Mario Montoya Uribe

Mario Montoya Uribe nació el 29 de abril de 1949 en Buga, Valle. Tiene un título en ciencias militares de la Escuela Superior de Guerra y un posgrado en alta gerencia de la Universidad de los Andes. Como militar del arma de Caballería, Montoya estuvo en servicio por más de 40 años y comandó 10 unidades hasta llegar a ser Comandante del Ejército.

Como coronel, participó en el desembarco de las Fuerzas Miliatres en el cuartel de las Farc en La Uribe, Meta, en 1991. Estaba al mando de la inteligencia de la operación, lo que le valió una condecoración. Luego comandó el Grupo Mecanizado Maza de Cúcuta, que tuvo que enfrentar la ofensiva guerrillera en el Catatumbo en 1992 y, después de ser profesor en la Escuela de las Américas, institución de cooperación militar de Estados Unidos, regresó como comandante de la Escuela de Caballería de Bogotá, donde estuvo hasta 1994.

Estuvo al mando de unidades como el Batallón de Inteligencia de Villavicencio, el Comando Operativo de El Bagre (en el Bajo Cauca antioqueño), la Fuerza de Tarea Conjunta del Sur, el Comando Conjunto Caribe y la Brigada 18 en Arauca. También fue agregado militar en la Embajada de Colombia ante el Reino Unido, y en 2000 lideró el Batallón Antinarcóticos, en donde tuvo al mando a 8.000 hombres, y de 2001 a 2003 comandó la Cuarta Brigada en Antioquia.

Durante este período ocurrió la masacre de Bojayá, en la que las Farc asesinaron a casi 100 civiles en medio de un enfrentamiento con los paramilitares. Montoya fue cuestionado por la posible omisión del Ejército en proteger a la población civil, y los sobrevivientes denunciaron que al regresar al lugar lo encontraron reunido con paramilitares. El General negó las acusaciones, pero luego se dio a conocer un video en el que, en efecto, aparece rodeado de paramilitares.

En la Cuarta Brigada lideró dos de las operaciones claves para derrotar a las Farc en Antioquia. En mayo de 2002 se llevó a cabo la ‘Operación Mariscal’ en la Comuna 13 de Medellín, que amenazó el refugio de las milicias de la guerrilla, pero luego la Procuraduría le abrió un proceso disciplinario por omisión, allanamientos ilegales y posibles violaciones a los derechos humanos. Al final algunos militares fueron destituidos pero Montoya no fue encontrado responsable.

Con la 'Operación Marcial' en 2003 Montoya logró derrotar a las Farc en el oriente del departamento, pero el triunfo se vio opacado por denuncias del Observatorio de Paz y Reconciliación de la región sobre 88 civiles que supuestamente fueron presentados como muertos en combate.

En todo caso, fue la ‘Operación Orión’, en octubre de ese año y que tenía el mismbo objetivo de 'Mariscal', la que resultó más exitosa y a la vez más cuestionada. Montoya logró retomar el control total de la Comuna 13, pero pronto salieron acusaciones de ONGs sobre presuntas alianzas con las Autodefensas.

Sin embargo, en febrero de 2006 Álvaro Uribe Vélez lo nombró comandante del Ejército, y las declaraciones en su contra se intensificaron. El paramilitar Luis Adrián Palacio, alias ‘Diomedes’, quien infiltró el Ejército, declaró ante un fiscal de Justicia y Paz que Montoya le habría enviado armas de regalo a alias ‘Doble Cero’. Luego ‘Don Mario’ lo señaló de recibir un apartamento de 800 millones y 1500 millones de pesos del Bloque Centauros para combatir al jefe paramilitar 'Martín Llanos', y ‘Don Berna’ lo vinculó a la masacre de Apartadó que ocurrió en 2005. En su momento, estas declaraciones fueron ignoradas judicialmente.

En 2007 Estados Unidos intervino, pues el senador demócrata Patrick Leahy logró que el Congreso norteamericano suspendiera la entrega al Ejército de 55 millones de dólares hasta que Montoya fuera formalmente investigado. Ese año el Congreso estadounidense también cuestionó que en Putumayo se encontrara una fosa común con más de 100 víctimas de paramilitares asesinadas entre 1999 y 2001, el mismo período en que Montoya estuvo a cargo de esa zona como comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta del Sur, unidad financiada por EE.UU.

Por otra parte, Montoya siguió liderando operaciones exitosas en la guerra contra las Farc. En la ‘Operación Fénix’ le dio de baja a alias ‘Raúl Reyes’, y en la ‘Operación Jaque’ liberó a 15 secuestrados entre los que estaban Íngrid Betancourt y tres norteamericanos.

Pero en noviembre de 2008 renunció al cargo de comandante del Ejército luego de que Uribe destituyera a 27 militares por el escándalo de los falsos positivos de jóvenes de Soacha que fueron reportados como guerrilleros muertos en combate en Norte de Santander.

A su salida, en 2009 Uribe lo nombró embajador de Colombia ante República Dominicana, pero ese mismo año la Fiscalía le abrió investigación preliminar luego de que el ex jefe paramilitar ‘Don Berna’ declarara que en la ‘Operación Orión’ se habían aliado Ejército, Policía y paramilitares.

En 2011 renunció a la Embajada, dos meses después de que alias ‘El Tuso’ lo acusara de pertenecer a la nómina de la ‘Oficina de Envigado’, el centro de cobros del narcotráfico en Antioquia. Luego, en septiembre de ese año fue interrogado por la Fiscalía por su participación en la falsa desmovilización del Bloque Cacica Gaitana en 2006. Y en enero de 2012 la Fiscalía lo llamó a indagatoria para que aclare sus supuestos vínculos con paramilitares.

Mientras se resuelven judicialmente estos casos, la suerte del General está en vilo. Pero como comandante militar recibió la Cruz de Boyacá, cuatro órdenes al Mérito Militar, una medalla del Ejército de EE.UU., así como reconocimientos del Congreso, la Infantería de Marina, la Escuela Militar y la Policía Nacional.