Esta política evangélica y diputada de la Asamblea de Santander por el Partido de La U, pasó de ser poco conocida en el departamento a figurar a nivel nacional cuando en julio de 2016 desató la controversia que sacó a sectores religiosos a protestar a las calles por la supuesta ideología de género que contenían unas cartillas escolares del Ministerio de Educación.
Nació en Floridablanca, Santander, en 1990 y es abogada de la Universidad Uniciencias de Santander.
Sonó por primera vez en la política santandereana en 2011 cuando La U la avaló para el Concejo de Floridablanca, municipio en el que su papá, Oscar Hernández, fue concejal en 2003 por el Movimiento Nuevo Liberalismo.
Aunque inicialmente se quemó con 700 votos, en enero de 2013 llegó al Concejo luego de un fallo de la Procuraduría que inhabilitó a nueve de los 19 concejales de la época, por irregularidades en la aprobación de una prima técnica a un exalcalde de ese municipio.
En las regionales del 2015 se volvió a lanzar al ruedo electoral para buscar una curul en la Asamblea con el aval de La U y el impulso de varias iglesias cristianas, incluyendo la Iglesia Cuadrangular a la que pertenece desde muy joven.
En esas elecciones, tras hacer campaña con el candidato de La U a la Gobernación Holguer Díaz, su votación aumentó más de 20 veces y con 15.286 votos se quedó con uno de los 16 cupos de la Asamblea de Santander.
Ese aumento se dio porque fue la candidata a la Asamblea del entonces gobernador Richard Aguilar Villa, hijo del cacique y parapolítico Hugo Aguilar, quien había recibido el apoyo de la familia de Hernández en su carrera a la Gobernación.
Su iglesia es Plenitud de Vida, que aglomera a cerca de mil personas en Bucaramanga y que pertenece a la comunidad cristiana Cuadrangular, que solo en Santander tiene bajo su ala a 500 iglesias más. En su carrera por la Asamblea también recibió el apoyo de la Movimiento Misionero Mundial.
Ya como diputada ha sido cercana a las bancadas de Cambio Radical y del Centro Democrático.
Con esos variados apoyos políticos y el músculo que le dan las iglesias cristianas, Hernández se ha dado a conocer.
Aunque no es usual que los diputados lleguen a medios nacionales, en julio de 2016 Hernández levantó una polvareda en todo el país cuando promovió un debate en la Asamblea contra la ley de convivencia escolar que salió del Ministerio de Educación a la cabeza de la exministra de Santos, Gina Parody, y que contemplaba la promoción de la igualdad de género en los colegios a través de unas cartillas.
Al denunciar la supuesta ideología de género que contenían estas cartillas salió del anonimato y saltó a ser una de las voceras de las comunidades cristianas en el país.
Hernández aseguró que el Ministerio de Educación estaba promoviendo una “colonización” de la comunidad Lgbti en los colegios y promoviendo que se crearan colegios para homosexuales.
Con su denuncia la Iglesia Católica y varios pastores cristianos convocaron a una marcha a la que acudieron -según varios medios- más de 40 mil personas en por lo menos siete ciudades. Entre ellas Bogotá, Montería, Cali, Cartagena y Sincelejo.
Las marchas pusieron en jaque a la Ministra y lograron que el presidente Santos saliera a dar declaraciones públicas sobre la ideología de género.
De ahí Hernández y su aliado en las marchas, el youtuber cristiano Oswaldo Ortiz, crearon el Movimiento Nacional por la Familia, que tuvo tal acogida que la diputada pasó a hacer giras por varias regiones promoviendo las ideas del sector más conservador del país. Después jugaron un rol importante en movilizar a los sectores religiosos por el No al plebiscito que refrendaba los Acuerdo de paz.
En las elecciones a Congreso de 2018 el esposo de Hernández, Jefferson Vega, se lanzó por el Partido Conservador y se quemó con 22.624 votos.
Hernández y el Movimiento de la Familia llegaron, como muchos otros grupos cristianos, a apoyar a Iván Duque a la Presidencia.