Germán Torres Prieto es un egresado de la facultad de derecho de la Universidad Santo Tomás de Aquino, que inició su vida laboral en la industria de los seguros.
En ese sector estuvo por casi 10 años, hasta que buscando un lugar menos caótico para vivir dejó Bogotá y llegó a Bucaramanga junto a su esposa Carmenza Naranjo Trujillo, hermana del exvicepresidente de la República General Óscar Naranjo, para montar una sucursal de Seguros el Cóndor, empresa para que la trabajaba a mediados de los 90.
Siendo cercano a los Naranjo, Torres Prieto se conoció con el general (r), Luis Enrique Montenegre Montenegro Rinco, quien en 1997 y luego de liderar el Bloque de Búsqueda que dio con la caída del Cartel Cali fue nombrado por el entonces presidente Ernesto Samper en la dirección del extinto DAS.
Estando allí Montenegro, lo llamó para que se hiciera cargo de la seccional en Santander.
El paso de Torres en el DAS fue breve -un año y siete meses-, pero exitoso. Debido a que ayudó a liderar la persecución de una red de corrupción en las administradoras de salud del Régimen Subsidiado de Salud ganó renombre en la región entre los políticos y empresarios de la época (tanto que aún hoy lo referencian por ese cargo).
Tras su salida del DAS, que se dio al poco tiempo de la renuncia de Montenegro, Torres Prieto empezó a estrechar relaciones con políticos y cacaos locales.
Primero recibió un contrato en el Ministerio de Salud, cuando el que lo dirigía era Virgilio Galvis Ramírez (uno de los poderosos de ese sector) para encargarse del Régimen Subsidiado en el oriente del país, y más adelante entró a la Gobernación de Santander, en ese entonces en cabeza de Mario Camacho Prada (después sería condenado por corrupción), para asesorar la Secretaría de Hacienda.
A inicios del milenio, junto a varios políticos de la región, entre esos, el liberal Jaime Ardila Barrera -exauditor general de la República-, el médico y hoy precandidato al Senado del Centro Democrático, Quintín Herrera, y el exviceministro de Minas y excandidato del Polo al Senado, Diego Otero Prada, fundaron la seccional en Bucaramanga de la Corporación Universitaria de Ciencia y Desarrollo, Uniciencia.
Aunque Torres Prieto le aseguró a La Silla que esa Universidad siempre estuvo alejada de la política regional, la sensación en ese sector es otra.
Seis políticos, nos dijeron que Uniciencia se volvió una suerte de mini fortín electoral en la región, que sirvió para que muchos hicieran campaña y para que sus dueños estrecharan relaciones con algunos poderosos de la política local.
De ahí en adelante a Germán Torres Prieto lo vinculan con la actividad política en Santander y específicamente con el viejo PIN -antes Convergencia Ciudadana, ahora Opción Ciudadana-, partido que más adelante terminaría con la mayoría de sus congresistas condenados por aliarse con paramilitares para llegar al poder.
A excepción de 10 meses de 2004 que estuvo esesorando a la Secretaría de Tránsito de Bogotá cuando el alcalde era Luis Eduardo Garzón, se mantuvo en Santander.
Torres apoyó la candidatura en 2003 del polémico Hugo Aguilar a la Gobernación de Santander, y desde entonces ha respaldado varias candidaturas relacionadas con el viejo PIN.
Por ejemplo, tras haber sido rector de Uniciencia durante dos años, en 2007 llegó a asesorar la campaña de Didier Tavera Amado a la Gobernación de Santander, quien para esa época fue el candidato de Aguilar y tenía el aval de Gil.
Torres Prieto le dijo a La Silla que su participación en la campaña obedeció a su asesoría profesional como abogado; sin embargo, tres políticos que estuvieron en ese momento respaldando la aspiración de Tavera, quien ocho años después llegaría al Palacio Amarillo con el aval del Partido Liberal, lo recuerdan diferente.
“Él era un abogado militante. Se volvió de la confianza de muchos. No tengo fechas claras pero más o menos desde 2005, ya sabíamos que existía la afinidad”, le dijo a La Silla una de esas fuentes. Otra nos dio una versión muy parecida.
En los años siguientes, cuatro fuentes más que estuvieron en Opción Ciudadana en esa época, explicaron que Germán Torres era conocido en el partido por ser una de las manos derechas de Gil y parte de su círculo más cercano.
De hecho, en un video de Noticias Uno fue nombrado por una testigo que dice que fue contactada por él a principios de mayo de 2008 para que supuestamente le ayudaran a hacer un montaje contra la excongresista santandereana Yidis Medina, quien fue condenada por vender su voto a favor de la reelección de Álvaro Uribe Vélez y también declaró contra Gil en el proceso por parapolítica.
La Silla le preguntó por esas declaraciones a Torres Prieto vía Whatsapp, pero no respondió el mensaje.
Para 2011 Torres se distanció de ese partido y decidió incursionar en la arena electoral buscando una curul en el Concejo de Bucaramanga por el Partido Conservador.
Según dos políticos que ayudaron a conformar la lista azul, Torres llegó allí porque veía más oportunidades de salir elegido y porque para ese momento el viejo PIN cruzaba por una de sus mayores crisis al tener a varios de sus militantes procesados por parapolítica.
Sin embargo, Torres no tardó en realinearse con sus viejos allegados y, según versiones de prensa de la época, participó en la marcha de respaldo al también parapolítico Hugo Aguilar, cuando lo capturaron en vísperas de las elecciones de ese año. También terminó respaldando la candidatura de Richard Aguilar a la Gobernación.
En su intento de llegar al Concejo de Bucaramanga, Torres se quemó con 560 votos, pero año y medio después retomó su actividad política dentro del viejo PIN.
Ya con Gil en libertad y en medio de un proceso de reorganización del partido, a mediados de 2013 Germán Torres Prieto fue designado miembro del comité de ética de Opción Ciudadana, cargo que aunque no es muy visible, sí es clave porque en caso de que quisiera funcionar, es el órgano encargado de juzgar las acciones de directivos y militantes.
“Ahí no ponen a cualquiera. Tiene que ser a alguien de la entera confianza de Gil”, explicó un directivo actual del partido.
Entre 2014 y 2015, Torres además fue director de la revista Corrillos, una publicación conocida entre los políticos de Santander por cobrar por la publicación de algunos artículos.
Sobre eso en particular, Torres aseguró que “no tenía nada que ver” y que en el tiempo que estuvo allí su manejo fue netamente editorial.
Por su parte, Juvenal Bolívar, uno de los fundadores de la revista y su actual director, explicó que lo que hace el medio en algunos casos es vender publireportajes, y que no hacen explícito cuando una información es paga porque quienes compran los espacios “no les gusta que se vea así”.
En el Comité de Ética de Opción Ciudadana Germán Torres Prieto se mantuvo hasta octubre de 2017 una semana antes de posesionarse en Tránsito.
Estuvo en ese cargo hasta marzo de 2019, cuando fue declarado insubsistente por Rodolfo Hernández, por diferencias en el proceso para contratar los diseños de la modernización de la semaforización del municipio.
Luego reapareció cuando fue incluido en la terna que armaron Laurentina Ariza y Jorge Rodríguez, dos de los tres miembros del grupo significativo de ciudadanos que inscribieron a Rodolfo Hernández en 2015.
Hernández se opuso a esa postulación, pero le hicieron caso omiso.
Además, su nombre en esa terna fue objetado por Reynaldo Ramírez, el tercer miembro de ese comité, debido a que para el momento de la insripción de Hernández Torres militaba en otro partido.
Aún así, el gobernador de Santander, Didier Tavera, se decantó por su nombre.