La pelea por Córdoba en las regionales de este octubre estaba llamada a ser una de las más costosas del país: como lo contó La Silla, el Partido de La U se partió allí en dos grupos poderosos dispuestos a enfrentarse con el peso de sus estructuras por la Gobernación. Pero, antes de que comenzara la carrera, una de esas maquinarias se varó, mientras a la otra le echaron combustible de avión. Las explicaciones a eso señalan desde presiones internas hasta una orden suprema proveniente del mismísimo Palacio de Nariño.
La ayudita de Palacio a los ñoños
La pelea por Córdoba en las regionales de este octubre estaba llamada a ser una de las más costosas del país: como lo contó La Silla, el Partido de La U se partió allí en dos grupos poderosos dispuestos a enfrentarse con el peso de sus estructuras por la Gobernación. Pero, antes de que comenzara la carrera, una de esas maquinarias se varó, mientras a la otra le echaron combustible de avión. Las explicaciones a eso señalan desde presiones internas hasta una orden suprema proveniente del mismísimo Palacio de Nariño.
La máquina averiada es la del actual gobernador Alejandro Lyons, quien se eligió hace cuatro años por ese partido con el apoyo de los ñoños (los senadores Bernardo ‘Ñoño’ Elías y Musa Besaile, los más votados del país después de Jorge Enrique Robledo), pero luego rivalizó con ellos al formar su propio movimiento, quitarles poder en la Administración y ponerles competencia en las elecciones.
Esa competencia es su exsecretario general Carlos Gómez Espitia, un loriquero de ascendencia conservadora que retó al candidato de los ñoños: el arquitecto Edwin Besaile, hermano de Musa.
En un pulso que evidenció la reventada cordobesa de La U, los ñoños consiguieron para su carta el aval del partido, mientras que -como lo contó La Silla- Cambio Radical, el partido del vicepresidente Germán Vargas, pescó en río revuelto en un departamento en el que no tiene mayor fuerza política al ponerle una sombrilla a Lyons avalando a Gómez.
De manera abrupta e inexplicable en ese momento, hace dos semanas el senador de La U Martín Morales (del grupo de la investigada por parapolítica exsenadora Zulema Jattin) abandonó la campaña del candidato de Lyons, de la cual no sólo era escudero sino uno de sus principales motores.
Lo hizo, además, sin siquiera avisarle al aspirante Gómez, quien se enteró por las redes sociales que Morales respalda ahora a Besaile.
Como el grupo de Zulema y Martín controla el poder y los votos en cinco municipios clave del Bajo Sinú, y la competencia parecía pareja, la patraseada de ellos fue una movida determinante en la contienda.
A partir de ahí, bajo una suerte de efecto dominó, ha habido una desbandada de líderes y candidatos a alcaldías que antes acompañaban a Gómez y hoy posan en foto de respaldo con Besaile.
En lo que suena como el punto final de la aspiración del exsecretario general de la Gobernación, Gómez parece haber perdido hasta el respaldo del Gobernador.
Aunque el mandatario oficialmente no puede participar en política, su representante a la Cámara y prima, Sara Piedrahita Lyons, era uno de los principales bastiones del proyecto Gómez.
Ella oficialmente dice que no ha tomado ninguna decisión y a lo mejor siga respaldando al exsecretario, pero hace seis días apareció en una foto con Musa Besaile, Martín Morales y el candidato de La U en San Bernardo, Eber Luis López, quien hace parte de la lista de apoyos que se le voltearon a Carlos Gómez.
Lo único que mantiene con firmeza, por ahora, el jugador que con el respaldo del Gobernador y sus aliados prometía darles lidia a los poderosos ñoños es el aval que le dio Cambio Radical.
Ayer, Álex Char (delegado de Cambio para los avales y mano derecha de Vargas Lleras en el Caribe) y Rodrigo Lara (director nacional de esa colectividad) le dijeron por separado a La Silla que van hasta el final con ese aval.
El problema es que a ese candidato, además de faltarle apoyos políticos, no le quedan respaldos financieros para enfrentar la máquina de los ñoños que, aceitada con mermelada, el año pasado graduó a esos congresistas como los súper poderosos de los votos en todo el país.
Pero, ¿cómo está a punto Córdoba de quedarse prácticamente con un candidato único a la Gobernación, como no pasaba ni en la época de los paramilitares? (el Centro Democrático tiene de aspirante al ganadero Pedro Jaller, pero la lógica política indica que se desmontará, ya que ese partido lleva con más fuerza a Luis Carlos Ordosgoitia a la Alcaldía de Montería y no tiene estructura suficiente para pelear en ambos escenarios).
Dos políticos importantes, un periodista y una persona que conoce el círculo del Gobernador coincidieron en la siguiente explicación:
Este mes, los ñoños se quejaron en Palacio de Nariño en Bogotá de que la división del Partido del Presidente se mantuviera, a pesar de que Edwin Besaile se había quedado con el aval, y advirtieron al círculo cercano del Primer Mandatario que esa situación podría abrirle las puertas del poder en Córdoba al uribismo.
Es obvio que a los ñoños también les afecta que la campaña se encarezca y la posibilidad de ser derrotados.
Justo después de eso, el Gobernador Lyons comenzó a acercarse a Musa Besaile para explorar la posibilidad de un acuerdo.
No pudimos precisar si lo hizo porque alguien lo llamó de Palacio (como es el rumor entre personas conocedoras de la política cordobesa), si su movida se debió a la presión de tener que sostener una contienda que iba a ser cara, o si simplemente pensó en la unidad de su partido (que es la explicación que dan Martín Morales y el copresidente de La U Roy Barreras al actual panorama en ese departamento).
No es muy lógico que lo haya hecho por la presión de tener que sostener la pelea frente a los ñoños, puesto que ese reto estaba claro desde que el grupo del Gobernador se ideó la candidatura de Gómez.
Tampoco suena coherente que la razón haya sido buscar la unidad del partido, debido a que eso no fue un argumento de peso para Lyons cuando decidió enfrentar a los dos senadores que lo llevaron al poder y con quienes ese mandatario ha dado muestras de no querer tener un proyecto político común.
De hecho, una persona del grupo de los ñoños nos dijo que no cree que Lyons quiera estar con ellos y que él estaba esperando que el vargasllerismo lo “rescatara” para no tener que desmontar a Gómez.
Esa versión coincide con el hecho de que Sara Piedrahita no haya salido a respaldar a Besaile, con el entusiasmo que lo hizo Martín Morales.
En cualquier caso, La Silla confirmó con alguien que conoce por dentro el grupo de Musa, que sí hubo hace poco una reunión entre ese Senador y Lyons, aunque no es claro para qué fue y si allí acordaron aliarse.
Según las cuatro fuentes, al percatarse de las movidas de Lyons, Martín Morales decidió adelantarse antes de que el barco se hundiera y adherir a Besaile.
Ante este panorama, supimos que ayer Gómez estaba en Bogotá intentado encontrar apoyo en las directivas de Cambio Radical pero que existe una alta probabilidad de que termine no inscribiéndose cuando apenas lo acompañan sus amigos y círculo íntimo.
En 10 días, cuando se cierre el plazo de inscripciones, se sabrá si lo bajaron del bus definitivamente o si su proyecto puede desvararse.
Si es verdad que en Casa de Nariño metieron la mano a favor de los ñoños, se trataría nada menos que de la movida del santismo en contra de las posibilidades de triunfo del vargasllerismo, que llegó en coche a la contienda de Córdoba.