Álvaro Uribe Vélez fue Presidente de la República durante dos periodos 2002-2006 y 2006-2010. Nació en Medellín en 1954, y es hijo del ganadero y terrateniente Alberto Uribe Sierra y de Laura Vélez Uribe, quien fue concejal de Salgar (Antioquia). Estudió derecho y ciencias políticas en la Universidad de Antioquia en 1977, al mismo tiempo que se vinculó a las juventudes del Partido Liberal.
Uno de sus profesores fue Carlos Gaviria, quien luego sería uno de los políticos en oposición a Uribe durante su presidencia.
Antes de participar en elecciones, Uribe Vélez se vinculó al Estado como militante del Partido Liberal. Primero fue Jefe de Bienes de las Empresas Públicas de Medellín en 1976, Secretario General del Ministerio del Trabajo en 1977 y Director de la Aeronáutica Civil entre 1980 y 1982.
En 1982, Uribe fue nombrado Alcalde de Medellín por el entonces presidente Belisario Betancur, pero solo duró cinco meses en el cargo. En 1983 su padre fue asesinado por las FARC, y según ha dicho Uribe, este evento le reafirmó su decisión de acabar con las Farc fortaleciendo a las Fuerzas Militares.
Una vez terminado su período en la alcaldía, Uribe fue concejal en 1984 y 1986, año en el que saltó al Senado. Allí estuvo hasta 1994, siempre representando diferentes fuerzas liberales y con un creciente caudal electoral que ya para 1990 era uno de los más grandes de Antioquia. Inicialmente, a través de su movimiento en Antioquia llamado Sector Democrático, participó del movimiento que lideraba Ernesto Samper, llamado Poder Popular. En 1990, Semana lo eligió como congresistas del año. Entre otros proyectos, fue uno de los ponentes de la reforma a la seguridad social (ley 100 de 1993).
En 1994 fue elegido Gobernador de Antioquia en unas reñidas elecciones. Empezó su campaña, como precandidato, con el sector de parte del liberalismo antioqueño: tenía de su lado a Luis Guillermo Vélez, Armando Estrada Villa y William Ortega, Guillermo Gaviria, César Pérez, William Jaramillo y Piedad Córdoba, entre otros. Del otro lado estaban Bernardo Guerra Serna, Orlando Vásquez Velásquez y Jorge Mesa, ex alcalde de Envigado. Finalmente, y a regañadientes, Uribe logró reunir al liberalimso alrededor suyo.
Pero se enfrentaba a un difíciul rival. El concejal de Medellín Alfonso Núñez era el candidato del conservatismo y de otros grupos políticos, como la Alianza Social Indígena y la AD M-19. Además, era miembro de Coraje, el grupo conservador que lideraba el entonces senador Fabio Valencia Cossio y al que pertenecía el gobernador Ramiro Valencia Cossio, hermano de Fabio.
A pesar de eso las elecciones fueron muy reñidas y la noche de la elección los escrutinios avanzaban muy lentamente. Por la noche, cuando Núñez iba ganado, Uribe acusó al gobernador, a Fabio Valencia y al representante Gabriel Zapata de estar haciendo fraude, y la situación terminó a golpes. Finalmente Uribe ganó y Valencia Cossio sufrió una dolorosa derrota.
Como gobernador, fortaleció la educación del departamento, realizó una fuerte inversión en vías e infraestructura y promovió la implementación local de las Convivir, cooperativas de seguridad privada que operarían en coordinación con la Fuerza Pública y que a la postre varias de ellas terminaron convertidas en grupos de autodefensas ilegales.
Esa posición de mano dura le sirvió para convertirse en una figura nacional, al punto de que en mayo de 1997 se pensaba que iba a renunciar a la gobernación para lanzarse a la Presidencia, pero el mismo Uribe dio una rueda de prensa para explicar que debía cumplir con su compromiso en la Gobernación.
En 1998 prefirió irse del país a tomar cursos en la Universidad de Oxford en Inglaterra, pero desde la distancia apoyó la candidatura presidencial de Horacio Serpa. Regresó a finales de ese año sin hacer mucho ruido, pero desde 1999 se barajaba su nombre.
Regresó al escenario político en el 2000 para respaldar la candidatura presidencial del liberal Horacio Serpa para el 2002. Sin embargo, se desligó de éste y del Partido Liberal porque respaldaban las negociaciones de paz en el Caguán. En este momento quedó en evidencia que Uribe representaba un sector más de derecha en el partido, mientras que Serpa representaba al sector social-demócrata. Uribe decidió, entonces, lanzar su candidatura presidencial independiente del Partido Liberal, y su postura frente a las FARC fue bien recibida por muchos sectores de la opinión pública frustrados con el fracaso de las negociaciones con la guerrilla.
En el 2002 fue elegido Presidente de Colombia en primera vuelta, con el 53,1 por ciento de los votos. Su candidatura fue apoyada por grupos diversos, como Cambio Radical, Equipo Colombia, Colombia Siempre, Somos Colombia, Conservatismo Independiente, el Movimiento de Salvación Nacional y el Movimiento de Integración Popular (Mipol). El Partido Conservador, que no participó en la contienda presidencial ese año, también apoyó la candidatura de Uribe.
El Presidente Uribe terminó su mandato con índices de popularidad superiores al 70 por ciento y marchas de agradecimiento por haber reducido los índices de violencia, debilitado a la guerrilla de las Farc y prácticamente aniquilado al ELN, y por haber desmovilizado a los paramilitares, aunque estos han retoñado con menor intensidad como bandas emergentes. También aumentó las tasas de inversión y recuperó la confianza de los inversionistas en el país.
Consolidó su política de 'Seguridad Democrática' mediante el fortalecimiento de las fuerzas militares, una mayor presencia en el territorio nacional de la Fuerza Pública pero también mediante tácticas cuestionadas como la captura masiva de personas en zonas bajo influencia guerrilla. En el 2003 el gobierno comenzó negociaciones de paz con los grupos paramilitares en Santa Fe de Ralito (Tierra Alta). A cambio de desmovilizarse y confesar los delitos cometidos, los paramilitares podrían obtener penas máximas de 5 a 8 años, una oferta que condujo a la desmovilización oficial de toda la estructura paramilitar y a la posterior extradición de los jefes paramilitares.
En noviembre del 2005, tras la aprobación del Congreso y la Corte Constitucional, Uribe anunció que sería de nuevo candidato para las elecciones del 2006. En esta contienda, no solo contaba con el respaldo del recientemente creado partido de La U por parte de Juan Manuel Santos, sino también del Partido Conservador, Cambio Radical, Alas Equipo Colombia, Convergencia Ciudadana, Colombia Democrática y Colombia Viva. Uribe ganó de nuevo en primera vuelta, con el 62,2 por ciento de los votos (7.360.000 votos), y consolidó una amplia mayoría en el Congreso (90 representantes y 70 senadores se identificaban como uribistas).
Después de su victoria electoral, en noviembre del 2006, se reveló que varios congresistas de la coalición uribista entablaron vínculos con grupos paramilitares para obtener respaldos electorales. En ese momento se desató el escándalo de la 'parapolítica', que salpicó incluso al Senador Mario Uribe, jefe de Colombia Democrática y primo del presidente.
En abril del 2008, la congresista Yidis Medina declaró haber negociado su voto a favor de la reelección a cambio de nombramientos en notarias y aportes económicos que le habrían ofrecido Bernardo Moreno (Secretario General de la Presidencia), Sabas Pretelt de la Vega (ex Ministro del Interior y Embajador en Italia) y Diego Palacio (Ministro de Protección Social). Yidis Medina fue condenada por la Corte Suprema. En agosto de 2010, el Procurador Alejandro Ordoñez destituyó e inhabilitó a Pretelt de la Vega por su responsabilidad en estos hechos.
A los escándalos de la yidispolítica y la parapolítica, se sumaron las investigaciones por los seguimientos ilegales realizados durante su gobierno a magistrados y miembros de la oposición y el escándalo por las ejecuciones extrajudiciales de civiles presentados como guerrilleros por militares para mostrar resultados y que provocó la salida de 27 oficiales del Ejército.
En el 2009, distintos grupos que apoyaban una segunda reelección de Álvaro Uribe decidieron pasar de nuevo un proyecto de ley para convocar un referendo que permitiera que el presidente fuera candidato en el 2010. El proyecto fue criticado por violar las reglas electorales y en febrero del 2010 la Corte Constitucional hundió la iniciativa. Sin posibilidad de lanzarse nuevamente como candidato, Uribe apoyó la candidatura de Andrés Felipe Arias en la consulta conservadora y cuando perdió, le hizo el guiño (y la campaña) a Juan Manuel Santos, quién salió elegido como nuevo Presidente de la República.
En septiembre de 2010, aseguró que sería una figura activa en las elecciones de alcaldes y gobernadores en 2011. Uribe respaldó a varios candidatos y los acompañó presencialmente en sus respectivas campañas a lo largo del país. Sin embargo, su participación activa no se vio reflejada en las urnas, y el ex presidente fue considerado uno de los grandes perdedores de las elecciones.
A pesar de que algunos de sus candidatos ganaron en lugares donde el ex mandatario tiene intereses económicos, como en la Media Luna de Cundinamarca, Uribe perdió diez gobernaciones y seis alcaldías. Entre éstas se encontraban bastiones fundamentales como la Alcaldía de Bogotá, en donde perdió con Enrique Peñalosa, la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín, dos pérdidas significativas por tratarse de su propia región. Estos resultados electorales demostraron lo que varios medios ya venían afirmando sobre la caída en la popularidad de Uribe.
A esto se le suma que el ex presidente, de cuya mano Santos llegó a la Presidencia, se conviritió en uno de los principales opositores de ese gobierno. El distanciamiento entre ambos surgió desde que el ex presidente comenzó a oponerse públicamente a varios de los integrantes del gabinete y las políticas adoptadas por Santos. Uribe expreso su descontento con los nombramientos de Germán Vargas Lleras, Juan Camilo Restrepo y de Rafael Pardo, y interpreto los procesos judiciales en contra de algunos de sus ex funcionarios, Andrés Felipe Arias, María del Pilar Hurtado y ahora Luis Carlos Restrepo, entre otros, como un ataque en su contra.
A partir de entonces empezó a liderar un movimiento político de oposición a Juan Manuel Santos, que cristalizó en un movimiento que ha cambiado de nombres. Prirmero se llamó Puro Centro Democrático, luego Centro Democrático y fugazmente Uribe Centro Democrático, lo que muestra que el ex presidente es el verdadero eje del proyecto político (ese nombre solo se abandonó porque el Consejo Nacional Electoral no lo aceptó). Finalmente el movimiento se denominó Centro Democrático, y en el 2014 logró convertirse en partido político.
Además, oficializó su candidatura al Senado de la República, como cabeza de la lista cerrada del CD para las elecciones de marzo de 2014 y el 9 de marzo fue el senador más votado, ganando más de dos millones de votos y su lista estuvo en un cabeza a cabeza con la del Partido de la U. Aunque no lograron las 40 curules que aspiraban algunos de los uribistas, su irrupción en el Congreso cambiaría el panorama político, pues desde el congreso consolidaron una oposición de derecha al gobierno de Juan Manuel Santos. Dentro de los senadores arrastrados por esa lista del Uribismo estaba Iván Duque, quién en el 2018 ganaría, con el guiño de Alvaro Uribe y el apoyo de Centro Democrático, la presidencia de Colombia.
Su guiño dentro del partido tambien fue clave para que Óscar Iván Zuluaga se consagrara como candidato a la presidencia en el 2014, donde consiguio ganar la primera vuelta y obtener casi 7 millones de votos en la segunda.
Sin embargo, ese éxito electoral no fue igual en las elecciones del 2015. Aunque Uribe apoyó las campañas de los candidatos del CD, y apareció en varias fotos y vallas con ellos, su partido perdió todas las grandes apuestas. Solo ganaron la gobernación del Casanare y 76 alcaldías, ninguna dentro de las 20 ciudades más grandes del país. El fracaso fue tal, que Uribe publico 13 trinos explicando las razones del pobre desempeño del partido.
Más adelante, en el 2016 Uribe volvió a ponerse las botas y trabajo en la campaña por No en el plesbicito de ese año sobre el acuerdo de paz con las Farc. Fue una campaña polémica, cuestionada por utilizar desinformación para convencer a las personas de votar por el No, especialmente después de que Juan Carlos Velez, quién había llegado al senado con la lista del Uribismo y era el gerente de la campaña, reveló en una entrevista la estrategia que usaron.
Si embargo, la No ganó el plesbicito, en parte gracias al apoyo de Uribe. Los acuerdos fueron modificados y se volvieron a firmar en noviembre, en el Teatro Colón de Bogotá, pero Uribe siguió siendo opositor a ellos. Durante los años restantes del gobierno Santos lideró la oposición a las leyes que implementaban y reglamentaban el acuerdo desde el Senado.
En el 2018 Uribe volvió a ser cabeza de lista del Centro Democrático al Senado, pero esta vez la lista fue abierta. Logró obtener 875 mil votos, siendo el senador más votado de esas elecciones y reafirmando su liderazgo en la bancada del CD. Su apoyo a Iván Duque también catapultó a ese candiato a ganar la presidencia con más de 10 millones de votos en segunda vuelta, por lo que Uribe también se consolidó como el líder de la bancada del gobierno en el Congreso.
En julio del 2018, la Corte Suprema de Justicia lo llamó a indagatoria como parte de un proceso por manipulación de testigos, que surgió después de que la Corte archivó un proceso contra Iván Cepeda por el mismo delíto, y le abrió investigación a Uribe. El expresidente anunció su renuncia al senado argumentando que se dedicaría a su defensa, pero a los pocos días se retractó.
La indagatoria se llevó a cabo en octubre de 2019.
El 4 de agosto de 2020, la Sala de Instrucción de la Corte Suprema decidió dictarle medida de aseguramiento para que, detenido en su casa, afronte el proceso.
Con eso iba a ser suspendido de su cargo, pero dos semanas después Uribe optó por renunciar a su curul como senador con la idea de que la investigación de su caso salga de la Corte, a la que considera sesgada en su contra, y lo asuma la Fiscalía.