos incentivos económicos para promover resultados de interés común.

Roland Fryer (Harvard) viene creando una interesante controversia por sus programas en EEUU en que pagan dinero a estudiantes de grupos marginados por cada alta calificación (A+) que obtengan en su escuela, y en algunos casos pagos en dinero basados en comportamiento, calificaciones y asistencia. En otros casos están probando donar celulares a los estudiantes que funcionan en “horario académico” un tiempo del día y en “horario fuera del colegio” en el resto bajo el esquema de que buenas notas generan minutos y otros beneficios para disfrutar el celular.

En ocasiones anteriores se ha mencionado el ya muy citado experimento de cobrar una multa a los padres que llegaran tarde a recoger a sus hijos en una muestra de guarderías de Haifa, Israel, y sus efectos nefastos al convertir un deber en un precio que otorgó el derecho a llegar tarde. Aquí en Colombia se realizaron hace mas de una década una serie de experimentos para explorar el efecto de sanciones monetarias en la conservación de un bosque, con similares resultados en que los incentivos tuvieron un efecto negativo sobre las motivaciones intrínsecas a contribuir al bien común.

Volvamos entonces a la pregunta: ¿Debería la sociedad pagar dinero u otros beneficios materiales individuales para incentivar acciones individuales que contribuyen al bien común?

Aquellos a favor pueden argumentar que con la propuesta de la policía para pagar recompensas a ciudadanos que aporten pruebas audiovisuales se expande la capacidad operativa de monitoreo y control –millones de celulares atentos a prender su cámara, y que se puede expandir el sentimiento de participación cívica de quienes contribuyan a las autoridades a reducir el crimen.

Aquellos en contra podrán argumentar que al igual que en los experimentos mencionados se pueden erosionar las motivaciones intrínsecas de los ciudadanos a contribuir al bien común. Incluso generará preocupación el que los listados de los “contribuyentes” de videos caigan en las manos equivocadas.

En todos estos casos hay diferencias sutiles y otras sustanciales como para juzgar todos bajo el mismo criterio. Las buenas y malas notas de los estudiantes afectan principalmente su futuro y el de sus familiares, aunque es posible que existan beneficios comunes para el vecindario cuando se generalizan malas o buenas notas entre los estudiantes del grupo. Los buenos o malos oficios de las autoridades benefician ante todo bienestar colectivo (paz, seguridad), y ellos reciben un sueldo básico por hacer bien su oficio y en medio de un código de ética y de motivaciones civiles.

Hay muchos argumentos mas por discutir aquí para defender o controvertir estas propuestas. Queda abierta la discusión.
 

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